Yésica Di Vincenzo y Adrián Caballero: pioneros en llevar la moda marplatense al mundo
Hoy te propongo un repaso por la carrera de Yésica Di Vincenzo, con quien la moda nos une hace 18 años.
Conocí a Yésica en el año 2006, cuando ella ganó el título de Reina Nacional del Mar, certamen en el que tuve el honor de vestir tanto a la reina como a las princesas. Luego de formado ese vínculo, Yésica decidió confiar en mí para que la acompañe en uno de los momentos más importantes de su carrera: su participación en el certamen Miss Universo que se desarrolló en Las Vegas, Nevada, Estados Unidos en el año 2010. Así fue cómo, juntos, llevamos por primera vez la moda de nuestra ciudad a un certamen internacional de máximo nivel.
Pero antes de detenernos en ese momento, repasemos cuál fue el camino que le permitió a Yésica llegar a ser una de las participantes en el concurso de belleza más importante a nivel mundial.
Los comienzos
«Comencé mi carrera a los 16 años, acá, en Mar del Plata», cuenta Di Vincenzo. «En ese momento, el mundo del modelaje era realmente desconocido: hace 20 años atrás, no existían las redes sociales y la información que una tenía como para poder comenzar era escasa. Había que lanzarse a las experiencias casi sin información».
Es aquí donde Yésica hace hincapié en su entorno, que fue fundamental para poder cimentar su exitosa carrera: «La familia en este proceso fue muy importante. Tanto mis padres como mi hermano me acompañaban en cada paso, sobre todo a esa edad. Mi papá era el viajaba conmigo a cada uno de los castings que hacía, y mi mamá fue siempre la encargada de hacerme los vestidos y trajes, por lo que mi ropa siempre estuvo confeccionada por ella en todo momento. Por otro lado, mi hermano Andrés era quien me guiaba y corregía: él miraba las fotos, las notas y me decía qué era lo que podía mejorar. En todo ese proceso inicial, en gran parte el responsable fue él. Él me ayudó a encontrar mi mejor versión, para así sentirme más segura y confiada».
El primer certamen de belleza en el que participó Di Vincenzo, fue a nivel internacional: «En 2006 me llegó la primer gran oportunidad: a los 18 años, pude representar a Argentina en “Miss Italia nel Mondo”. Esta experiencia me sumergió en el mundo de los concursos de belleza y allí descubrí cuánto me apasionaba representar a mi país: la emoción que una siente cuando ves tu bandera y sabés que sos la causa de que esa insignia esté ahí, junto a las demás banderas del mundo, no se puede explicar con palabras».
Un camino de compromiso y dedicación
Al regresar a la Argentina, Yésica se propuso como objetivo participar de la Fiesta Nacional del Mar, para lo cual se preparó con enorme esmero: «Fui creciendo en oratoria, postura, comportamiento social, vestimenta adecuada. Ganar ese certamen me llevó a conocer mi país y me permitió conectarme con gente relevante de la ciudad en el mundo de la moda. Entre esas personas te conocí a vos, que eras el encargado de vestir tanto a la reina como a las princesas».
Tras un año de recorrer el país representando a nuestra ciudad, Yésica se puso como objetivo su participación en el certamen Miss Mundo Argentina, para lo cual se preparó durante un año: «A veces las experiencias tienen sus grises», cuenta. «No voy a mentir, no todo es color de rosa. Ese concurso fue el más difícil. Pero también tengo que reconocer que los tiempos del destino de cada uno, son perfectos. Todo sucede cuando estamos listos. En Miss Mundo Argentina quedé 4ta finalista, y eso me dio la posibilidad de participar en el certamen Miss International que se realizó en China y Japón».
Di Vincenzo destaca los vínculos que pudo formar durante esos viajes: «Este viaje —el de Miss International— fue mi “escuela de Misses”: agradezco a la vida que me haya cruzado con Miss Puerto Rico, quien me enseñó a pegarme las pestañas postizas; Miss Venezuela, quien fue muy importante para mí más tarde cuando participé en Miss Universo; mi fiel compañera de habitación, con quien 18 años después seguimos siendo amigas y a quien iré a visitar en julio, Miss El Salvador; Miss Ecuador con sus tips de maquillaje y con quien hasta el día de hoy nos une una bella amistad. Sí, quizás el camino hacia ese concurso haya sido duro, pero fue la experiencia a nivel internacional que más enseñanzas y amistades me dejó en toda mi carrera».
Yésica también hace mucho hincapié en lo importante que es la preparación para forjar una carrera como la de ella: «Cuando regresé de Miss International quería seguir viviendo estas experiencias, seguir aprendiendo. Me capacité con profesionales en maquillaje, peinados, oratoria, porque me dí cuenta de que los otros países tenían equipos enteros con sponsors, y que a mí aún me faltaba mucho recorrido para alcanzar ese nivel».
Miss Universo
Así es como, en el año 2010, ya con más preparación y confianza, Di Vincenzo se propone como objetivo participar en el certamen de belleza más exigente a nivel mundial: Miss Universo. Para ello, se presenta primero —y triunfa— en la instancia Miss Buenos Aires, para luego ser elegida Miss Universo Argentina.
Así llegó el desafío de preparar su viaje a Las Vegas: «Tuve que llevar todo en dos valijas», recuerda Yésica sobre su experiencia. «Tenía que estar maquillada, peinada, divina desde la hora cero. Nos levantábamos todas a las 5:30 hs para estar desayunando listas a las 7 hs. Y teníamos que estar impecables, porque teníamos actividades todo el día y contacto permanente con periodistas de todo el mundo». Y es en este momento bisagra de la carrera de Yésica en el que más se destaca el incondicional acompañamiento de toda su familia pero, fundamentalmente, de su madre, quien es modista y se encargó de confeccionarle, para su viaje a Las Vegas, 22 vestidos para utilizar durante todos los días que duraba la competencia: «Mi mamá es una genia, ella me hizo los vestidos de los días cotidianos».
«El gran desafío era cómo generar un impacto que sea perdurable en esos dos minutos de pasarela, y destacarse entre otras 63 participantes», cuenta. «Además, con tan poco tiempo de preparación, porque mi coronación nacional fue en junio y en agosto era el certamen en Las Vegas. No tenía mucho tiempo, y la preparación que me daban, era nula. Me conseguí todo sola: zapatos, ropa, maquillaje, traje típico. Pero todo valió la pena. Te transmití que quería un vestido rojo, porque consideraba que era un color que impactaba y que me favorecía. El objetivo era destacar entre tanta bellezas mundiales, así que mi estrategia era realizar un giro para abrir la pollera, por lo que necesitaba algo que tuviera mucho vuelo. El vestido se hizo sólo en un mes. Tenía una pollera doble campana con un tajo que, al hacer el giro, permitía darle más sensualidad al movimiento. Y de hecho, cuando lo hicimos, la gente aplaudió. Había logrado, con las herramientas que tenía allí, entonces, que el público notara que Argentina estaba ahí».
Una carrera junto a la moda
Luego de su participación en Miss Universo 2010, Yésica fue invitada a participar en el concurso de belleza Reina de Hispanoamérica, en donde obtiene el galardón de Mejor Rostro de Hispanoamérica. Tras su regreso a la ciudad de Mar del Plata, Di Vincenzo se enfocó por completo en su carrera como modelo: «Miss Universo era el concurso con mayor prestigio, por lo que, en el mundo de los certámenes de belleza, ya lo había hecho todo. Abrí mi propia academia de modelaje en 2012, donde llegué a tener una matrícula anual de 50 alumnas. Hoy sigo desarrollándome como modelo en mi ciudad y sigo ligada a Miss Universo porque me convocan como jurado para la elección de las nuevas candidatas. Sin ir más lejos, el pasado 25 de mayo estuve en la elección de la hermosa cordobesa que nos va a representar en noviembre en el certamen que se realiza en México, Miss Universo 2024». Además, Yésica está dedicándole tiempo a terminar sus estudios de arquitectura.
Para finalizar nuestro encuentro, le pedí a Yésica que me dijera qué enseñanza le dejó este camino recorrido: «Mi reflexión, luego de este camino de 20 años, es que la perseverancia, el compromiso, las ganas, el poder tomar los “fracasos” como enviones para superarnos y hacer las cosas mejor la próxima vez, son la clave para conseguir cualquier cosa que nos propongamos en la vida. También, el rodearse de personas que sepan guiarnos, porque poder tomar las críticas constructivas para seguir creciendo, es algo clave a la hora de poder cumplir los objetivos. En ese sentido, mi familia fue siempre la base sólida que tuve, ya que me ayudaron a crecer. Otro factor es mi personalidad: poder estar abierta a las sugerencias fue lo que me llevó a encontrar siempre una mejor versión de mi. Porque, en definitiva, no hay límites para quien trabaja en función de poder cumplir sus sueños».
Querido lector, te espero la semana que viene para seguir recorriendo juntos el mundo de la moda, la cultura, el arte, el diseño, la arquitectura y todas las expresiones de la creatividad humana. Y no te olvides también, que todos los sábados a las 13 hs nos encontramos en el aire de La 100 Mar del Plata, FM 106.3.
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