La emotiva carta de la esposa de un submarinista del ARA San Juan
Marcela Moyano, la esposa de Hernán Rodríguez, jefe de máquinas del ARA San Juan, difundió una emotiva carta a casi 100 días de la desaparición del submarino. En el texto, difundido por redes sociales, la mujer le pidió al mar que devuelva a su marido, en el día de su cumpleaños número 44.
"Hoy estás cumpliendo tus 44 años, mientras te escribo para desearte un feliz año de vida miro el mar y le pido que te devuelva", escribió Moyano. En el texto, pidió "que esta pesadilla termine pronto”.
"Me invade la tristeza, es tu cumple amor, un día raro para mí porque te siento tan cerca, pero a su vez tan lejos para darte un beso, hacerte una caricia y mirarte a los ojos para decirte ´Te amo´. En mi mente sólo existe un deseo y que se lo trasmito a Dios minuto a minuto para que lo sepa y me lo conceda: Dios... que encuentren los 44 tripulantes del Ara San Juan", escribió.
La esposa del submarinista recordó como "un gran esposo, padre, hijo, hermano, primo, amigo, compañero y submarinista con todos los valores" al hombre al que solía cruzarse cuando eran chicos en el pueblo mendocino de Real del Padre, pero que luego partió a Buenos Aires a estudiar en la Escuela de Mecánica de la Armada.
Ambos volvieron a contactarse casi 20 años después y se enamoraron a través de Facebook, mientras él cumplía una misión en la Base Antártica Orcadas, la estación de la Armada Argentina ubicada en la isla Laurie de las islas Orcadas del Sur.
"Nos conocíamos del pueblo, pero en 2011 me envió la solicitud de amistad, y cuando se fue a la Antártida al año siguiente chateábamos todo el tiempo y él me etiquetaba todas las fotos, y fue surgiendo algo muy fuerte", contó Moyano a Télam.
La historia entre ambos se hizo más fuerte aun cuando Rodríguez regresó al continente a comienzos de 2013, y a ella se sumaron los dos hijos de Moyano -Virginia, que hoy tiene 22, y Nicolás, de 25- y el hijo de 17 de él, Francisco.
Tres años después, la carrera del marino llevó a la familia al barrio San José de Mar del Plata, donde Rodríguez se desempeñaba como jefe de máquinas del submarino con el que zarpó de la Base Naval local hacia Ushuaia el 31 de octubre último.
"Lo que más extraño -escribió su esposa a 99 días del último contacto del buque- es tu abrazo apretado y tus palabras diciéndome ´Nunca te voy a soltar´. Amor son muchos los proyectos que tenemos pendientes; ¿te acordás cuando nos imaginábamos viejitos?".
"Mi vida gira alrededor de la tuya, ya quiero que esta pesadilla termine pronto para apretar nuevamente Play a nuestras vidas", concluyó.