Daiana Rosenfeld presenta “Salvadora” en el MARFICI
"Salvadora”, el documental de Daiana Rosenfeld, se proyectará este martes a las 19 en el Radio City, en el marco del MARFICI. La realizadora dialogó con El Marplatense sobre la investigación que desarrolló de este personaje que “cometió todos los pecados imaginables para una mujer de principios de siglo XX: ser madre soltera, anarquista, dramaturga y poeta con tan sólo 15 años”.
Luego de su paso por Mar del Plata, la película se estrenará el 17 de agosto en el Cine Gaumont de Buenos Aires, y posteriormente, podrá verse en la plataforma Cine.ar
Salvadora Medina Onrubia (1894 - 1972) fue una narradora, poeta, anarquista y feminista de origen judío, nacida en Argentina en 1894 en La Plata, y fallecida en 1972 en Buenos Aires.
A los 15 años abrazó la causa del joven anarquista llegado de Rusia, Simón Radowitzky. Luego de que este asesinase al jefe de policía de la Capital Federal, Ramón Falcón, realizó gestiones con el presidente Hipólito Yrigoyen para que lo liberaran. Como no lo logró, ayudó a su fuga. Pero luego fue capturado nuevamente, y Salvadora contribuyó a que lo indultaran.
En 1918, comienza su actividad literaria. Fue colaboradora de La Nación, El Hogar, Caras y Caretas y otras publicaciones. Fue autora de varias piezas dramáticas y propulsora del teatro para niños.
En 1915, se casó con Natalio Botana el creador del diario Crítica, que ella luego dirigió entre 1946 y 1951 después de la muerte de su esposo.
En 1931 José Felix Uriburu clausuró el diario y encarceló al matrimonio. Un grupo de intelectuales solicitaron a Uriburu su "magnanimidad" por su "triple condición de mujer, poeta y madre". Pero ella no estuvo de acuerdo con este pedido y desde la cárcel manifestó su desprecio a Uriburu.
Salvadora Medina Onrubia vivió siempre en una eterna contradicción. También cuestionó el rol de la mujer y la maternidad en un mundo que parecía anticuado para ella. Su vida oscilaba entre varias realidades, el movimiento político libertario, la teosofía, la literatura y el universo burgués del que formaba parte. Así, comenzó la inestabilidad: sus hijos la despreciaban por su excentricidad y su ideología política y la vida familiar estuvo signada por las peleas, la tragedia y la muerte. De esta forma, Salvadora volcó su angustia en sus obras literarias, las adicciones y la vida espiritual. El documental se adentra, a través de sus diarios autobiográficos, sus poemas y documentos personales, en la vida de una mujer anarquista y una madre que no supe encajar en los estereotipos de la época; y en el mundo interno de una escritora revolucionaria y frágil, que pareció vivir en una soledad anacrónica y terminó su vida sin reconocimiento social.
-¿Cómo te conectaste con esta historia y decidiste transformarla en un documental?
Empecé a investigar sobre las mujeres anarquistas de fines del siglo 19, y comienzos del siglo 20, por una nota que salió en la revista Sudestada. Y de ahí empezaron a surgir nombres de mujeres completamente invisibilizadas, que no se conocen en la historia y que han hecho mucho por nuestro país. Entre esos nombres, resonó el de Salvadora, que era un caso bien diferente. Lo primero que me paso cuando conocí su historia es que la sentí llena de contradicciones. Me pareció muy interesante indagar en el mundo interno de este personaje: una anarquista, teósofa, millonaria. Llena de aristas y de lugares para trabajar. Sobre todo, ese narcofeminismo. Este planteo de principios de siglo 20, que las mujeres no necesariamente tienen que ser madres, la lucha por el aborto, el divorcio, y un montón de temas que fueron surgiendo que me parecieron muy interesantes para trabajar con su historia, en un documental
-¿Cómo fue todo el proceso de investigación?
Fue un trabajo de hormiga porque quedan muy pocos familiares y son más lejanos. También había un problema con la familia, que están todos peleados, así que fue difícil acceder al material. Lo bueno fue que en estos años se fueron reeditando sus obras, así que sirvieron como puntapié para ir de lleno a lo biográfico.
Después, mucho archivo y bibliotecas. Además, uno de sus nietos vive en Londres y fue vital porque me brindó una autobiografía inconclusa que nunca se publicó.
-En el documental mencionan a tres mujeres muy influyentes de la época: Alfonsina Storni, Victoria Ocampo y Salvadora ¿Por qué Salvadora no se conoció tanto como Alfonsina o Victoria?
Su obra literaria no se terminó de conocer porque dejó de escribir en vida. A partir de 1930, de la muerte de su hijo, y de la dictadura militar, ella dejó de escribir. Eso no ocurrió con Alfonsina, que estaba en el momento de mayor inspiración cuando se quita la vida.
Salvadora decidió no escribir más, y eso se fue perdiendo. Y desde lo público o político, siempre fue “la mujer de”. Y se la estigmatizó como muy problemática y loca. Ella fue una de las primeras en escribir una obra anarquista en nuestro país, “Almafuerte”. Pensemos que estábamos en una sociedad distinta para la mujer en 1905. Madre soltera, 15 años, teósofa y casada con un multimillonario, era como un montón.