Trabajan en un proyecto para que un programa distinga la merluza con parásitos y deje de ser una tarea humana
Es un proyecto llevado adelante por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Mar del Plata y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
La Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Mar del Plata y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) están trabajando en un proyecto para que la Inteligencia Artifical (IA) pueda detectar qué filets de merluza tienen parásitos y cuáles no, en busca de que deje de ser un trabajo manual que le demanda demasiado tiempo a los operarios.
Una de las estudiantes de Ingeniería Pesquera que participa del proyecto, Valeria Caballero, dio detalles de esta innovadora iniciativa, donde comentó: “Es un proyecto que viene desde principio de año, en el que trabajamos en la evaluación de fotos de filets de merluza que tienen parásitos y otros que no. Trabajé en una empresa pesquera el año pasado, donde uno de los problemas fundamentales que tenían era la cantidad de parásitos que hay en las especies. Es natural que tengan parásitos, pero a la hora de exportar son cada vez más estrictos”.
Cabe resaltar que hace referencia a “parásitos cosméticos”, los cuales no son dañinos para el consumo, pero “a la vista dan mal aspecto”. Entonces, para identificar los pescados con parásitos, las empresas utilizan tablas acrílicas con una luz por debajo, pero es un trabajo completamente manual.
“Como lleva mucho tiempo y manoseo de los operarios, donde se debe asegurar la inocuidad del pescado, empezamos a trabajar en la idea de minimizar esto y hacer más eficiente el trabajo. Ahí entra la IA", agregó en diálogo con “Los datos del día” de Mitre (FM 103.7). Caballero se define como “una anotadora" que trabaja ”mirando los filets, verificando con un programa dónde está cada parásito y marcándolo".
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En esa línea, expresó: "Se hizo una primera etapa con fotografías, pero era muy difícil determinarlo, por lo que en una segunda etapa armamos distintos grupos con gente de la UTN y el SENASA para ir a las fábricas y hacer los lotes nuevamente. Uno toma las fotos, otro las mira, marcamos el lugar de los parásitos en planillas, se suben a una nube y lo que se logra es educar a un programa que en un futuro identificará qué filets tienen parásitos y cuáles no. En ese caso, van a pasar por una cinta y el programa va a tener una cámara para hacer este trabajo”.
Se llaman parásitos cosméticos debido a que “no afectan al consumo humano”, sino que es únicamente “una cuestión visual”. Con el frío quedan inactivos y tras una cocción a 60 grados por un minuto, “se inactivan completamente”, de acuerdo a la explicación de Caballero.
La chubutense contó además que los parásitos se ubican en “determinadas regiones” del filet y que en el programa tienen “marcados” a los tres tipos de parásitos que “más llaman la atención”, como es el caso del anisakis, que se genera en las vísceras del pescado “cuando no tuvo el suficiente frío o pasó demasiado tiempo desde que se pescó hasta que llegó a la fábrica”. Pero también hay otros parásitos que se ubican en la piel y llegan en el músculo, aunque "es sólo estético, se retiran y es suficiente".
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