Temor de vecinos de Alberti y Jara por la presencia de delincuentes en una estación de servicio abandonada
El lugar cerró hace varios años y se colocó un cerco, pero es violentado constantemente. Se registran robos y amenazas a personas que esperan el colectivo en esa intersección.
Vecinos de la zona de Alberti y avenida Jara denunciaron la situación de “incertidumbre e indefensión” que viven diariamente por la presencia de personas en “evidente estado de agitación”, quienes se refugian en la edificación abandonada de una estación de servicio. A toda hora se dan robos de motos y de teléfonos celulares de las personas que esperan el colectivo en esa intersección.
Si bien el epicentro se da en esa intersección del barrio Bernardino Rivadavia, donde estas personas se refugian, los vecinos indicaron que la situación más extrema se extiende a un radio delimitado por Alvarado, avenida Colón, Don Bosco y Marconi.
En la esquina de Jara y Alberti funcionó durante muchos años una estación de servicio. Pero desde su cierre, y a pesar de que se montó un perímetro de chapa para proteger la estructura, manos anónimas han ido rompiendo el cerco para ingresar a la edificación y sustraer diversos elementos reutilizables o simplemente para pernoctar. “El abandono es tal que hasta han crecido arbustos, que ya son árboles”, señaló una vecina a El Marplatense.
“Siempre se ha visto que entraban algunas personas, pero la situación ha llegado a un punto en que los vecinos han realizado denuncias ante las autoridades policiales y del Municipio. A pesar de los operativos en los que se expulsó a los intrusos y se repararon en cierta medida las fallas del cerco, la situación ha empeorado, ya que reingresan casi de inmediato”, confió la fuente.
Según señaló la denunciante, además del ingreso y salida “permanente de hombres en evidente estado de agitación”, se han registrado robos de motos y celulares, además de amenazas a quienes esperan el transporte público en las tres paradas de colectivos de la esquina.
Tras lamentar que la presencia policial no es la esperada, piden que el Municipio tome la decisión de demoler el predio. También se indicó que en el lugar hay un domo de seguridad y algunas viviendas tienen cámaras de seguridad, pero la situación de la delincuencia resulta incontrolable.
“Este ha sido siempre un barrio de gente tranquila, establecimientos escolares, pequeños negocios, viviendas particulares y talleres. Se espera seguir con la vida cotidiana sin sobresaltos generados por desconocidos que amenazan la seguridad personal y la propiedad privada”, resaltaron los vecinos.
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