En la noche donde Deportivo Maipú de Mendoza inauguraba su nueva iluminación, el “Torito” volvió al triunfo por 1-0 gracias al gol marcado por Facundo Pons dejando atrás la racha de 12 partidos sin victorias. Tuvo que aguantarlo en el segundo tiempo, pero sumó por primera vez de a tres desde que llegó Forestello.

Alvarado ha dejado atrás su mala racha. El equipo de Rubén Darío Forestello fue hasta Mendoza y se trajo los tres puntos después de superar a Deportivo Maipú por 1 a 0 en el “Omar Higinio Sperdutti” por la fecha 33 de la Primera Nacional. El único gol fue anotado en el primer tiempo por Facundo Pons y después se dedicó a aguantarlo con éxito.

Desde un primer momento, los marplatenses mostraron sus intenciones de atacar e ir por el resultado parandose en campo ajeno. Franco Malagueño tuvo la primera que fue muy clara pegandole de aire a una pelota que quedó picando pasando la mitad de cancha. El tiro fue veloz y bien direccionado obligando a una estirada de Rehak que sacó una pelota muy difícil. La respuesta del local también se dio a través de tiros de media distancia que tapó muy bien Pedro Fernández. Primero a Moyano y luego a Ferracuti.

Cuando tomaba la pelota en el mediocampo, los delanteros estaban rebotando mejor el balón, Solís trataba de deseqilibrar y cuando podía, “Coquito” Rodríguez trataba de hacerse dueño del juego. Ese buen inicio, se fue diluyendo de a poco. Alvarado tenía que aprovechar los contragolpes. Así pudo hacerlo con Solís robando un mal pase al centro de la cancha y corriendo hasta el área. Lo acompañaba Pons, pero muy atrás, pero el ex Boca y Talleres definió débil y desviado.

Sobre el final del primer tiempo volvió a insistir el “Torito”. Primero cabeceó otra vez Solís en una segunda jugada y casi de espaldas obligando al esfuerzo de Rehak. En la siguiente jugada, un tiro lejano volvió a inquietar al arquero que la tiró al córner. En esa jugada detenida Alvarado cortó con una mala racha extendida y, como el último tanto que había hecho en el torneo, volvió a aparecer Facundo Pons para cabecear el centro que caía en el corazón del área chica. El gol le daba justicia al marcador porque los de Mar del Plata atacaron más y mejor en esa primera parte del cotejo.

Antes del final del primer tiempo, el “Botellero” fue a buscar el empate antes que termine. El marplatense Damián De Hoyos tuvo una oportunidad disparando desde afuera del área pero de frente al arco y la tiró apenas afuera. Tuvo un par de córners que fueron peligrosos pero nada más. Los de Forestello lo aguantaron bien y debían ratificarlo ahora en el complemento.

El inicio del complemento sería para los locales que buscaron el empate con intensidad y moviendo la pelota, pero sin generar situaciones claras. Sólo un remate lejano que encontró bien parado a Fernández. Sara envió a la cancha cambios ofensivos con los ingresos de Manzur y Herrera que lo llevó a Velliez a jugar como doble 9 con De Hoyos. Forestello vio esta situación y sacó a Ramos para el ingreso de Irazoque reforzando la defensa, pero ya no tenía más la pelota y tendría que padecer el partido para mantener la ventaja.

Sobre los 20 minutos tuvo la más clara del partido el “Cruzado” con un pase largo desde campo propio para Santiago González que quedó de frente al arquero mientras lo corría Ihitz. El remate cruzado y a media altura era una buena oportunidad, pero apareció Pedro Fernández para sacar un tiro de gol.

Fue un segundo tiempo para defenderse con todas las herramientas que pudo y haciendo un gran esfuerzo logró mantener su arco en cero. No faltaron chances porque tuvo que aparecer Mieres para sacar una pelota sobre la línea luego de la intervención de Pedro Fernández. Estaban todos los jugadores muy fatigados porque además, un error de la terna arbitral que no hizo dos cambios juntos que estaban listos, los dejó sin ventanas por lo que se quedó en el campo Pons y no pudo ingresar Ramis.

Un esfuerzo mayúsculo para llevarse tres puntos de oro en Mendoza, cortar la racha de 12 partidos sin victorias y ganar en confianza para los últimos partidos de este campeonato con la fe intacta en salvar la categoría sin terminar apremiados.