Se operó de una hernia y le dieron Diclofenac, pero era alérgica y murió
Ocurrió en Necochea. La mujer tenía 71 años y el cirujano fue condenado a 2 años y 10 meses de prisión, aunque no irá preso.
La mujer no daba más del dolor en las piernas y fue al médico, acompañada por su nuera. "Mirá que antes que las várices vamos a operar la hernia", le avisó el cirujano. La intervención se programó y se hizo en la Clínica Cruz Azul, de Necochea. Pero lo que iba a ser algo sencillo terminó en tragedia: la paciente, alérgica al Diclofenac, recibió esa droga tras la operación, por indicación del doctor, y tuvo una muerte fulminante.
Seis años después, con dos postergaciones del juicio mediante, la Justicia condenó a Vicente Martín Bordazahar (52) por el "homicidio culposo" de Marta Inés Acosta (71), quien falleció el 9 de junio de 2018 a causa de un "shock anafiláctico".
La pena, anunciada el lunes último, fue de 2 años y 10 meses de ejecución condicional. Además, recibió 8 años de inhabilitación para ejercer la medicina, aunque hasta que la sentencia quede firme podrá seguir trabajando.
Marta había enviudado en 1988. Su marido, Néstor Abel Martínez, empleado en la Junta Nacional de Granos, sufrió un infarto letal a los 52 años. La vida le dio otro golpe en el '96, cuando uno de sus cuatro hijos varones, "Carli", de 27 años, se desnucó en un choque en Tamangueyú, cerca de Lobería, cuando viajaba con dos amigos.
La mujer puso un almacén en las calles 52 y 73. Si bien ya era jubilada, no dejaba de levantarse temprano, de hacer fuerza con los cajones de mercadería. Esto le produjo una eventración en la cicatriz de una operación de hernia abdominal que le habían realizado en 2012 en la misma clínica. Por eso el médico, al que había ido a ver dos veces a su consultorio, decidió operarla.
En la clínica hicieron todo mal: en la ventanilla de administración le hicieron firmar el formulario del consentimiento, sin leerlo, a la nuera de la mujer, en lugar de la paciente; le aplicaron el Diclofenac vía suero, en la habitación, pese a que en la historia clínica figuraba, en rojo, que era alérgica a esa droga; y en las maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP) omitieron inyectarle adrenalina, algo recomendado en estos casos.
Por el hecho también fue imputada la enfermera Laura Fabiana Stéfano (52), pero no se presentó al debate en el Juzgado en lo Correccional N° 1 del Departamento Judicial de Necochea, a cargo de Ernesto Juliano, por lo que será declarada en rebeldía y deberá ser sometida a un nuevo juicio.
Acosta no era una paciente desconocida en la clínica. Afiliada al PAMI, ya era la cuarta vez que pasaba por el quirófano ahí. Además de la intervención por la hernia abdominal de años anteriores, la habían operado de la vesícula y de la cadera.
"El médico sabía que ella era alérgica. Se lo dijo en el consultorio de la calle 60. Mi mamá era terriblemente miedosa con eso, le tenía terror", le contó a Clarín el hijo mayor de la víctima, Fabián Martínez (57). Sus hermanos son Luis (53) y Mariano (42), a quienes representaron los abogados Gonzalo Raggio y Pablo Giampaoli.
Según la investigación que realizó el fiscal Carlos Larrarte, Bordazahar omitió un paso fundamental -y obligatorio- en el quirófano: no leyó la historia clínica de la mujer, donde figuraba lo de la alergia al Diclofenac, una medicación que funciona como analgésico y antiinflamatorio.
Además, falló la anamnesis, es decir, el interrogatorio médico-paciente para conocer los antecedentes clínicos y saber de eventuales patologías previas, la cual es una herramienta indispensable.
"Había un protocolo que seguir y no se cumplió", advirtió el hijo de la víctima. En la habitación número 7 de la clínica, mientras su madre se recuperaba de una operación sencilla (demandó poco más de 30 minutos), por la que recibiría el alta esa misma tardecita, le pagó los 8.500 pesos al médico por sus honorarios.
"Desde el momento que hicimos la denuncia pensamos que no iba a llegar nunca a juicio. Fue una muerte absurda, un error de principiante", resumió Fabián.
Terror en la habitación número 7
Pasadas las cuatro de la tarde del 8 de junio de 2018, el hombre estaba acompañando a su mamá cuando entró la enfermera para llevarle un té y aplicarle el Diclofenac vía endovenosa. "Yo estaba al lado de donde iba el suero, me tuve que correr al otro costado de la cama, ella no le preguntó absolutamente nada si era alérgica a algo o no", contó.
En rigor, la enfermera no está a obligada a hacer esta pregunta, ya que acató lo que indicó el médico por escrito, pero es de buena práctica profesional.
A los pocos minutos de recibir la droga, Marta empezó a sentirse mal. "Me pica un poquito la garganta", le dijo a su hijo, quien pensó que había tomado demasiado rápido el té. "Me pican las manos, me falta el aire", insistió ella.
Fabián corrió a llamar a las enfermeras. Ahí se dieron cuenta del terrible error que habían cometido: darle Diclofenac a una paciente alérgica. Su mamá fue llevada a terapia intensiva, donde atravesó al menos dos paros cardíacos y dos ACV. Murió la mañana siguiente.
"Lo único que te voy a pedir es que no me hagas quilombo acá", le rogó uno de los médicos del sanatorio a Luis Martínez.
En estos años, Bordazahar intentó llegar a un arreglo económico con los hijos de la víctima. "Es buena persona", intentó mediar un amigo en común. Pero los familiares quisieron llegar al juicio para que se supiera "la verdad" de lo ocurrido. "No dudo que sea una buena persona, pero cometió un error imperdonable", apuntó Fabián.
En sus últimas palabras, el médico insistió que nadie le avisó que la paciente era alérgica al Diclofenac y ensayó un tibio pedido de perdón. "Si ustedes creen que yo soy culpable, les pido disculpas", les dijo a los hermanos Martínez.
El lunes 20 de mayo lo condenaron y al día siguiente operó a un vecino de Fabián. Fue en el Hospital Municipal Emilio Ferreyra, también por una hernia, aunque con un feliz desenlace.
"Al menos lo de mi mamá sirvió para que en la Cruz Azul, desde entonces, operen con la historia clínica del paciente en el quirófano", se consuela Fabián, quien tiembla de miedo cada vez que tienen que aplicarle una vacuna o sacarle sangre para algún análisis.
Fuente: Clarín
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