Otro paro más... y van...
Un años más. Otro inicio del ciclo lectivo y otro conflicto en puerta entre sindicatos docentes y la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires…y van…
La verdad que un paro siempre es preocupante porque demuestra la poca intención de continuar un diálogo diálogo. No juzguemos quien lo inició y quien lo cortó, pero evidencia que no se puede seguir charlando, que se tensó demasiado la soga, que algo no está transcurriendo por los carriles normales.
Pero más que el paro o no paro, ya a esta altura de la historia cansador, aburrido, repetido, me preocupa más que los años pasen, los conflictos se multipliquen y que no nos sentemos a resolver problemas históricos, remanidos y básicos.
Insisto, el problema no es que haya un paro docente. Después de todo, los trabajadores tenemos el derecho constitucional de hacerlo.
La cuestión es que en nuestro país y básicamente en nuestra provincia, ya hace muchos años que en los meses de febrero se habla de lo mismo: del paro docente que se viene indefectiblemente, pero nunca se resuelven los problemas que los generan.
Vamos saltando de paro en paro, pero no terminamos de resolver el origen del conflicto. Entonces los padres, la sociedad en su conjunto, se fastidian con los docentes.
Y la verdad, ya a esta altura caerle con todo el peso de las críticas a Baradel, o caerle con todo el peso de los reclamos a María Eugenia Vidal, en realidad “caerle” a cualquier nombre propio, no sé si suma…es más, creo que no.
Porque todos quienes estamos en el sistema educativo tenemos una cuota de responsabilidad en esta cuestión. Docentes, sindicalistas, funcionarios de gobierno, no terminamos de encontrar la llave que soluciones los problemas estructurales que tiene el sistema educativo. Pasan los años y las gestiones, pero el problema persiste.
No olvidemos que en la propia gestión del ex gobernador Scioli, fue el propio Baradel quien encabezó los paros docentes al comienzo de cada uno de los ciclos lectivos. No olvidemos que en alguna apertura de sesiones del Congreso de la Nación la propia Presidente Cristina Fernández les pidió a los maestros que no se quejen porque trabajaban cuatro horas.
Por suerte, y porque la democracia nos va enseñando año a año, ya todos sabemos quién es quién, a qué intereses responde, por qué es cada uno de los paros…a quien se pretende perjudicar, pero lo cierto de todo esto es que mientras tanto, se pierden días de clase.
Y no empecemos con aquello de la calidad y la cantidad. Calidad también es continuidad de los chicos en la escuela. Un día de clases no se recupera. Se pierde.
Pero insisto y permítanme ser reiterativo en esta cuestión: si solamente les “caemos” a los sindicalistas y los hacemos los únicos responsables por el incumplimiento de los días de clase, también estaremos hablando “para la tribuna”.
Porque los días que se pierden por problemas de infraestructura escolar, por problemas de mantenimiento o por cortes de luz (y podría hacer una lista interminable) no es responsabilidad de la gente de los sindicatos docentes. Nos gusten éstos más o menos.
La verdad, que no sé cómo termina esta historia, o sí. Ya se decidió un paro a 10 días del inicio de clases, con lo que uno de los sectores en la discusión dijo: yo no negocio más, yo no te escucho más. El otro sector le dijo: voy a usar todas las herramientas legales para que el paro se levante. Ahora, mientras tanto, las escuelas, las familias, la sociedad y los alumnos esperan cambios en serio. Sinceramente sí se cómo termina esto: otra vez se perjudican los mismos. Los de siempre.
Sebastian Puglisi
Prof y Licenciado en Cs de la Educación. Especialista en Gestión Educativa
Aclaración: los conceptos vertidos de quienes opinan son absoluta responsabilidad del firmante.