¿Te preguntaron si querías bautizarte?
Por Germán Ronchi
No era un reto ni una imposición. Lo recuerdo como una frase al pasar. Hasta displicente, diría. A tono con el ánimo de no generar polémica, controversia o incomodidad. Y eso que mi abuelo no era para nada un “tibio”, pero las reuniones familiares no eran para “hablar de fútbol, política o religión”, decía cuando yo todavía no había comulgado por vez primera.
De todas maneras, ya tenía una interrogante, que por cuestión de edad recién la pronuncié entrada la adolescencia. Y era: uno elige el cuadro de fútbol del cuál ser hincha o simpatizante; también por elección y convicción se inclina políticamente con determinadas ideas; pero ¿la religión? Una respuesta que no llegó hasta antes de la adolescencia, en la introducción a la lectura, la cual me llevó a una conclusión (apoyada por Eduardo Galeano*): la religión, la cristiana apostólica romana, nos la marcaron a fuego desde 1492.
Hasta entonces navegué, como tantos otros, en un mar de dudas y preguntas sin respuestas. En colegio religioso, que no sólo confundía con el catecismo sino que se contradijo, como buena educación religiosa, al demoler la capilla para agregar salones de clases. Empujado por la masa, por la “tradición”, a los 9 años tomé la comunión.
“Me quiero desbautizar”, me dije un tanto en broma y otro tanto (más amplio) en serio. Ya grande y con dos hijas. Ahí llegó la palabra Apostasía. Y hete aquí el quid de la cuestión. El principio de las respuestas. Nace con esa palabra, con el sentimiento y convicción apóstata, el motivo de este informe de El Marplatense.
No es para contar mis razones, que poco deben importar ni tienen lugar en estas líneas. Mucho menos para convencer a alguien de nada. Simplemente graficar que en Mar del Plata hay muchas personas apóstatas y que son movilizadas por una elección que hoy sí pueden hacer, cosa que no cuando apenas niños.
¿Qué es la apostasía?
La apostasía, según el diccionario, es básicamente la negación, la renuncia o la abjuración de la fe, en una religión.
Hoy en día es reclamada por la ciudadanía como un derecho, como parte integrante del derecho a la libertad de conciencia y a la libertad de culto. Las personas piden constar como apóstata o que se elimine todo registro de pertenencia a un determinado grupo de creyentes y que deje de incluírseles, a los efectos pertinentes, como miembros del grupo, sobre todo en aquellos casos en que la adscripción se produjo sin tomar en cuenta su opinión.
Mar del Plata, la ciudad con más apóstatas del país
"Mar del Plata es, por habitante, la ciudad del país que más apóstatas tiene. Más allá de nuestras campañas colectivas, tenemos un mecanismo de apostasías continuas para que la gente pueda apostatar desde hace diez años", le contó a El Marplatense Fernando Lozada, presidente de Ateos y Ateas Mar del Plata. Y agregó: "Los no creyentes somos muchos más que los católicos practicantes".
Asimismo subrayó que “en Mar del Plata venimos haciendo apostasías desde el 2009. A través de la organización tenemos tramitadas alrededor de 1700 apostasías. Más la asesoría a las personas que quieren hacerlo por su cuenta y es una consulta de casi todos los días”.
"En algunos casos el trámite sale inmediatamente y en otros tarda más , dependiendo de dónde fuiste bautizado también", destacó Lozada, quien admite también que puede hacerse de forma particular, aunque "hacemos las veces de intermediario, pero en apostasiacolectiva.org o lavozdelerizo.ar se puede bajar el formulario".
Las razones habituales para apostatar
"En general nosotros hacemos apostasías colectivas. Empezamos haciéndolas los 24 de marzo, en los actos de Memoria, Verdad y Justicia por los golpes cívicos, eclesiásticos, militares y la gente aprovechaba a apostatar por la complicidad de la iglesia con la dictadura Argentina. Se fue dando también por la lucha de la iglesia contra el matrimonio igualitario, contra la ley de identidad de género y se fueron sumando más motivaciones. Y la que generó mayor cantidad de apostasías fue con el debate por el aborto legal, seguro y gratuito. Eso a nivel masivo", explicó el presidente de Ateos y Ateas de Mar del Plata.
"Nosotros no lo hacemos simplemente por el hecho de un trámite burocrático. Es un movimiento político con la intención de que se respete la libertad de consciencia de niños, niñas y adolescentes, que no sean ingresados involuntariamente a una institución, ya que no tienen capacidad de decidir. Es una forma de protestar por ese derecho y es una forma de decirle a la iglesia católica, apostólica y romana que uno no pertenece a sus filas y que no quieren que hablen más en su nombre. Es alejarse de sus cuestiones morales y también de sus políticas", amplió.
Y respecto a las apostasías individuales aclaró que "cada persona cuenta por qué se quiere apostatar y en general, más allá de la política, hay una reacción emotiva. Vemos muy seguido que las personas tienen una reacción de alivio. Lo hacen como una cuestión política, pero también muy personal. La sensación de alivio es un componente muy fuerte".
¿Cómo se realiza el trámite?
El trámite de la apostasía se puede hacer a través de un formulario que se obtiene de cualquier página de internet referida al tema. Se realiza en el lugar de residencia, sin importar el lugar donde se es bautizado, se acerca al Obispado a través del Canciller, el cual se encarga de trasladar el trámite a cada parroquia donde corresponda para que en el libro de bautismos la persona sea tachada.
“No se borra el nombre, se tacha y se pone ´apóstata´, lo cual es violatorio a la ley de datos personales, la cual dice que las creencias son datos sensibles y no pueden ser almacenados por nadie que nosotros no queramos. Básicamente seguís figurando, pero como un hereje. Somos conscientes de eso, por ahora pretendemos lograr la eliminación completa”, dijo al respecto Fernando Lozada.
Otra de las tantas contradicciones de la iglesia católica
Uno puede "borrarse", apostatar de la religión católica, apostólica y romana. Sin embargo, como en tantas cuestiones a través de la historia, vuelve a contradecirse ya que, de acuerdo a las declaraciones de Lozada a El Marplatense, "para la iglesia católica, la apostasía tiene tres dimensiones: está contemplada dentro del derecho canónico y el catecismo. Por un lado, es un pecado grave, como el cisma y la herejía; por otro lado, es un derecho apostatar, pero también es un delito canónico, además de un pecado", lo cual afecta muy poco y nada a quien tiene el deseo de ya no pertenecer, porque esta vez tiene la posibilidad de elegir.
* “Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: ´cierren los ojos y recen´, Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia”. (Del libro "Ser como ellos y otros artículos", escrito por Eduardo Galeano)