Tener un propósito en la vida reduce la mortalidad
Lo primero para sentirnos motivados es tener un objetivo y en segundo lugar aprender lidiar con los pensamientos negativos para poder cumplirlo.
Un trabajo realizado por profesionales del Rush University Medical Center, en EE.UU reveló que tener un objetivo reduce la mortalidad.
El propósito de vida es un factor de riesgo modificable y, como tal, el rol de las intervenciones para mejorar el propósito de vida debe evaluarse para los resultados de salud, incluida la mortalidad.
Existe un creciente cuerpo de literatura que sugiere que tener un fuerte sentido de propósito en la vida conduce a mejoras tanto en la salud física como mental y mejora la calidad de vida en general. Hay intervenciones disponibles para influir en el propósito de la vida; por lo tanto, la comprensión de la asociación del propósito de la vida con la mortalidad es crítica.
De acuerdo a lo que explica Patricia Boyle, coordinadora del trabajo, estas conclusiones las obtuvo tras culminar estudios hechos a más de 1200 adultos mayores sanos.
Los participantes fueron entrevistados en detalles y su salud seguida a lo largo de 5 años. Finalmente se comprobó la hipótesis: aquellos que tenían un gran propósito, una finalidad, un objetivo en su vida, también tenían un riesgo de mortalidad reducido.
Pensamientos positivos vs negativos
Natalia Barrera alquimista y creadora del método Alquimia Femenina plantea que no existe ser 100% positivo todo el tiempo sino que es necesario unir ambos polos para polarizar y lograr lo que nos proponemos.
El viejo lema amoroso dice que los polos opuestos se unen y cuando de metas se trata también aplica. Es necesario unir ambos polos para iluminar nuestra realidad pues el concepto de iluminarse viene de ahí, unir ambos polos para encender el foco. El foco es nuestro cerebro y este se enciende literalmente cuando aprendemos a escucharnos a través de la palabra.
Los polos son creados por la mente para encerrarnos en creencias limitantes, no hay experiencias o pensamiento que se cataloguen como bueno o malo. El concepto de lindo, feo, gordo, flaco, pobre, rico deja en evidencia nuestros juicios y opiniones que son reflejo de nuestras programaciones inconscientes. Los polos opuestos son necesarios para producir energía pero las personas, generalmente, creen en lo bueno o malo, en lo negativo o positivo, y solemos ver lo negativo como algo malo cuando en realidad la naturaleza va a unir ambos polos. Además todo lo que sea positivo es a corto plazo, tiene una duración corta y lo importante de la vida es aprender a convivir con lo negativo, como se perciben las piedras del camino para saltearlas y lograr las metas.
Para que esto suceda es necesario unir el pensamiento con la palabra. Los pensamientos son reflejo de nuestro lenguaje, cuanto más hablamos con palabras de algo más nos programamos en base a esto. El foco de atención esta puesto en lo que se quiere lograr y entonces eso crecerá.
El problema es que las personas tenemos un cerebro programado para sobrevivir y por este motivo tiende a pensar más en los miedos y los posibles peligros para preservar su supervivencia que poner la atención en lo que quiere lograr. Para ganar esta batalla es necesario encendernos, apasionarnos, motivarnos con la meta porque solo la química de dopamina y testosterona se puede regular los niveles de cortisol en sangre que generan los pensamientos de posibles miedos ante los cambios.