"No me animaba, pero… #10yearschallenge", fue lo que escribió en Twitter Camila Rivadavia, marplatense de 18 años, antes de sumarse al "desafío de los 10 años", una consigna que cada vez suma más publicaciones en las redes sociales y que consiste en compartir una foto de hace una década y en simultáneo una actual. Lo divertido es ver las diferencias, reírse de uno mismo. Pero Camila logró darle un nuevo sentido al juego viral.

Junto a su mensaje puso tres fotos. En las imágenes se descubre la misma sonrisa, pero en la de hace 10 años no tiene pelo, de una oreja le cuelga la tira de un barbijo que está apelotonado en el cuello, que se bajó para tomar su yogur y sacarse la foto; y sobran las palabras.

Cami llegó a Plaza Mitre de Mar del Plata junto a Diego, su novio, los dos en bicicleta. La de ella se la regaló él este mismo mes para su cumpleaños número 18 y desde ese día cada vez que pueden comparten salidas en dos ruedas. 

En la última semana cada vez que chequeaba su celular veía que todas las redes sociales habían sido invadidas por el #10yearschallenge y le fue imposible no ponerse a pensar dónde estaba ella 10 años atrás. La respuesta la llevó directo a esa parte de su vida que durante mucho tiempo quiso olvidar.

"Cuando empecé a ver todo lo que subían pensé en publicar algo pero no lo hice, porque la realidad es que hubo un tiempo en que yo quise borrar todo eso, por miedo a que me trataran como a una 'víctima', porque mucha gente que me conoce no sabe esta historia", confesó Cami.

"A los 9 años me diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda, tuve dos años de tratamiento adentro del hospital, con quimioterapia un año, no llegué gracias a Dios a los rayos, después estuve con pastillas. El tratamiento es súper invasivo porque así como te elimina lo malo, también te elimina lo bueno", explicó sobre los días de la primera imagen.

Fue un amigo que conocía su historia el que la empujó a animarse. El miércoles a la noche Cami escribió el tuit, lo mandó y puso el celular en silencio. Después se fue a dormir. Al otro día cuando se levantó, mientras se preparaba para ir al local de la costa en el que trabaja como camarera, vio que el mensaje ya tenía más de 700 retuits. Una cifra impensada para sus interacciones en la red social.

"Yo pensé que sólo lo iban a ver mis conocidos, un montón de gente me escribió 'qué lindo', 'fuerza', 'el mejor challenge que vi', 'sos una guerrera', 'sos una luchadora', ningún mensaje me tiró para abajo", describió sobre las primeras repercusiones, plagadas de muestras de apoyo y de reconocimiento a su versión del desafío viral.

"Vi muchos comentarios como diciendo 'y yo me hago tanta mala sangre por tantas taradeces', eso también está, el dejar de preocuparse por cosas que cuando uno las piensa son cosas que pasan", sumó sobre otras de las repercusiones que tuvo su #10yearschallenge y agregó: "Me gustaría por ahí que todos tengan una mínima esperanza que de esa enfermedad puntual se puede salir. Yo estoy feliz de poder contar que se puede".

Fuente: Infobae.