Vajilla y decoración: ¿Cómo hacer que todo combine?
Si bien en lo cotidiano, y al ritmo desenfrenado de la rutina, no prestamos mucha atención a la vajilla que usamos para comer, lo cierto es que cuando recibimos invitados queremos que la mesa se vea linda y armónica. Y esto es posible de lograr sin demasiado esfuerzo, ya sea con juegos completos y homogéneos como con platería, cubertería y cristalería diversas y de diferentes estilos.
Armar una mesa estéticamente bella le pone un valor agregado a la experiencia de comer, sea cual sea el menú, aunque sea una picada o unos sándwiches. Y la clave es la combinación eficaz de los elementos con los que contamos. El mantel y las servilletas; toda la vajilla, los platos, los cubiertos, los vasos o copas; y algún accesorio decorativo que le dé un toque personalizado y cálido a la mesa.
En este artículo veremos cómo hacer que nuestros invitados se sorprendan al visitarnos. Con consejos, recomendaciones y trucos para lograr una hermosa mesa y funcional, tanto para una comida formal como para un encuentro informal. Y transformar tu cocina o comedor en el salón de un distinguido restaurante.
La mesa, una composición artística
Al igual que un artista dispone de cual o tal manera los colores o materiales para lograr una imagen o composición, al armar una mesa debemos elegir minuciosamente cada uno de los elementos. Cada una de las piezas de la vajilla será fundamental para lograr una mesa inolvidable y armoniosa. En combinación con los tonos y estampados de la mantelería y, por supuesto, del ambiente donde vamos a comer.
La escena que crearemos debe tener que ver con el clima que deseamos generar. Emplear colores neutros y pasteles y vajilla formal brindará un entorno sutil y elegante. Optar por paletas vibrantes y estridentes y utensilios casuales y diversos, un ambiente descontracturado que invita a la diversión. Lo importante es que cada elemento tenga que ver con ese clima que queremos generar, que sea coherente.
La vajilla: protagonista indiscutible de una mesa memorable
Adecuada para el menú elegido
La vajilla debe aportar estética y armonía a la mesa, pero, además, debe ser útil y funcional para el menú que elijamos servir. Así, si optamos por brindar uno gourmet con primer y segundo plato, debemos disponer un plato pequeño y uno grande. Y, si se trata de sopas, arroces, guisos o pastas, es importante procurar que sean hondos y que, junto al tenedor y el cuchillo, ubiquemos una cuchara.
Si en cambio, decidimos agasajar a nuestros invitados con unos elaborados tacos mexicanos, tendremos que considerar un plato chico para cada comensal, al menos dos fuentes para distribuir el relleno en la mesa, unos cuantos bowls o cazuelas que combinen para colocar los ingredientes adicionales, como verduras, quesos y salsas, y varios tenedores, cuchillos y cucharas para que todas puedan armar su porción.
En ese sentido, tenemos que prestar atención a los cubiertos que ofrecemos según el tipo de comida. Es necesario poner cuchillos para untar si amerita y filosos o dentados si hay un plato de carne; cucharas y cucharones si las sopas o salsas forman parte del banquete. Tenedores chiquitos o pinchos si armamos una picada comunitaria y convencionales para platos individuales. Y cucharas de postre si lo habrá.
En cuanto a la cristalería, también debe ser coherente con las bebidas que circularán en la mesa. Deberá haber copas de vino y agua, pintas o copones para cerveza o vasos de trago largo, según el caso. Copas de champagne o sidra, si se prevé un momento de brindis. Y las correspondientes compoteras, si es que habrá helado, mouse o ensalada de frutas de postre.
El estilo según la ocasión
En cuanto al estilo, si apostamos a una cena formal y distinguida, podemos usar el delicado juego de porcelana que heredamos de nuestra abuela. Con fondo claro, flores pintadas en el centro y una fina virola dorada en los bordes. El de cubiertos de plata labrada que les regalaron a nuestros padres en su casamiento. Y las copas de cristal, también labradas, que no recordamos a quién pertenecen.
Si, por el contrario, proyectamos una comida informal, es nuestra oportunidad para conjugar platos y bowls casuales, de diferentes juegos, colores y estilos. Los cubiertos de mango de plástico o madera de varias familias que tenemos desparramados en el primer cajón del mueble bajo mesada. Y la mezcla de vasos, copas, copones y compoteras disímiles que se fueron juntando tras perder a sus compañeros idénticos.
Vestir la mesa: el mantel y las servilletas
El mantel y las servilletas deben corresponderse con la vajilla e, idealmente, con el ambiente en el que está emplazada la mesa. Si se trata de una cena formal con la vajilla delicada que mencionamos, podemos elegir mantelería lisa y clara, blanca o manteca, sobre el que se luzcan los platos, cubiertos y copas.
Por su parte, una cena informal nos abre un mundo de posibilidades en este sentido. Tenemos la posibilidad de usar desde un mantel de hule transparente hasta uno de tela o eco cuero estampado. Y disponer una servilleta de cada color para darle aún más alegría y diversión a una comida descontracturada. Si vamos a comer picada, estamos habilitados a poner servilletas de papel. ¡Y en abundancia!
También tenemos la opción de elegir determinados colores o temáticas y aplicarlas en la vajilla y la mantelería. Por ejemplo, mantelería blanca y vajilla de un único color. O, al revés, mantelería de un color como escenario de una simple vajilla blanca. O elegir montar una mesa floreada o tropical con mantelería alusiva y vajilla acorde. Esta última opción es ideal si tenemos pensado comprar o alquilar vajilla para esta ocasión.
Decorar la mesa: los accesorios
En su justa medida y siempre que combinen con el estilo de la mantelería y la vajilla y no obstruyan la visual de los invitados, todos los elementos que apoyemos en la mesa pueden brindarle un toque de distinción. Para una cena formal, podemos disponer un florero o arreglo floral como centro de mesa o uno o dos candelabros. Platos de sitio, porta servilletas, posa vasos e, incluso, posa cubiertos.
En el caso de una comida informal, podemos elegir centros de mesa más sencillos o rústicos, un velón o varias velas aromáticas. Servilleteros simples, individuales y los posa vasos típicos de las marcas de cerveza.
Como parte de los accesorios, podemos mencionar también pequeños detalles que queremos tener con nuestros invitados. Como el nombre de cada uno señalando su asiento, mensajes debajo del plato o la copa o un objeto que los identifique, vinculado a una pasión o afición, por ejemplo.
Tips para poner la mesa
- Alinear cada plato con cada asiento.
- Colocar el tenedor a la izquierda del plato y el cuchillo y la cuchara, a la derecha.
- Ubicar la copa o el vaso por encima del plato, unos centímetros hacia la derecha.
- Disponer las bebidas de modo que no obstruyan la visual de los comensales.
- Si se trata de una picada o de tacos o sándwiches que se armarán en la mesa, distribuir los ingredientes a lo largo de la mesa y, de ser posible, repetir el mismo ingrediente en dos recipientes.
- Colocar una panera cada cuatro comensales.
- Procurar que siempre haya agua en la mesa.
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