El Torreón del Monje: la historia del castillo marplatense
La construcción medieval que comenzó en 1904, fue sede deportiva de la elite y esconde una historia de amor.
En el marco del aniversario 120 del Torreón del Monje, celebrado el pasado 28 de febrero, El Marplatense dialogó con una guía de turismo local que se especializa en esta construcción de tipo medieval que comenzó en 1904 y que hoy es un gran atractivo turístico en la ciudad.
Su ideador fue Ernesto Tornquist y fue un regalo para “La Feliz” que luego pasó a ser sede de un deporte de elite de la época y protagonista de una historia de amor entre una mujer de una tribu local y un español, lo que le otorgó su tercer y último nombre.
El Torreón del Monje, construido por el arquitecto Aleman Karl Nordmann, hoy es un ícono para la ciudad y para cada visitante que pasa por Mar del Plata. Es considerado uno de los más importantes referentes edilicios y genera identidad paisajista.
Sobre esto, El Marplatense dialogó con la guía de Turismo en Caminatas Guiadas MDP, Victoria Gazzanego y en diálogo con este medio, indicó que "la historia surge como un regalo de Ernesto Tornquist, uno de los que tuvo que ver con el origen de Mar del Plata y el sector turístico porque él fue uno de los socios del Bristol Hotel, bien de la generación del 80, con muchos negocios diversificados; fue banquero, financista, dueño, creador del pueblo que lleva su apellido, el cual lo visionó como una colonia para agricultores e inmigrantes".
"Fue un hombre que estaba en todos los frentes. Uno de esos tenía que ver con el turismo y en 1888, ya había construido su propia casa en Mar del Plata, ubicada en el Boulevard y Arenales, frente a lo que es la calesita de la Plaza Colón. Ocupaba media manzana en esa ubicación".
"Él viajaba mucho, conocía balnearios de otros lugares. Había estado en Europa y por eso decide regalarle a la ciudad esta especie de castillo medieval, estilo que había visto en sus travesías. Le gustaba mucho ese tipo de arquitectura porque la casa que él tenía en Buenos Aires, la quinta en el barrio de Belgrano que luego fue demolida, tenía ciertas coincidencias con el Torreón del Monje".
"Así que en ese lugar de la Bahía Bristol que hoy nos parece cercano y urbano, en 1904 era uno totalmente alejado y por eso sintieron que tenían que hacer algo allí. Empezó como una pequeña confitería, donde se tomaba el té con masitas y fueron transcurriendo los años hasta que en 1927 viene un gran cambio para ese espacio. Se creó el Club del Tiro al Pichón o a la Paloma. Esta era una disciplina deportiva para el momento y que se practicaba en el barrio Divino Rostro, denominado como la Loma de esta disciplina, en las cercanías de la casa de Victoria Ocampo".
"Esa zona en 1900 era totalmente desolada y por eso era un buen lugar para practicar esta disciplina que la elite veraneante había visualizado en Europa y practicaba en Buenos Aires. Las personas venían casi tres meses de turismo y los espacios de recreación y sociabilización eran muy necesarios. Tenía gran prestigio, se entregaban premios, copas, venían tiradores del viejo continente y se hacían grandes apuestas".
"Es por eso que en 1927 se decide ampliar ese Torreón chiquitito que había creado el ya fallecido Tornquist. Ahí se le agregó una obra de ingeniería muy importante porque se construye el elemento fundamental para la práctica del Tiro al Pichón, la terraza o pedana, una superficie de apoyo para determinadas disciplinas deportivas".
"Lo que hoy se conoce sobre la confitería del Torreón, en donde tomamos un café, es donde se sentaban algunas personas a visualizar la actividad, también se hacía la entrega de premios. Era un espacio dentro de la sociabilidad de la elite, muy importante".
Con respecto a su nombre, la referente local indicó: "En un principio se denominó como Torre Belvedere, luego pasó a llamarse Torre Pueyrredon. Ernesto Tornquist era muy astuto para los negocios y sabía perfectamente cómo encararlos y se había dado cuenta de que ese espacio era algo único para Mar del Plata. Un mini castillo frente al mar que debía sostenerse para que la gente hablara de él. Entonces idea junto a su amigo Del Solar, un chileno también enamorado de la ciudad, que inventara una historia que tuviese como eje a esta construcción".
"Es así que se crea la leyenda de donde surge el nombre Torreón del Monje. Es una historia de amor, con personajes y situaciones inventados, entre una chica de la tribu local y un español que vivía en ese lugar. Además, se inserta un tercer elemento en este triángulo amoroso que es el cacique de la zona. Así crearon la historia que, luego de 120 años, perdura en las escuelas marplatenses"
“Lo que le añade característica de castillo es el puente, que completó la arquitectura original. Las torres son similares a las piezas del ajedrez, lo cual también le suma un toque distinto. Es un lugar muy distintivo por la ubicación, por la construcción de la terraza que implicó una tecnología bastante avanzada, porque había que sostener sobre la roca los pilares, tan solo para una disciplina deportiva. En la década del 80, no poseía salones, era totalmente abierta y el mar impactaba allí”.
“Se hizo una inversión enorme, un cambio inmenso de la arquitectura original de 1904, solamente para un deporte que ya en ese momento se estaba dejando de practicar, porque las asociaciones protectoras de los animales se quejaban de ese tipo de actividad”.
"Se disparaba hacia la zona del mar y todos los pichones que recibían el impacto, iban quedando ensangrentados en la zona. En ese momento había quejas de vecinos, se escuchaba mucho y si se busca diarios de 19:30 aproximadamente, hay varias noticias que tienen que ver con esto. Entonces se decide cambiar a los pichones como objetivo y lanzar discos de material, para practicar la puntería y continuar con el deporte".
En cuanto a las innovaciones que se hicieron en la construcción, la referente dijo: "La última que se hizo fue el salón que se hizo en el medio de la terraza. Hasta antes de la pandemia ahí había una especie de barra al aire libre, toda en madera que venía un poco a mostrar cómo eran las primeras ramblas marplatenses. Recién en 1913 se construyó la francesa que luego se demolió en 1939".
"Hasta que post pandemia se decide hacer esta inversión y este proyecto, con un salón de vidrio para aprovechar la vista al mar y que la visual no quede tan tapada con tanto cemento".
"El Torreón hoy funciona con una concesión, que se le otorga a determinadas personas por un determinado tiempo y ellas deben mantener y conservar lo más que puedan, las estructuras porque a nivel municipal es importante. Se debe responder a ciertas características. La parte más antigua de la construcción que es donde hoy está exhibida la muestra Mar de Cartas y que perdura desde 1904. El resto es de 1929, los salones donde hoy se toma café. Si se mira el techo de la parte originaria, se va a poder visualizar la particularidad. Está hecho solo con ladrillos, y solo lo vi en un solo lugar más, en Villa Normandy. Posee exactamente el mismo, con unas vigas negras que lo sostienen".
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