¿Qué es el escrutinio provisorio y qué pasa con el nuevo software?
Por Reverso
El escrutinio provisorio es el primer conteo de votos que se hace apenas termina la elección. Su objetivo es informar a la ciudadanía los resultados preliminares, pero no tiene ninguna validez legal. Los datos que sí cuentan legalmente y que permitirán declarar ganadores y perdedores son los del escrutinio definitivo, que se termina a más tardar a los 10 días corridos después de la elección, según el artículo 112 del Código Nacional Electoral.
A las 18 horas del día de la elección se cierran los comicios y comienza el conteo de votos. Las urnas se abren y el presidente de mesa con los fiscales partidarios cuentan voto por voto. De ese cómputo surgen tres documentos que deben ser firmados por el presidente de mesa y los fiscales: el acta de escrutinio, el telegrama y el certificado de escrutinio. En ellos se vuelcan los datos de los votos de cada mesa.
¿Qué es lo nuevo para estas elecciones?
A partir de esta elección se utilizará un nuevo software que se adquirió por licitación a través de Correo Argentino y se llama SmartTally. Según dijo a Reverso la empresa venezolana que lo creó, Smartmatic, fue diseñado especialmente para la Argentina y permitirá que los telegramas con los votos de cada mesa sean transmitidos desde cada escuela de forma digital hacia los centros de cómputos. Antes, los telegramas se mandaban por vía terrestre al Correo, donde se digitalizaban, y desde allí se enviaban a los centros de cómputos de la Dirección Nacional Electoral (DINE), que depende del Ministerio del Interior de la Nación.
El jueves 11 de julio último, diputados nacionales del Frente para la Victoria y autoridades del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires realizaron una conferencia de prensa durante la cual cuestionaron a la empresa y hablaron sobre un posible fraude. Lo cierto es que este software está diseñado para agilizar la transmisión de información durante el escrutinio provisorio y no en la instancia del escrutinio definitivo, que es el único que tiene validez legal.
Según la especialista Beatriz Busaniche, presidenta de la Fundación Vía Libre -una organización que se especializa en derechos digitales y temáticas vinculadas al software libre y las nuevas tecnologías-, “con el nuevo sistema no se podría producir un fraude que dañe la integridad de la elección, ya que dos de los tres documentos que se usan para el escrutinio (el acta de escrutinio y el certificado de escrutinio, que son firmados por el presidente y los fiscales) no son manipulados por el nuevo sistema”.
Sin embargo, según la especialista, se podría afectar la legitimidad de la elección, ya que el conteo provisorio (cuyos resultados suelen ser comunicados primero a la ciudadanía) se realizará con un software no auditable por los partidos que podría diferir del resultado que surge de los documentos en papel (telegrama, actas y certificados de escrutinio).
La Cámara Nacional Electoral (CNE) publicó una acordada en 2017 donde se refirió a la necesidad de modificar el sistema tradicional del escrutinio: “En particular, deben preverse medidas que permitan agilizar y abreviar el tiempo de transmisión de los datos, a través de procedimientos tales como la digitalización y transmisión -en lo posible- desde el propio establecimiento de votación, para lograr una carga más amplia de información y, por lo tanto, más homogénea y representativa del resultado de la elección, sin posibilidades de manipulación mediante el orden de carga”, señalaron los jueces Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera.
Pero el foco de los cuestionamientos de la oposición, tanto del Frente de Todos como de Consenso Federal, tiene que ver con dos puntos de la digitalización: uno es la falla en la prueba del software que se hizo el último mes y otra es la imposibilidad de ver el código fuente, es decir de saber cómo fue desarrollado el programa y si tiene vulnerabilidades o no.
La prueba que falló y su alcance
La DINE realizó el 29 de junio último la primera prueba nacional del sistema de conteo rápido con operadores, y hubo otra el sábado 13 de julio (sólo interna de Correo Argentino). Según explicaron a este medio desde la Secretaría de Asuntos Políticos e Institucionales del Ministerio del Interior, el 20 de julio será abierta a la prensa y a los partidos políticos. En las dos anteriores no hubo participación externa.
En la primera existieron fallas admitidas por la empresa y el Gobierno nacional. Según la Secretaría, fueron cuestiones técnicas, específicamente en la conexión a Internet de las netbooks utilizadas para transmitir los datos desde las escuelas.
Reverso se contactó con Hernán Etchaleco, vocero de la Secretaría, y el funcionario reconoció que “hubo problemas de conectividad desde las escuelas” con el nuevo sistema, aunque aclaró que “no pasó nada fuera de lo previsto”. Además, agregó: “Hoy hicimos [por el 13 de julio] una nueva prueba y anduvo todo bien”.
Etchaleco también dijo a este medio que “simulacros se hacen dos: uno antes de las PASO (20 de julio) y otro antes de las generales”. El funcionario explicó que “en los simulacros se abren todas las escuelas y todos los centros de transmisión del Correo” que hayan sido seleccionados para el test “y se simula el escrutinio tal cual el día de la elección”. “Son abiertos a los partidos políticos y a la prensa”, afirmó.
Consenso Federal, a través de su apoderado, hizo una presentación a la CNE pidiendo información sobre el software. “Conocimos por vía informal que el sábado [por el 13 de julio] se habría hecho una prueba sin la participación de los partidos políticos”, dijo a este medio el precandidato a diputado por Consenso Federal Alejandro “Topo” Rodríguez.
Código cerrado
El “código fuente” del software SmartTally es cerrado. Esto significa que sólo la empresa puede observarlo o controlarlo, haciendo imposible su fiscalización por parte de los partidos políticos. Nadie más que la empresa sabe cómo funciona el software a nivel informático. Por eso, según especialistas y apoderados de la oposición, esto podría deslegitimar la elección en caso de haber fallas en la transmisión digital de los datos.
“Si te vas a dormir el domingo a la noche pensando que ganó un candidato y después en dos semanas el escrutinio definitivo te dice otra cosa puede ser un problema. Si confundís la información del domingo electoral y de las tapas de los diarios del lunes, que es lo que podría llegar a pasar, podés deslegitimar profundamente el proceso electoral”, explicó a Reverso Busaniche, presidenta de Vía Libre.
Además, agregó: “En general el votante se queda con el resultado del domingo a la noche. Es muy raro que vaya a ver cómo resultó el escrutinio definitivo”.
Desde la empresa Smartmatic explicaron a este medio que hay un segundo software para el procesamiento de datos con una copia segura que se entregará a la CNE. “Si se presentase la necesidad de revisar el código, está esa copia para hacerlo. Esa copia se entrega tal cual se utilizará en la elección y queda en bóveda”, dijo Samira Saba, directora de Comunicaciones de la multinacional venezolana.
Sebastián Schimmel, secretario de Actuación Electoral de la Cámara, confirmó a Reverso que la empresa debe enviar una copia pero que ésta aún no llegó, aunque aclaró que debe ser enviada antes de las elecciones primarias del 11 de agosto. “El viernes de la semana última [por el 12 de julio] se le mandó un oficio a la DINE recordándole que tiene que enviar el software. Es una copia que sólo mantenemos en depósito y la resguardamos. No tenemos derecho a abrirla”, precisó Schimmel.
Smartmatic en otros países
No es la primera vez que la empresa Smartmatic participa en una elección: vendió distintos software a países como Italia, Filipinas, El Salvador y Venezuela, entre otros. Cada país usó tecnología diferente y en cada uno hubo distintos problemas.
En El Salvador, en 2018, hubo un error de un script (un documento que contiene instrucciones escritas en códigos de programación) que contabilizó mal las preferencias a favor de ciertos candidatos en particular, entonces los que habían obtenido menos votos terminaron arriba. En mayo último, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de ese país exigió un millón de dólares a la empresa Smartmatic como compensación por las fallas. Finalmente, tras cinco meses de ocurrida la falla, el TSE logró que la empresa pagara 226 mil dólares.
La Unión Europea emitió un informe donde explicó cómo fue toda la elección en El Salvador. Allí, indicó que en el simulacro hubo problemas y sólo la mitad de las actas de resultados se transmitió con éxito. Sin embargo, luego de la elección calificaron como “buena” y “muy buena” la transmisión electrónica de resultados con el 97% de los centros de votación observados.
En Filipinas, según dijo a Reverso la periodista filipina Gemma Bagayaua-Mendoza, quien escribió distintas notas acerca de las elecciones en ese país, hubo denuncias por fraude, aunque la mayoría “están basadas en fallas que no fueron probadas”.
En Lombardía, Italia, se contrató a Smartmatic en 2017 para un referendum, una consulta de “sí” o “no”. Allí, dos días antes de la votación, se filtró el sistema que iban a usar y las claves de las máquinas de votación. Una nota del diario Corriere Della Sera cita al hacker y experto en seguridad informática Matteo Flora, que indica que mucha información sensible, contraseñas, nombres de usuario y claves de autenticación se volvieron accesibles para cualquiera.
En Venezuela, la empresa Smartmatic dio servicios en distintas elecciones desde 2004 hasta 2017. En la elección de la Asamblea Nacional Constituyente de 2017 la misma empresa reconoció que hubo fraude, y que fueron las personas quienes manipularon los datos. Aquí se pueden ver las declaraciones de la empresa en ese momento.