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    Con el eje puesto en la pobreza, finalizó la Semana Social

    24 de junio de 2018 - 13:56
    Con el eje puesto en la pobreza, finalizó la Semana Social
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    Concluyó este domingo la Semana Social, el tradicional evento que organiza la Iglesia en Mar del Plata. Se llevaron a cabo dos paneles focalizados en el trabajo infantil y en la pobreza. Y, en último orden, la Pastoral Social leyó un comunicado, trazando un balance de lo expuesto por los distintos oradores, entre ellos autoridades episcopales, funcionarios del Ejecutivo, legisladores, gremialistas y referentes sociales.

    A continuación el escrito leído por el monseñor Lugones, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas) y el monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.

    En los paneles desarrollados durante la jornada se resaltó la urgencia de encontrar caminos de reparación para la exclusión y la marginalidad creciente de millones de argentinos, así como la responsabilidad de las instituciones democráticas en la promoción de políticas de inclusión, empleo y protección.

    La pobreza debe estar en el centro de las preocupaciones de la democracia, se enfatizó durante las deliberaciones, donde también se pidió que las políticas de ajuste no se practiquen sobre los pobres.

    Con el eje en una más equitativa distribución de la riqueza, se recordó reiteradamente la necesidad de la aplicación de nuevas normas éticas sobre el sistema financiero, a la luz del reciente documento "Oeconomicae et pecuniariae quaestiones” (Las Cuestiones Económicas y Financieras).

    A lo largo de los tres días, en el marco de un encuentro fraterno, participaron representantes del ámbito institucional, político de distintos espacios partidarios, sindical, entidades empresarias, movimientos populares, delegados de diversas pastorales nacionales, equipos diocesanos y dirigentes de las organizaciones de la sociedad civil. Asimismo, durante el primer día, se realizó el encuentro de jóvenes del Programa Nuevos Dirigentes.

    Se compartieron ideas y opiniones sobre varias cuestiones vinculadas al cuidado de los derechos humanos que dan contenido a la democracia, con sus valores de justicia, verdad e igualdad de oportunidades. También al clamor de los pobres por la tierra y su hábitat como uno de los pilares que nos enseña el Papa Francisco con su llamado a promover el Trabajo, la Tierra y el Techo para todos, en el marco de su convocatoria -para octubre del 2019- al Sínodo sobre Amazonia: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Economía Integral.

    También se denunciaron las políticas que estimulan la explotación indiscriminada de la naturaleza, causando daños irreparables a la “casa común” bajo el predominio de un sistema tecnoeconómico regido por el lucro y despojado de toda responsabilidad social.

    Con la mirada agradecida por los 35 años en Democracia, pero con la preocupación por las asignaturas pendientes, los paneles también se interrogaron sobre la deuda que la política tiene con los pobres, en especial con los menores sometidos a los flagelos del desamparo, del trabajo infantil, la explotación y la trata de personas.

    El Papa Francisco nos convoca permanentemente a buscar caminos para la promoción social y a rechazar modelos que anteponen el interés económico o sectorial, con sus políticas que colocan la dignidad humana en la periferia de las preocupaciones. En su mensaje para la Segunda Jornada Mundial de los Pobres (Vaticano 13/06/18) nos recuerda que “El Señor escucha a los pobres que claman a Él. Escucha a aquellos que son perseguidos en nombre de una falsa justicia, oprimidos por políticas indignas de este nombre y atemorizados por la violencia; y aun así saben que en Dios tienen a su Salvador”.

    Como argentinos y comprometiéndonos cada uno desde nuestro lugar, estamos llamados a consolidar la Democracia como único camino para saldar su deuda con los pobres y descartados de nuestra patria.

    Cercanos a María que desde Luján nos dice: Argentina Canta y Camina.

     

    EL ÚLTIMO PANEL

    “Argentina: la relación entre el trabajo y la pobreza”, “Contra la pobreza, más trabajo y menos limosna”, fue la temática del último panel central de la Semana Social 2018, realizada en Mar del Plata, organizada por la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS). Del mismo fueron parte: Hugo Godoy, secretario gremial de ATE; Daniel Menéndez de Barrios de Pie; Gildo Onorato de la CTEP, Graciela Camaño, diputada nacional. Moderó Federico Berardi de la pastoral social y el cierre estuvo a cargo de monseñor. Fernando Maletti, obispo de Merlo-Moreno y miembro de la CEPAS.

    Hugo Godoy, manifestó sobre la temática: “Quisiera convertir la consigna en una pregunta, no hay democracia plena con 30% de población en pobreza y que padecen hambre en un país rico como el nuestro. Asumamos que la generación de la pobreza es una decisión consciente de los poderosos para condenar a nuestro pueblos y evitar que se desarrollen con autonomía y soberanía. Es tiempo de que abordemos el tema de la riqueza y cómo se distribuye en nuestro país. En la Argentina el problema es la inequidad que se genera”.

    “Hay que profundizar la democracia interna, fortalecer las autonomías de pensamiento hacer propuestas y profundizar la democratización del estado. Los males de la democracia se resuelven con más democracia”, reflexionó Godoy

    Y luego dijo, “abordamos estos temas en el marco de la firma del FMI y hasta el gobierno lo reconoce: se vienen tiempos más agudos, no es que empezará el ajuste sino que se va a profundizar. La primera afirmación que quiero hacer, es inaceptable que se firme un acuerdo con el FMI y se excluya al Congreso de la Nación porque es el congreso el que tiene que debatir   las nuevas deudas que se generen como Nación. ¿No tendríamos que discutir a fondo si queremos una democracia participativa o una dictadura de mercado? Hay intereses de algunos  sectores sociales que se benefician de la mayoría, y eso perjudica la democracia”.

    Sobre el eje planteado, Godoy remarcó que “hablar de democracia es hablar de trabajo, porque el trabajo tiene dos implicancias: la primera, la edificación de la sociedad; y la segunda es el trabajo como articulador de la organización social".

    "Más de ocho millones de trabajadores precarios y un millón y medio de desocupados en la Argentina. ¿Cómo se resuelve esto? Así como decimos que la pobreza es un hecho producido por los poderosos, decimos que la organización precaria del trabajo es una forma de debilitar la capacidad de los trabajadores. La tercer cuestión tiene que ver con la organización de los trabajadores. No podrá haber democracia participativa cierta si no hay nuevas organizaciones sociales", planteó.

    “El problema del estado no es un problema de ajuste, sino de generación de recursos. Tenemos que generar un mecanismo de distribución de la riqueza”, enfatizó Godoy.

    Daniel Menendez, de Barrios de Pie fue el segundo en exponer en el panel y señaló, “pocas veces nos encontramos dialogando, muchas veces nos encontramos en la resolución de problemas con la gente de la Pastoral Social. Es tiempo de no callarnos y de mostrarnos preocupados, porque lo que está en juego es la nueva oleada de pobreza por las acciones que se vienen realizando”.

    “En el mundo del trabajo se consolidó una nueva estructura. Se propone desde los distintos gobiernos que la salida es el asistencialismo como respuesta al precarización del trabajo. Nos condenan a perder ingresos por tanto a perder dignidad. El asistencialismo fracasa. Necesitamos una economía popular que dé respuestas para mejorar ingresos y vivir dignamente. Lo que hay son estrategias originales para sobrevivir al fracaso del trabajo”, reflexionó Menéndez.

    Gildo Onorato, representante de CTEP agradeció la participación y señaló “han sido muy fructíferas estas jornadas. En principio se habla del paradigma tecnocrático: efectivamente ahí está el gran problema que hay que resolver. Este paradigma también nos quiere robar a la familia como núcleo primario”.

    Por su parte, la diputada Graciela Camaño, manifestó que “habitualmente se produce mucho ruido  con las definiciones de la Pastoral Social cuando hay problemas porque la Iglesia siempre dice la verdad. Fue la Iglesia la que dio el primer sacudón social, no sólo con la encíclica sobre los cambios políticos ‘Rerum Novarum’ de 1891, sino también con ‘Quadragesimo Anno’ en 1931”.

    “Hoy, estamos a la búsqueda del trabajo decente. Los planes sociales nacen de un discurso perverso para no darle la entidad de trabajadores, sino de vagos. Este sistema se alegra cuando hay despidos”, señaló Camaño y añadió: "El FMI nos va a llevar a un ajuste mayor del que ya estamos”.

    “Está claro dónde está el problema. Tenemos un problema muy serio. La pobreza que nosotros creemos que declarándola de emergencia la resolvemos. Se resuelve con una dirigencia política que la ponga como prioridad”, señaló la diputada, pero aclaró “nosotros no venimos acá a hablar mal del gobierno de turno, porque esto viene de antes, y hay que mirarlo con una mirada universal”.

    “Esta Semana Social, toma el concepto de democracia. Y democracia es representación, y esta conlleva dos obligaciones: la del elector y la del político. La democracia corre riesgo cuando el sistema no logra representar las oportunidades de todos”, concluyó Camaño.

    El cierre del panel estuvo a cargo de monseñor Fernando Maletti, obispo de Merlo-Moreno quien realizó un repaso por las distintas ponencias señalando que han sido “muy fuertes, contundentes y claras las expresiones de los distintos panelistas. Es como un poliedro con distintos aspectos. Impulsar el deseo de cambio, vivir bien con la madre tierra, defender la tierra y la soberanía alimentaria, combatir la discriminación, poner la ciencia y la tecnología al servicio de los pueblos, entre otras”.

    “Estamos en el ámbito de una pastoral de la Iglesia. La Pastoral Social no es una ONG ni una fundación, sino que es la presencia de la Iglesia en el campo de lo social. No nos podemos sustraer a la pretensión de que se transformen las estructuras económicas y lo segundo, la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención pastoral. Mons. Romero decía que la marginación religiosa es la exclusión social más hiriente”, dijo Maletti.

    Para finalizar, resaltó los cinco proyectos de ley que fueron mencionados durante las exposiciones precedentes en toda la Semana Social: emergencia alimentaria; integración urbana; infraestructura social; emergencia en adicciones; agricultura familiar.

    Bajo el lema “Democracia, un camino de servicio a los pobres”, organizado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS), se desarrolló el cuarto panel central “Erradicación sostenida del trabajo infantil y trabajo forzoso”, en el que expusieron la hermana Martha Pelloni de la Red Infancia Robada; Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz; y Luis Cáceres de la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina. Moderó Viviana Wille Bille de la Pastoral Social y cerró el panel monseñor Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús y miembro de la CEPAS.

    La hermana Martha Pelloni, dio comienzo al panel, y expresó “tengo la experiencia de estar con tantos niños que sufren de tantas maneras, y donde puedo comprobar que muchos de ellos no tienen conciencia de su identidad, pero si tienen conciencia de que es un excluido social. En esos niños la pobreza es estructural, pero la peor pobreza que tienen es la de la falta de promoción humana. Pero tenemos el contraste de la pobreza del corazón de los que hemos tenido promoción humana, de los que dirigimos el país, de los dirigentes. Es la insensibilidad”.

    “La globalización es el reto social que hacemos hoy en la pastoral social. No es la solución la globalización, sino la planetarización, como dice el Papa”, remarcó Pelloni. “Se han hecho muchos trabajos de análisis sobre la esclavitud infantil, porque los niños al ser explotados son esclavos. También diferenciamos del trabajo cultural, donde la familia educa a los hijos acompañando en el trabajo de los padres, la aceptamos, la aplaudimos; pero el primer trabajo del niño debe ser jugar y después estudiar”, indicó.

    “Paralelamente tenemos el trabajo comercial, ¿pero qué es lo que pasa?”, se preguntó reflexionando sobre la ley 26.390 que apunta a erradicar el trabajo infantil. “Soy una luchadora por la justicia, porque los niños son prioridad”, concluyó.

    El panel continuó con la exposición de Adolfo Pérez Esquivel y dijo “al lado tienen un hombre una mujer, con pensamiento distinto, filosofía distinta, condiciones sociales distintas, esa es la riqueza de los pueblos, la diversidad no la uniformidad. En esta diversidad de los pueblos es que todos y todas tenemos los mismos derechos. Somos diversos pensamos distintos, mi amigo Eduardo Galeano, cuando hablaba de la democracia, decía ‘esto se asemeja a democraduras’. La democracia no se regale, se construye”.

    “¿Por qué no se respetan los derechos? Nosotros trabajamos con los chicos, no decimos los de calle. Si ellos están en la calle es porque son víctimas sociales, son expulsados de una sociedad injusta, nos hemos acostumbrado a verlos así. Los niños en esta sociedad que son expulsados, maltratados y están en peligro por una sociedad injusta, ¡ellos no son un peligro!”, enfatizó Pérez Esquivel.

    “La democracia no pasa por el FMI, no puede ser que los diputados y senadores no puedan ver los acuerdo con el FMI; esto genera más hambre y más marginalidad, no hay que perder la esperanza. Tenemos la organización social para resistir y construir una esperanza”, finalizó.

    Luis Cáceres, de la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina expuso a continuación y expresó, “la hermana Martha comentó sobre nuestra actividad, y en esta tenemos todos los flagelos que produce el capitalismo. Tenemos trabajadores en condición de explotación. Esa es nuestra realidad. El papa Francisco ha instalado las problemáticas que sufrimos a nivel internacional, cuando abrió las puertas del Vaticano a los movimientos populares”.

    “Nosotros pusimos como prioridad la lucha contra el trabajo infantil, y tuvimos que adecuar nuestra política para estos tres sectores: inspecciones para las fábricas, con la justicia vamos contra los patrones ocultos; en los emprendimientos familiares es sacar los hornos ladrilleros de las casas y llevarlos a parques ladrilleros, para que los niños no se críen al lado de los hornos”, explicó Cáceres.

    Monseñor Rubén Frassia, cerró el panel “Los niños y los pobres nos reclaman una verdadera atención. Una de las cosas fundamentales y principales es la familia, y debemos bregar para que el desarrollo sea con amor. ´El verdadero nombre de la paz es el desarrollo’ decía Pablo VI”.

    “Hay que apostar a la educación en valores, y somos los adultos los que tenemos que llevarlo adelante: los niños son sujetos, no objetos. Tenemos que buscar la casa grande. La diversidad tiene que ser crecimiento, y si queremos hacerlo bien, tenemos que trabajar con claridad por el bien común: porque siempre un bien común supera un bien particular”, añadió Frassia.

     

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