Verónica Llinás: "Lo quiero mucho al 'Puma' y me encantaría verlo"
La actriz que interpreta el papel de Ignacia en la obra "Antígona en el Baño" reflexionó sobre el rol de los medios y la imagen dentro del mundo del espectáculo.
Mar del Plata en temporada está llena de estrellas, algunas de otras épocas y otras con pánico escénico como Ignacia, la protagonista de Antígona en el Baño. Verónica Llinás interpreta a una actriz que tiene una crisis al afrontar un nuevo papel, un reflejo de los miedos e inseguridades que atraviesan en el mundo del espectáculo.
La relación de Llinás con Mar del Plata tiene larga data, en diálogo con El Marplatense aseguró que "es una ciudad hermosa, la verdad que me gusta mucho, la zona de Playa Grande es muy querida por mi. Pasé bastante de mi infancia en un edificio que había construido mi abuelo".
Durante su estadía en la ciudad, aprovechó para visitar el Teatro Tronador BNA que hoy cuenta con una amplia cartelera que convoca a locales y turistas. “Es un teatro hermoso, muy lindo todo el hall como está ambientado. Lo quiero mucho al ”Puma", es mi amigo y me encantaría verlo", afirmó.
De jueves a domingos, Verónica se pone en el papel de Ignacia y junto con Héctor Díaz y Darío Lopilato muestran una nueva faceta del mundo artístico lleno de risas que enmascaran una tragedia.
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- ¿Qué es lo que ofrece Antígona en el Baño?
En principio, mucha risa, una obra que es muy particular, original y muy graciosa. Me da un poco de vergüenza hablar bien de la obra que hizo una misma, pero es lo que la gente nos dice.
Sucede en un baño, cosa que es totalmente atípica, y está en un código muy especial donde no es necesario saber nada. No es la historia de Antígona, sino de una actriz que la interpreta y tiene miedo el día del estreno.
La obra habla de muchísimas cosas, tiene una profundidad porque si bien es graciosa, hay mucho aspecto humano espejado. Desde el tema de las mujeres con el paso del tiempo, cómo afrontar la decadencia del cuerpo, la relación con la maternidad, el mundo de la sanación, las inseguridades.
- ¿Cómo trabajás la construcción del personaje y qué elegís hacer en momentos de estrés?
Enfrentar un personaje siempre es un desafío, este en especial era muy entrañable para mi porque habla de la actuación, la inseguridad, el ser mujer y actriz, la propia imagen, el paso del tiempo. Yo sentí que tenía mucho para aportarle a la obra, por eso participé en la escritura junto con Facundo Silva.
Para esos momentos de estrés me encanta estar con animales, tengo seis perros, tres gatos, que los extraño. Escucho música, audiolibros que me encanta, a veces dibujo. Es muy variada la forma de desestresar, pero tiene que ver con cortar esta relación un poco enfermiza que se tiene con los medios al tratar todo el tiempo de proyectar una imagen.
Por momento desaparezco un poco de las redes porque necesito una especie de burbuja de otra cosa, fantasía, un mundo más allá de este.
En toda la gente que ha hecho un humor que pueda rozar la crítica, genera una especie de autocensura porque se mantiene como una especie de fantasma la cancelación. Eso es muy duro porque implica jugar y amenazar los medios de supervivencia de las personas. Un nivel de violencia extremo que estamos viviendo y creo que muchos no se están dando cuenta.
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- Antígona en el Baño también juega con temas como el feminismo y problemáticas que resuenan en los medios hoy en día.
Ignacia, que es la protagonista, está un poco atrapada por ese mandato de tener que ser siempre joven, linda, estar bien. Vive en función de su imagen exterior desatendiendo totalmente su interior que le pide otra cosa.
El día del estreno todo ese mundo se le craquéela y empieza a verse vieja, gorda, con un montón de inseguridades que hasta ese momento estuvo tapando. Ahí se produce la irrupción del supuesto sanador y ella cae en sus manos, un chanta pero que con sus métodos ridículos logra generar en ella algo que destapa la verdadera tragedia de la obra.
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