La fallida Terminal de Cruceros, la obra más polémica que hizo Gerbi
La obra más polémica llevada adelante por Coarco, la empresa a cargo de Patricio Gerbi, flamante “arrepentido” en la causa de “Los Cuadernos de las Coimas”, fue la construcción de la Terminal de Cruceros, un frustrado proyecto que fue emplazado en la Escollera Norte, con el fin de que unidades turísticas transformen a Mar del Plata en un destino por excelencia en el mercado internacional.
La obra tuvo un costo de 7 millones de dólares y terminó de inaugurarse en el verano de 2012. Tiene dos marcados sectores. En el nivel de muelle, un amplio hall y dependencias para el funcionamiento de todos los organismos de control para el ingreso y egreso de pasajeros. En planta alta, espacios para gastronomía cubiertos y al aire libre, con una predilecta vista al mar y a paisajes de la zona.
La estructura de acero y vidrio de 1600 m2 nunca pudo utilizarse para su verdadera finalidad. Producto de la falta de obras de dragado, razón sustancial para la factibilidad en la llegada de cruceros, las únicas novedades que se evidenciaban era el avance del óxido sobre sus metálicas y vulnerables bases por la erosión.
A pesar de su destino, el espacio debutó con el ingreso de una nave. En 2014, el Ocean Diamond, de 124 metros de eslora y colmado de turistas chinos que venían de la Antártida, hizo escala de emergencia. Los pasajeros desembarcaron en muelles destinados a buques pesqueros, zigzagueando entre pescadores y obreros navales.
Tras ese escenario, la terminal pasó a tener otras funciones. Durante algunas semanas, el intendente Carlos Arroyo lo usó como playón de la Dirección de Transporte y Tránsito. Tiempo después, desembarcaron las fuerzas federales, tras una disposición del Ministerio de Seguridad. Allí funciona la Agencia Regional de la Policía Federal. Se trata de una base en la cual funcionan distintas áreas investigativas, que se especializan en casos de contrabando, narcotráfico y otros delitos que contemplan la presencia de organizaciones delictivas.
Por semejante cascaron vacío, no se conocieron mayores responsables, en especial por parte de aquellos funcionarios de turno que impulsaron una iniciativa sin garantizar su real puesta en funcionamiento. Por el momento, Gerbi, quien ganó la licitación en 2011, aparece mencionado como uno de los empresarios que habría sido favorecido con una importante cantidad de obra pública asignada a cambio del pago de coimas. El tiempo revelará cuál será el entramado detrás de la Terminal de Cruceros.