Caviglia ríe y reflexiona en “Chaplin, la luna sobre el hombro"
La película de Charles Chaplin “Tiempos modernos” (1936) es considerada uno de los clásicos del cine de todos los tiempos y la canción “Smile” (“Sonríe”) también se escuchó en la voz de numerosos intérpretes. Y no es casual que se identifique a la sonrisa con este artista que ha generado millones de carcajadas y a la vez provocaba una reflexión con su carismática forma de actuar y expresar.
No es fácil ponerse en la piel de un personaje tan conocido mundialmente que ha trascendido todas las épocas. Es por eso que significó todo un desafío para el realizador Agustín Buseffi la creación de “Chaplin, la luna sobre el hombro". Protagonizada por Analía Caviglia, quien tiene una amplia experiencia en ponerse en la piel de personajes históricos (Edith Piaf en“La fé del gorrión”, Enrique Santos Discépolo en “Discépolo bueno” y Regina Pacini de Alvear en “Regina Pacini”, entre otros), la obra tuvo su estreno en la Alianza Francesa.
Chaplin hizo reír, pero a la vez sufría al conocer las injusticias del mundo. Esos matices emocionales los refleja Caviglia con diálogos y canciones en este “tributo al más grande de todos tiempos”, según define Busefi.
Durante el recorrido que realiza por su historia, revive encuentros con personalidades como Orson Welles, Mahatma Ghandi, Albert Einstein, y Carlos Gardel, e interpreta clásicos como “Over the rainbow” y el mencionado “Smile”, acompañada por el pianista Sergio Caballero y los relatos de Buseffi.
Chaplin se caracterizó por sus emblemáticas películas de cine mudo, pero fue con “El gran dictador” (1940), cuando decidió hablar.
“Lo lamento, pero yo no quiero ser un emperador, ése no es asunto mío, no quiero gobernar o conquistar a alguien. Me gustaría ayudar a todos si fuera posible: a los judíos y a los gentiles, a los negros y a los blancos. Todos deberíamos querer ayudarnos, así son los seres humanos. Queremos vivir con la felicidad del otro, no con su angustia. No queremos odiarnos y despreciarnos. En este mundo hay sitio para todos, y la tierra es rica y puede proveer a todos. El camino de la vida podría ser libre y hermoso…”, decía en su célebre discurso, que resume su espíritu, sus pensamientos, sus ideales, rescatados ahora en el escenario en esta obra dirigida por Alejandro Cuesta.