Textiles: “Conviene comprar lo ya hecho; lo importado tiene un costo menor y está listo para vender”
Norberto, que tiene un local de ropa en el centro, cuestionó la baja de aranceles propuesta por el Gobierno. Y aseguró que “lo importado tiene limitaciones. No todo es tan bueno ni tan variado”.
En medio de la reciente controversia sobre reducción de aranceles a las importaciones, desde la Cámara Textil de Mar del Plata manifestaron su disconformidad y calificaron a la medida del Gobierno nacional como “equivocada”. Algo que los comerciantes, que son la primera línea de contacto con los consumidores, confirman cuando aseguran que “conviene comprar lo ya hecho; lo importado tiene un costo menor y está listo para vender”.
Norberto tiene un comercio de venta de ropa en el centro de la ciudad, y en diálogo con Los datos del día, por Radio Mitre Mar del Plata, reconoció que entre ser fabricante o importador, lo que conviene es “comprar lo ya hecho”. La explicación es que “lo importado tiene un costo menor y está listo para vender. El proceso de fabricación local, comprar la tela, elaborar el producto, pagar la mano de obra es largo y costoso. Hoy, los comercios no tienen el respaldo para soportar eso”.
De todos modos, reconoció que “el que produce y fabrica va a seguir produciendo” porque el sistema productivo argentino es “fuerte”. Y además, según su punto de vista, “porque lo importado tiene limitaciones. No todo es tan bueno ni tan variado. A veces, los talles son chicos y los coloridos no son tan amplios. Pero, en cuanto a costos, la importación supera ampliamente”.
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“Hay margen para trabajar y vender, porque el comercio argentino suele aplicar un buen margen de ganancia. Pero la competencia es casi desleal: la importación, con respecto a la producción nacional, desocupa mano de obra y productos argentinos, y le vende al argentino”, agregó Norberto.
En este contexto, el comerciante confió que en la ciudad están apareciendo “locales donde el 90% de los productos son importados y nos compiten en precio, y eso que nosotros tenemos precios super accesibles”. Y reconoció que la traba del sistema de producción argentino está “entre que arrancás a preparar algo y lo vendés. Es más ágil comprar algo ya hecho y venderlo, que hacerlo y producirlo”.
De todos modos, Norberto señaló que no es sencillo pasar de ser productor a importador, y que en verdad se habla de “importación a gran escala”. Explicó que por ejemplo hay comerciantes que se juntan en Flores o en Once y compran un container con 5000 camperas: “Las pagan 6 o 7 dólares y nosotros las vendemos a $30.000, con un margen de 12 o 13 dólares. Pero hay locales que venden 50.000 pesos una campera. Para algunos los márgenes son impresionantes. Para los pequeños negocios es más chico, pero aun así hay un buen margen”.
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Y obviamente no hay que dejar de ver aquello que se convierte en marca y vale por encima del valor concreto del producto. “El mismo buzo que yo vendo a $18.000 lo venden a $40.000. Son la misma tela, la misma confección, los mismos talles, los mismos colores. Pero tienen una marca que consume cierta franja etaria. Más allá de eso, otros negocios no son de marca tan conocida, pero aplican un margen muy alto porque los costos de mantenimiento también son altos: servicios, sueldos, cargas sociales, con todo lo que implica un comercio”.
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