Un guardavidas marplatense rescata a refugiados en el Mediterráneo
Existen organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro, cuya principal misión es proteger con su presencia en el mar, a aquellas personas que intentan llegar a Europa, huyendo de conflictos bélicos, persecución o pobreza.
En los últimos días los Estados europeos endurecieron sus políticas contra las ONG que realizan este tipo de tareas, aplicando multas millonarias y penas de prisión. El punto álgido de este conflicto se dio el 29 de Junio, cuando Carola Rackete, una joven capitana de la nave humanitaria Seawatch 3, fue arrestada y luego liberada por entrar en territorio italiano con 40 migrantes a bordo y llevar a cabo una maniobra que desobedeció a las autoridades portuarias de Lampedusa. Los cargos que le imputaba la fiscalía de Agrigento de resistencia o violencia contra una nave de guerra, han quedado desestimados, aunque se le sigue una causa judicial.
Una de las ONG que realiza este tipo de tareas de rescate en el mar, es la española Open Arms, quien tiene entre sus colaboradores a un marplatense. Se trata de Matías Kosoblik, quien relató su experiencia en diálogo con el programa "Hoy es Mejor" por Radio Mitre Mar del Plata, destacando que "trabajo como guardavidas en el partido de Mar Chiquita en Santa Clara del Mar, hace 8 años y hace 3 años que durante el verano en Europa, trabajo para una ONG Catalana, que se dedica exclusivamente a rescatar a los refugiados o a la gente escapa desde África o Turquía hacia aguas Europeas".
"La situación con respecto a la capitana del Seawatch 3, es muy complicada, ya que Carola Rackete, fue liberada, pero ha quedado con una causa judicial. A la ONG en la que me desempeño, le han advertido que si rescatan gente en el mar, le van a cobrar una multa de 900.000 Euros. Cuando en realidad lo que se hace es simplemente lo que dice la ley del mar, que si encontrás una embarcación en problemas, si o si, hay que rescatarla y llevarla al puerto seguro mas cercano", indicó.
"La ONG Open Arms, cuenta con dos embarcaciones, tienen un velero y un remolcador y lo que se hace es ir hacia la Isla de Malta, que se encuentra entre Italia y África, frente de Libia, y desde ahí se navega alrededor de 24 hs. hacia la zona de rescate. En esa zona existen muchas mafias que manejan el negocio de los refugiados, vendiéndoles embarcaciones, o los suben a embarcaciones que pueden ser de madera, de goma, de distintos materiales, pero todas muy precarias y los incentivan a que salgan hacia aguas internacionales, para que los encuentre algún barco y los rescaten, por la ley de mar" señaló Kosoblik .
"La gente se arriesga, hay mujeres embarazadas, niños, abuelos, todos tratan de escapar y pueden tener la suerte de los encuentren en el mismo día o en horas, o directamente que nunca los encuentren y se hundan", destacó.
"En un solo día hemos rescatado 494 personas vivas y 8 muertos, en cuatro embarcaciones diferentes y ahí realmente uno se encuentra con la triste realidad, con gente que ha sido torturada. En todas las mujeres que en su mayoría han sido violadas, la mayoría de los embarazos son frutos de las violaciones. En Libia todavía existe la esclavitud y venden a la gente como esclavos", señaló Kosoblik.
"Uno se encuentra habitualmente con gente que está escapando de lo peor de lo peor, y cuando lo ven a uno, que viene a rescatarlos, se puede ver la alegría, como cambian, son muy agradecidos, es gente que esta buscando una segunda oportunidad arriesgando su vida y la de sus hijos para lograrlo", afirmó.
En cuanto a como van a continuar con su tarea teniendo en cuenta la situación actual, Matías Kosoblik destacó que "la gente que apoya este trabajo se esta manifestando continuamente y el Gobierno de Cataluña a ayudado mucho, no así España. Lo único que se puede hacer es seguir estando en el lugar y ver de poder continuar con los rescates, pero es muy complicado, ya que las multas son de mucho dinero, y la ONG se solventa con el aporte de la gente que colabora".
Finalmente Kosoblik señaló que "la solución es que cambien las leyes, pero el gran problema es el gobierno italiano, que es el pone trabas continuamente, buscando criminalizar el trabajo de las ONG, que es el único fin que persigue".