Reciclado orgánico, una forma efectiva de cuidar el medio ambiente
En nuestra renovada sección de Agro, el ingeniero Fernando Lapolla nos brinda su experiencia y mirada sobre el reciclado orgánico, ventajas que nuestra tierra nos aporta. Detalles y curiosidades.
Para que sean productivos tus cultivos necesitan nutrientes. Por supuesto que el suelo contiene muchos de ellos, pero las plantas los consumen para dar sus frutos y es por ello que a medida que pasa el tiempo debemos ir incorporándole nuevos. O, mejor dicho, debemos ir devolviéndole lo que amablemente nos prestó.
La mejor forma para fertilizar y cuidar la naturaleza es armar una compostera.
¡Mira todo el fertilizante natural que podrías hacer y como ayudarías al medio ambiente!
Para armar tu propia compostera, tenés que elegir un espacio que se encuentre a media sombra, dar vuelta la tierra, hacer un cajón sin fondo de unos 20 cm de alto y de un metro de ancho por un metro de largo (el tamaño depende de la cantidad de residuos orgánicos que vayas a producir). Al dar vuelta la tierra, el contacto de los residuos con los microorganismos presentes en el suelo será mayor por lo que la velocidad de descomposición aumentará. A medida que transcurre el tiempo, los microorganismos, a través de un proceso llamado mineralización, descomponen la materia orgánica y la “trasforman” en diferentes minerales. Para que el proceso de compostaje tenga éxito, tenemos que garantizar a los microorganismos las condiciones necesarias para que puedan desarrollarse.
A continuación te cuento algunas claves para lograrlo:
Mantenerlo húmedo e ir removiéndolo periódicamente ayuda al proceso de transformación de la materia orgánica en abono natural. Lo ideal es incorporar diferentes tipos de restos vegetales para lograr un abono equilibrado de donde podamos obtener toda la variedad de nutrientes que los cultivos necesitan.
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Un indicador de la calidad del compostaje es la relación Carbono-Nitrógeno, fundamental para evaluar el desarrollo del proceso. El valor de esta relación C/N para que funcione de manera óptima debería estar entre 25:1 y 40:1, esto quiere decir que existen 25 o 40 partes de carbono por 1 de nitrógeno. Si el compostaje tiene mucho tenor de elementos con contenido en carbono, se producirá una evacuación en forma de dióxido de carbono a la atmósfera y la fermentación en este caso será lenta y de temperatura baja, lo que producirá que tardes más tiempo en obtener el compost final para fertilizar tus cultivos.
Si colocas en el compost mucho papel (200/1) deberías compensarlo agregando estiércoles que tienen una relación promedio (20/1).
Existen parámetros definidos que ayudan en cierta medida a identificar y controlar la relación Carbono-Nitrógeno del compost, pero como es biología, todo depende de la interacción de varios factores. Te comento algunas señales que te pueden ayudar:
• Si notas que la temperatura del compost es muy alta, la relación C/N es baja (alto contenido en nitrógeno).
• Si segrega un olor desagradable a amoníaco, la relación C/N es baja.
• Si tiene elevada presencia de fauna, como gusanos, moscas, bichos bolita y otros insectos, la relación C/N es baja.
• Si el compostaje es lento, tarda mucho el proceso de mineralización, la relación C/N es alta (alto contenido en carbono).
La presencia de lombrices es un buen indicador de la buena salud del compost. Estos gusanos son muy beneficiosos para la tierra por varias razones: al ir excavando forman túneles debajo del suelo, son grandes comedores de tierra: cada día consumen el equivalente a su peso, comen partículas del suelo y materia orgánica para luego ir transformándola en composta y nutrientes que alimentan a las plantas, es decir, el estiércol de la lombriz es un abono orgánico.
Elementos que no deberías poner en la compostera:
• Aceite para cocinar: los aceites para uso de cocina atraen a los insectos y, además, alterarán la humedad del compost.
• Arroz: ni crudo ni cocido. El arroz en tu compost atraerá todo tipo de bacterias.
• Cáscaras de frutos secos: el gluten que contienen los frutos secos como las nueces, las almendras o las avellanas puede resultar tóxico para ciertas especies vegetales.
• Pan y derivados: atraen a las hormigas y otros insectos indeseables para la huerta.
• Papel impreso: las tintas con la que están impresos, por ejemplo los diarios y las revistas, pueden ser tóxicos para el cultivo.
• Productos cárnicos y lácteos: cualquier tipo de producto cárnico, incluidos huesos y sangre, así como la leche, el queso o el yogurt,
La compostera también la podés hacer en un balde o algún otro recipiente. Procurá hacerle pequeños orificios a los costados pero no muy cerca de la base para evitar que salgan los líquidos, y seguí los mismos conceptos desarrollados más arriba para hacer el compost sobre la tierra. En este caso, al recipiente que utilices le vas a tener que agregar, además de la materia orgánica, un poco de tierra que es la que contiene los microorganismos.
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