Reino Unido entró oficialmente en recesión por la pandemia de coronavirus
La economía británica entró oficialmente en recesión después de que su Producto Interno Bruto (PIB) sufrió una caída récord del 20,4% en el segundo trimestre de 2020, acumulando dos trimestres consecutivos de descenso como consecuencia de la pandemia de coronavirus, se informó hoy oficialmente.
Según la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS en inglés), esta contracción en el segundo trimestre es la más importante que se haya registrado en el Reino Unido desde 1955, resultando la economía más golpeada entre las más grandes, excepto España.
Los economistas consideran dos trimestres consecutivos de contracción del PIB como la definición técnica de una recesión.
La ONS indicó que la productividad experimentó su mayor caída en el segundo trimestre, debido al cierre de tiendas, hoteles, restaurantes, escuelas y talleres de reparación de automóviles, mientras que el sector de servicios sufrió el mayor descenso trimestral registrado.
A su vez, los cierres de fábricas también resultaron en la producción de automóviles más baja desde 1954.
Jonathan Athow, portavoz de la ONS, dijo a los medios británicos que la recesión provocada por la pandemia de coronavirus provocó la mayor caída registrada en el PIB trimestral.
Sostuvo que si bien la economía comenzó a recuperarse en junio con la reapertura de las tiendas, las fábricas que comenzaron a aumentar la producción y la construcción de viviendas continuó recuperándose, el PIB en junio todavía se mantiene por debajo de su nivel en febrero, antes de la pandemia.
Ayer el organismo oficial informó que se perdieron un total de 730.000 puestos de trabajo en el Reino Unido entre marzo y julio debido a la pandemia, alcanzando mínimos históricos tanto en el año como en el trimestre.
Sin embargo, el ministro adelantó que el plan de subsidios por el cual el Gobierno está pagando el 80% de los salarios debe terminar por completo después de octubre, aunque indicó que habrá ayudas para recuperar el empleo.
Agregó que no se volvería a la austeridad, pero reconoció que el gasto público se había visto afectado enormemente y que habría decisiones difíciles por delante.