El equipo marplatense perdió sobre el final ante Deportivo Viedma por 86 a 82 y queda con un récord 2-4 en lo que va de la temporada. Tuvo a Lucas Ortiz en una gran tarde anotando 27 puntos.

En un partido de mucha paridad, Quilmes no pudo cerrar la historia y Deportivo Viedma se llevó el triunfo por 86-82. Lucas Ortiz fue el goleador con 27 puntos. Mañana, desde las 14:00, el Tricolor cierra la Sede Junin frente a Bahía Basket.

En partido de mucha dinámica y cambios en el marcador, Quilmes sufrió la ley del ex. Raúl Pelorosso fue clave en el final para Viedma y terminó inclinando la balanza de un partido que estaba para cualquiera.

La primera mitad tuvo distintas matices pero con una paridad reinante. En el primer cuarto ambos encontraron mayor dinámica, con buen ritmo y porcentajes. Lucas González lastimó para Viedma mientras que Quilmes supo responder con acciones colectivas (21-21).
El segundo cuarto fue lo opuesto, con muchos errores, menor caudal anotador y sólo acciones individuales (Capponi fue importante en Viedma- Negrete en el Tricolor) para contrarrestar un partido que tuvo un gran bache cuando las rotaciones salieron a la cancha. Con un triple de Pelorosso, Viedma pudo cerrar al frente en un trámite muy parejo (39-36).

A pesar de la ausencia de su goleador Eidintas, Deportivo Viedma pudo fluir desde la mitad del tercer cuarto. Pelorosso encontró espacios, González fue imparable y después de unos minutos de paridad, el elenco rionegrino encontró su mejor pasaje en el partido con una ráfaga de 12-0 para pasar de perder 53-56 a ganar 65-56. Con un par de libres de Ortiz, Quilmes reaccionó para achicar al cierre del cuarto (65-58).

Ese envión fue controlado en un minuto por el Cervecero. Con un tremendo inicio de 9-0 a su favor en el arranque del último periodo, Quilmes trajo otra vez paridad al juego que desde allí al final fue gol por gol. Ortiz y Gago cargaron con los puntos del marplatense mientras que Pelorosso fue creciendo. El escolta se hizo grande en el final y metió 8 puntos en los últimos tres minutos que fueron claves para siempre darle una mínima ventaja a Viedma. Quilmes no pudo convertir en la última bola y Marina selló la historia desde la línea.