Pensar la alimentación desde la diversidad: ¿De qué se trata?
Por Camila Barros Palma.
El bombardeo de imágenes sobre el cuerpo perfecto en las redes sociales y los medios de comunicación son inminentes. Siempre están acompañados de títulos relacionados con la alimentación y el peso: "Cómo perder 10kg en un mes" o "La dieta que hacen los famosos para tener un cuerpo escultural".
Un detalle importante es que la mayoría de estos mensajes están dirigidos hacia las mujeres. Desde la forma de dirigirse hasta las fotos que hacen a estos contenidos, la desigualdad de género queda en primera plana. ¿Por qué yo sí y él no?
Esta misma pregunta se hicieron desde el Colegio de Nutricionistas y el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad de la Provincia de Buenos Aires. A partir de ahí decidieron firmar un convenio de colaboración para pensar la nutrición con perspectiva de género.
"El cuerpo es una construcción social, nuestra identidad se construye en tramas sociales, y el modo en que nos alimentamos se configura culturalmente, en nuestra familia, en nuestra comunidad. Comemos de acuerdo a los alimentos que hay disponibles en el territorio que habitamos, a tradiciones que se van transmitiendo generación a generación, mediadas por la industria alimentaria y la publicidad, nos reunimos alrededor de la comida, comer es un hecho social", explicó Estela Díaz, ministra del área de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual.
Por este motivo, surgió la idea de repensar lo que se concibe como nutrición y cuáles son las diferencias que se debe cuestionar. "Es salir un poco del binarismo, hay ciertos alimentos que tienen una connotación que puede remitir al género", destacó el nutricionista Ignacio Porras MN 7270.
Como ejemplo, comentó que "el asado puede tener una interpretación más masculina, mientras que la ensalada, el producto light, está arraigado a una imagen femenina. Incluso si uno pone la palabra dietas en un buscador de internet aparecen mujeres, centímetros, manzanas verdes, justamente la idea de dieta está de alguna manera linkeada a lo femenino".
Asimismo, desmitificó el concepto de dieta ya que refiere a "lo que ingerimos a lo largo del día, de modo que todos hacemos dieta, la única persona que no la hace es aquella que ayuna permanentemente por algún motivo o se priva de comer".
El rol de la mujer en la alimentación y los patrones a romper
Cuando uno escribe en el buscador de imágenes la frase "publicidad de cocina" los primeros resultados muestran en su mayoría a mujeres en una cocina hogareña o con electrodomésticos que venden la idea de "simplificar el trabajo en la cocina". Sin embargo, la figura del hombre también está presente: en la cocina de un restaurante con su uniforme de chef.
"Las mujeres somos, las que más nos ocupamos de las tareas de cuidado, recordemos que, según la encuesta del uso del tiempo en nuestro país, el 91,6% de las mujeres participa de alguna de las tareas de cuidado, pero sólo el 73,9% de los varones lo hace. Las mujeres de los barrios populares dedican en promedio 8 horas y 31 minutos por día a tareas de cuidado, mientras que las mujeres de aglomerados urbanos relevados por el INDEC dedican 4 horas y 49 minutos", remarcó Díaz.
De modo que, "entre esas tareas, está sin duda la preparación de la comida, la compra y la elaboración de los alimentos que consume la familia. El rol de las mujeres en la nutrición es estratégico, son las encargadas de administrar económicamente los recursos disponibles, decidir qué alimentos comprar, elaborarlos y conservarlos. Y si pensamos en la situación de los barrios este rol se extiende a lo comunitario, con los comedores y merenderos, que dan de comer a pibas y pibes, a familias en situación de vulnerabilidad", señaló.
Es decir, "que las decisiones de acuerdo a la información disponible, a los recursos y a las opciones alimentarias las toman las mujeres, por lo que las políticas públicas sobre nutrición tienen que ser pensadas teniéndolas como protagonistas", aseguró.
En este contexto, también se encuentra la estandarización de los cuerpos. "Las tablas de peso y talles son binarias, enfocadas en el hombre y la mujer cis (individuos cuya identidad de género coincide con su fenotipo sexual), no se han desarrollado herramientas para el colectivo trans, por dar un ejemplo", reflexionó Porras.
"No es simplemente un cuerpo de hombre vestido de mujer o uno de mujer vestido de hombre, sino que son cuerpos que atravesaron proceso de hormonización, cirugías. Entonces nos interpela, nos obliga a empezar a trabajar identificando e incluyendo a estas diversidades porque tienen el mismo derecho a alimentarse de manera saludable y que el sistema de salud las abrace de la misma forma que abraza al resto de las personas", agregó.
Esta situación, "nos lleva a todos los profesionales de la salud, incluyendo a los licenciados en nutrición, a pensar en otras herramientas que integren a la diversidad porque corresponde que nos hagamos cargo", determinó.
El concepto de diversidad corporal
En los últimos años ha crecido la cantidad de movimientos sociales que buscan romper con los estigmas sobre los cuerpos. Esto significó una fuerte toma de consciencia y la visibilización de la cantidad de problemas que sufren las personas con medidas no hegemónicas.
"La diversidad corporal nos habla de tallas, de peso, altura, presencia o ausencia de pelos, de senos más grandes o chicos, vientres, pero no solamente tiene que ver con el peso. Sí es el debate del pesocentrismo lo que llevó al centro de la escena a la diversidad corporal", definió el nutricionista Ignacio Porras.
Sin embargo, no hay que desconocer que "hay un problema de salud pública que señala la OMS, que tiene que ver con el estigma de la obesidad que pulula en la sociedad, con la idea de que la persona que tiene obesidad es poco voluntariosa, no se quiere, no se cuida, no tiene amor propio y eso es lo que lleva socialmente a que haya una discriminación permanente con las personas con una corporalidad más grandes".
"Ahora bien, la obesidad en sí misma es es un problema de salud, sigue siendo una enfermedad crónica recidivante para la OMS, es decir, con la posibilidad de que uno pueda mejorar los parámetros, pero tiende a volver en un promedio de cinco años, lo que una persona que tiene obesidad logra mantenerse en promedio dentro de estándares duros que te ponen dentro de la normalidad o fuera de ella. No necesariamente representan al cuerpo humano argentino promedio, sino que son tablas estándares que entra todo el mundo ahí como si todas las culturas fuesen exactamente iguales o los cuerpos de los distintos países fuesen de la misma manera", exclamó.
En consecuencia, la nutrición entró en una discusión muy importante para implementar el respeto a todos los cuerpos dentro de la diversidad cultural, el concepto del pesocentrismo como factor determinante de la presencia o ausencia de enfermedad y por último la implementación de conceptos saludables que no sean estándar para la sociedad.
"Personalmente hago esta distinción, la obesidad en sí misma es una patología crónica, no así el sobrepeso que se considera un factor de riesgo, la obesidad es una enfermedad en sí misma y a su vez un factor de riesgo de más de 50 comorbilidades que la evidencia científica señala", puntualizó.
De manera que "una persona con sobrepeso puede ser totalmente saludable en todos el resto de aspectos o factores que hacen a la salud. Si es una persona activa, elige alimentos saludables, que descansa bien y gestiona su estrés, podemos hablar de que en gran medida esa persona es saludable", apuntó.
Un convenio para acompañar a las mujeres en su alimentación
El 6 de noviembre del 2023, El Ministerio de Mujeres de la Provincia de Buenos Aires firmó un convenio de cooperación con el Colegio de Nutricionistas para trabajar en conjunto sobre políticas de sensibilización frente a la diversidad corporal.
La modalidad elegida, se debe a que "desde lo institucional, podemos trazarnos objetivos comunes y trabajar en colaboración, brindarnos asistencia técnica, elaborar programas, proyectos y actividades. En este caso, nosotras ponemos a disposición los cuadernillos que elaboramos sobre Diversidad Corporal Gorda, en conjunto con el ministerio de Salud y con la colaboración de organizaciones que abordan la temática. Y el Colegio será fuente de consultas para elaboración de materiales, líneas de trabajo, producción de campañas conjuntas tanto en materia de gordofobia como de trastornos de conducta alimentaria", referenció Estela Díaz.
El objetivo principal es poder plantear una alimentación "suficiente, equilibrada, nutricionalmente apta y sobre todo debe ser adecuada, ya que puede tener repercusión sobre las necesidades o requerimientos que tiene ese cuerpo por el momento que está atravesando, los gustos y preferencias de las personas, algunos posicionamiento éticos o filosóficos con respecto a las comidas e incluso religiosos", enfatizó Porras.
Por esta razón "el convenio que firmamos abre el camino hacia el desarrollo de políticas con perspectiva de género en relación a un tema que atraviesa tanto la vida cotidiana como la planificación productiva de nuestra Provincia. Pensar el modelo productivo de los alimentos incluyendo a las mujeres como productoras, contemplando la realidad de las mujeres rurales que trabajan la tierra, sus saberes y sus perspectivas. Y teniendo en cuenta el lugar estratégico de las mujeres en la alimentación para ir hacia un consumo de productos regionales, reducir los ultraprocesados y construir soberanía alimentaria", concluyó la Ministra de Mujeres, Estela Diaz.