Programadores de Videojuegos en Mar del Plata: los códigos que llevan al entretenimiento
Por Manuel Straccia
La mayoría de las personas han jugado a un videojuego alguna vez en su vida. Ya sea en un arcade, consola o, lo más común, los celulares. Pero para que ese entretenimiento llegue a nosotros, por detrás hay un gran trabajo de desarrolladores.
En Mar del Plata hay una gran cantidad de desarrolladores de videojuegos, alrededor de 400 según la Comunidad de Desarrolladores de Videojuegos de Mar del Plata (GameDevMDQ).
Mariano Mariscal es programador de videojuegos de la ciudad y dialogó con El Marplatense sobre la actividad.
-¿En qué consiste tu trabajo específicamente?
Mi tarea específicamente consiste en tener que programar videojuegos. Es un terreno amplio, porque es un mundo gigante, se pueden hacer muchas cosas distintas. Decirle a la computadora cómo tiene que funcionar el juego, cuando uno toca un botón y el personaje salta, dispara, junta cosas, hay que programar todo eso para que la computadora sepa.
-¿Cómo aprendiste? ¿Tuviste talleres o más autodidacta?
Por un lado se podría decir que fui autodidacta, pero por otro lado la universidad. Mitad y mitad. En la secundaria fui a una escuela técnica, seguir una orientación de programación. Eso me dio las bases para entender de qué se trata la programación. Después me fui a Tandil a estudiar Ingeniería en Sistemas, pero no me lleve muy bien con la carrera, y al tercer año volví a Mar del Plata y acá hice la tecnicatura superior en sistemas informáticos en la UTN. Eso me dio una base sólida para poder programar en muchos lenguajes distintos. Pero para hacer videojuegos no hay universidades que s especialicen, tuve que prender por mi cuenta
-¿Por tu cuenta sería con tutoriales y cursos de internet?
Totalmente. Hay mucha gente haciendo tutoriales en las redes, algunos son pagos, los más profesionales, pero tranquilamente se puede empezar gratis, hay super buenos, se puede aprender todo.
-¿En qué proyectos andas ahora?
Trabajo dentro de Globant, y en este momento trabajo para el sector de videojuegos de la empresa Warner Brothers. Somos un equipo de Globant que fuimos contratados, trabajamos en grupos de 40 personas, haciendo el próximo juego que saldrá.
-¿No se puede decir?
No, no se puede decir (risas). Tenemos cláusulas que no podemos decir nada hasta el día que salga el juego.
-¿Tienen la facilidad de trabajar desde el hogar? Más con la pandemia...
Si, totalmente. Globant me provee de la computadora y puedo trabajar sin ningún problema. En la oficina trabajaba pero si me tocaba trabajar desde casa me traía la computadora y trabajaba. Ahora con la pandemia, lo único que cambió es que eso es todos los días.
-¿Cada uno tiene su sección en el desarrollo del juego? En sentido de este grupo programa cuando camina, este los disparos, este otro los premios...
En general los juegos pueden llegar a tardar tres o cuatro años. Al principio se suele pensar a grandes rasgos cuáles van a ser los sistemas que se necesitan programar, para que el juego tenga la forma que los diseñadores quieren. Cuando se tengan esos cimientos, se empiezan a repartir las prioridades y las personas. Todo depende de cual sea el Roadmap, el camino para seguir. Dice que primero necesita 5 mecánicas para lo que van a ser las 20 del juego, entonces vamos por esas cinco.
-¿Acá en Mar del Plata cómo es la comunidad de programadores?
Tenemos la Comunidad de Desarrolladores de Videojuegos de Mar del Plata, que armamos con un grupo de amigos con la idea de ayudarnos entre todos. Hoy en día somos alrededor de 400 dentro de la comunidad. Se sumaron muchísimas personas. En mayo hicimos una serie de talleres que se llamó "cuarentena survival kit" que duró 21 días, con 21 talleres. Es una realidad que por ahí no se conoce, hay mucha gente en Mar del Plata haciendo videojuegos. Los que tienen experiencia se encuentran y los que no, preguntan, y todos aprenden.
Para concluir, Mariano recomendó que los indecisos o interesados se vuelquen a este oficio. Al fin y al cabo, todos nos divertimos con los videojuegos y los desarrolladores lo hacen posible.