Un marplatense en Barcelona: "Cuando vuelvo me da miedo que me maten para robarme las zapatillas"
Por Nicolás A. Ronchi
En un país donde cada vez es más dificil mantenerse en pie, muchos eligen no mirar hacia atrás, hacer las maletas e ir por una vida mejor. Algunos detrás sus sueños y otros, como el marplatense Franco Carlesimo, para dejar de temer por la seguridad de su hija y su familia.
Por una realidad en la que el último año se registraron 30 robos a viviendas cada mes, 2o mil llamados al 911 sólo en febrero de 2023 y el horror se acrecenta día a día, es que Carlesimo decidió dejar su ciudad natal y migrar a Barcelona hace seis años, donde logró asentarse y dedicarse, tanto a su familia, como al diseño gráfico.
Con casi 4o mil seguidores en su cuenta de instagram, el artista gráfico deslumbra a los usuarios con sus trabajos, que van desde figuras de Marvel -muchas de edición limitada-, anime, algunas a las que considera "criaturas", como cuando una de ellas fue utilizada para la famosa serie "The Walking Dead" y hasta creaciones proporcionadas por su imaginación.
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En principio, en comunicación con El Marplatense, confesó las razones que lo llevaron a dejar la ciudad: "Vinimos a Barcelona en 2017 con mi mujer y mi hija por la situación ecconómica y porque no nos sentíamos seguros. Lo más importante fue el hecho de tener una hija de 11 años y saber que en unos años empezaría a moverse sola por la ciudad. Pensar que iba a salir a la noche no me daba seguridad".
"Ya de por sí, mi mujer trabaja haciendo maquillajes para eventos y no dormís muy tranquilo sabiendo que vuelve tarde. En Mar del Plata sufrimos varios robos y nos dimos cuenta que se estaba volviendo algo normal, aún más en temporada de verano. La seguridad fue el factor principal para dejar la ciudad", explicó.
"Dentro de lo económico, siempre te podes arreglar de alguna forma u otra, pero lo que no podés cambiar es la inseguridad. Además, si la situación económica del país está cada vez peor, los crímenes van a aumentar y además, cada vez se pierde más la cultura del trabajo. Preferí probar suerte a otro lado", añadió.
Dentro de los motivos por los que eligieron mudarse a España, Carlesimo destacó: "Mi mujer ya conocía el país porque había vivido muchos años en Europa y le encantaba Barcelona. A mí me daba igual, quería irme a cualquier lado, no importaba. Tal fue así que desde que surgió la idea hasta que nos fuimos sólo pasaron seis meses, que fue el tiempo que tardamos en juntar el dinero".
Al mismo tiempo, contó que sus trabajos eran compatibles y específicamente, él podría trabajar "desde cualquier lado", ya que para él sólo "fue mover su oficina de Mar del Plata a Barcelona".
"Si bien en el diseño gráfico hice de todo, en el 2015 empecé a enfocarme solamente en el modelado 3D. Mi trabajo es hacer el archivo digital de un modelo de alguna figura, como puede ser cualquier personaje de Marvel y después, las empresas o clientes privados hacen la impresión y más tarde la copia, el molde y la producción. Soy como el maestro mayor de obra", detalló el diseñador.
De hecho, en la actualidad las industrias del cine, la televisión, los videojuegos, la arquitectura, la construcción, el desarrollo de productos, la ciencia y la medicina utilizan modelos 3D para visualizar, simular y renderizar diseños gráficos.
- ¿Qué distinciones notás entre Mar del Plata y Barcelona?
- Un tema importante es que en las instituciones se habla en catalán. Por ejemplo, mi hija, con 11 años, fue a la escuela y tuvo que aprender el idioma. Es un cambio bastante grande, aunque todo el mundo sabe español. Por otro lado, a nivel social y cultural, lo que me encanta es que hay gente de diferentes países.
Por más que hablamos el mismo idioma, somos bastante diferentes en un montón de cosas. Porque el argentino es jodón, chistoso, y ellos eso no lo tienen. No agarran fácil los chistes de doble sentido y los sienten como una falta de respeto. Por más que venimos de acá, somos más parecidos a los italianos.
En otro punto, también recordó que no puede hablar "de cualquier ccosa" en las reuniones, como se hace en Argentina, donde uno puede mezclar política, música, cine, economía y deportes en una conversación, sino que "si no saben un tema, prefieren no hablarlo".
- ¿Cómo fue la búsqueda de un trabajo?
- Mi mujer trabajaba de maquilladora, le iba muy bien y quería seguir dedicándose a lo mismo. Le costó un poco más porque los contactos que ella tenía antes ya no hacían lo mismo.
En cambio, resaltó que en su caso no le cambió nada, sólo el lugar físico, y que además corrió con la ventaja de la gran cantidad de eventos internacionales a los que puede asistir en Europa.
"Por ejemplo, hace tres semanas conocí a Richard Taylor, director de Weta Workshops -empresa de efectos especiales- y ganador de cinco premios Oscar en un evento. También, hace poco me invitaron a una conferencia en Croacia. A diferencia de Mar del Plata y Argentina, acá hay miles de eventos durante todo el año", amplió.
- ¿Tenés preferencias a la hora de trabajar?
- Sí, prefiero diseñar criaturas, como un bicho que hice para una serie que se llama Creepshow, donde Greg Nicotero, que es director del estudio que realiza los efectos de The Walking Dead, me contactó para comprarlo y usarlo en un capítulo que dirigía él.
En último lugar, sobre la posibilidad de regresar a Mar del Plata, confesó: "La verdad es que que me gusta la ciudad, tengo familia y a mis amigos allá, pero no lo siento como mi hogar. Incluso ni siquiera a Barcelona, pero tampoco siento la necesidad o las ganas de volver a Mar del Plata. Si no fuese por las amistades y mi familia, no hay tanto que empuje a volver".
Sin embargo, hace dos veranos regresó a la ciudad y de su visita señaló: "No cambia, siento que es siempre lo mismo y es raro. La etapa de Mar del Plata ya pasó en mi vida y ahora estoy en una diferente. A mi mujer le gusta mucho más que a mí. De hecho, si fuese por ella iría a Mar del Plata todos los veranos para evitar el invierno, pero cuando vuelvo me da miedo que me maten para sacarme las zapatillas".
"Acá todos usan el celular en la calle y no tenés preocupación de que pase alguién en bici y te lo arrebate. En cambio, en Mar del Plata me tengo que acordar de que no puedo hacerlo y se volvió una costumbre, nadie usa el celular en la calle", concluyó.
En una realidad totalmente distinta a la que azota a Mar del Plata y el país, Carlesimo vive en Barcelona con su esposa e hija, a la vez que su trabajo es reconocido y conoce a más personas por las posibilidades que ofrece el primer mundo.