Venta de drogas: “Ha crecido la cantidad de investigaciones y allanamientos”
En los últimos tiempos “ha crecido la cantidad de investigaciones y allanamientos” en torno a la venta de drogas en la ciudad, según destacó el fiscal especializado en Estupefacientes, Leandro Favaro.
La definición del fiscal se da en el marco de un par de operaciones realizadas en las últimas horas, que culminó con la desarticulación de un punto de venta de drogas en el barrio San Jorge, donde se detuvo un mayor de edad, y otro en el barrio Villa Marista, donde además de una aprehensión se logró el secuestro de armas de fuego.
En comunicación con UPM por Radio Mitre Mar del Plata, Favaro consideró que a raíz de estas operaciones “es estable el trabajo de la Fiscalía, por sobre lo que habitualmente venía siendo en los últimos años”.
“Ha crecido la cantidad de investigaciones y allanamientos. Y se ha sostenido ese crecimiento porque además es una respuesta que hay que dar ante una demanda constante de los vecinos y sobre los hechos de violencia alrededor de estos puntos de venta de drogas”, consideró el fiscal.
Uno de los hechos que llama la atención, y que se repite en varios casos, es que muchos de los integrantes de estas bandas delictivas se encuentran cumpliendo detenciones domiciliarias. “En este tipo de delitos es una cosa que suele verse mucho -comentó Favaro y agregó-. A una de las personas la conocíamos porque había sido condenada y estaba esperando la firmeza de su sentencia. Por eso esperaba la condena en su domicilio. Conocíamos su familia, que también había sido condenada. En el otro caso no, nos sorprendió cuando la Policía lo ingresó porque estaba con arresto domiciliario en otra causa de otra Fiscalía, por robos calificados”.
El fiscal explicó que “muchas veces las identidades de las personas se constatan al momento de ingresar, porque los conocemos por un apodo o solamente tenemos alguna fotografía y no la podemos identificar de modo fehaciente. Pero en este caso nos enteramos al momento de irrumpir en el domicilio”.
Una de las dificultades con las que se encuentran estas operaciones es el terreno donde se generan, viviendas con recovecos que dificultan la tarea de los agentes. “Los lugares que están predispuestos para la venta de drogas tienen todo armado para que el ingreso policial lleve tres o cuatro minutos, que en un procedimiento de estos es una eternidad, porque desaparece la droga fácilmente. La metodología de descarte es muy sencilla, muy rápida, y tres o cuatro minutos que se puede demorar en entrar en estos domicilios son determinantes para poder o no tener acreditado el delito”.
De todos modos, reconoció que estos casos recientes ocurridos en la ciudad fueron “distintos” porque “eran viviendas comunes” que al estar dispuestas para arrestos domiciliarios “siempre tienen informes de asistentes sociales que dan cuenta de su habitabilidad, de su capacidad para recibir a otras personas, de que allí viva alguien que pueda hacerse cargo de la manutención familiar. Estas no escapan a un domicilio común, con lo cual se aleja de los clásicos bunkers de drogas donde sí inevitablemente cada vez las murallas que hay que derribar son mayores”.