Una marplatense en el horror de Valencia: “Nadie avisó que esto iba a tener la magnitud que tuvo”
Martina Baldino vive en la ciudad española donde esta semana las fuertes lluvias provocaron inundaciones, con más de 150 muertos y decenas de personas desaparecidas.
Más de 150 muertos y decenas de personas desaparecidas. Las inundaciones en Valencia, y en buena parte del sureste de España, han sido una de las tragedias del año, que dejó como postales del horror imágenes de casas inundadas hasta los techos y autos apilados en calles céntricas a raíz del cauce generado por las torrenciales lluvias. Martina Baldino, una marplatense que vive en aquella ciudad, relató a El Marplatense cómo fueron aquellas tensas horas en las que todo quedó bajo el agua y cómo se sigue después de tanta desolación.
Si bien la zona en la que vive Martina no sufrió inundaciones, aunque sí fuertes vientos, muchos de sus compañeros de trabajo y amigos se vieron afectados. Recuerda que las horas previas a que se desate la tormenta fueron de tranquilidad, en una jornada que no hacía prever lo que iba a ocurrir: “Estaba todo normal, entre comillas. Había alertas, pero como que nadie dio mucha bola porque no hubo una difusión real. Nadie avisó que esto iba a tener la magnitud que tuvo”.
La marplatense contó que por eso mismo la gente hizo vida normal, ya que ni siquiera desde los lugares de trabajo brindaron alguna recomendación a sus empleados. Ella llegó a su casa alrededor de las cuatro y media de la tarde, y recién a eso de las cinco el cielo “se puso negro y se levantó mucho viento”. Sin embargo nada hacía prever lo que iba a ocurrir: “Como a las siete recibí el primer mensaje señalando que esto era mucho más heavy de lo que pensábamos”.
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Ahí fue cuando comenzaron a llegar los mensajes: una amiga de Martina le mandó un video mostrando el avance del agua sobre la calle. Y a eso de las ocho y media “llegó un aviso al celular de todos, con una alarma fuertísima de que no saliéramos de nuestras casas. Pero para ese momento ya estaba todo inundado”.
Mientras las redes sociales comenzaban a viralizar las primeras imágenes que surgían, la tormenta avanzaba. “Yo no lo podía creer porque en mi zona estaba todo normal. Pero fue cuestión de media hora, una hora… Otra compañera mandó una foto de su auto con agua hasta el techo. A los veinte minutos mandó otra en la que el auto no se veía y ya se metía agua en los edificios”, narró la marplatense. Y el agua siguió subiendo hasta la medianoche.
Los pocos que tenían red de celular y energía eléctrica se comunicaban y comentaban lo que les iba pasando. Muchos perdieron sus autos, otros sufrieron la inundación de sus casas y departamentos, pero más allá de lo material la vida se ponía en juego: “El papá de un amigo que salía tarde de trabajar no pudo volver a la casa. Durmió toda la noche encerrado en el galpón donde trabaja. Recién a las 08:00 de la mañana siguiente tuvieron noticias de él”, contó Martina.
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Si bien las lluvias no se extendieron por mucho tiempo, “el desastre fue después, cuando empezó a subir el agua y a arrastrar todo”. Allí quedaron caminos cortados y gente que no pudo volver a su hogar y tuvo que dormir en hospitales o donde pudieran conseguir albergue. Las anécdotas se multiplican, también la tristeza y la desolación.
Martina aseguró que desde el Gobierno ya se informó que va a haber ayuda económica “para que las familias afectadas puedan rehacer un poco sus vidas”. Porque lo que queda luego de un desastre como este, siempre son la solidaridad y el gesto humano: “Hay muchos que están organizándose para ayudar a gente que no tiene nada, sobre todo para llevar agua a zonas donde hace tres días están sin agua y sin luz. Muchos vecinos están alojando a personas que perdieron todo”.
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