"Con la perpetua, Valeria ahora va a poder descansar tranquila"
El llanto, el dolor, la angustia y la emoción no pueden no confundirse en las primeras reflexiones de Mónica, la hermana de Valeria Britez, que ponderó la sentencia de la Justicia marplatense tras conocerse en el mediodía de este miércoles la condena a cadena perpetua contra el femicida Walter Escot.
En una primera instancia, la familiar de la víctima le reconoció a El Marplatense que "esperaba" que se produjera el dictamen del Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 y le agradeció a los "jueces por haber cumplido". "Tenía mucha fe en el fiscal", afirmó.
Sin embargo, Mónica también mostró angustia por la imposibilidad de volver a ver a Valeria y confesó, a su vez, que "siempre" sintió culpa por su muerte. "Ella era más chica y yo la cuidaba, y sentía que tendría que haberla cuidado más, haber estado ahí con ella cuando pasó esto. No pude evitar su muerte", lamentó.
"Cuando escuché la sentencia, sentí que Valeria ahora va a poder estar tranquila", aseguró, y expresó: "Nos quedan sólo los 7 hijos pero la vamos a remar. Tenemos que ayudar a la familia para pedir la tenencia de los nenes porque están con una guarda".
Sobre la actitud que mostró el femicida a lo largo de debate, en el que insistió sobre su arrepentimiento, la hermana de Valeria Britez dijo que "verlo declarar no conmovía". "Sólo lo miraba y pensaba en los siete hijos de mi hermana", explicó, y apuntó: "Les privó a sus hijos de tener una madre y ahora va a tener una perpetua, y ellos no van a ver su padre tampoco. Y si un juez nos pediría eso, primero les diría que hay que llevarlos al cementario a ver su mamá".
Este mediodía, el tribunal integrado por los jueces Alexis Simaz, Néstor Conti y Roberto Falcone hicieron lugar al alegato del Fiscal Berlingeri y condenaron a cadena perpetua al hombre de 39 años, por el brutal asesinato de su pareja, ocurrido el 14 de noviembre de 2016 en el barrio Belgrano.
EL CASO
El homicidio que protagonizó Escot cobró fuerte resonancia en la ciudad hace dos años, ante el grado de violencia que enmarcó el hecho y los antecedentes en el que hicieron énfasis familiares de la víctima, que aseguraron que había múltiples denuncias previas por violencia de género.
La trágica noche había comenzado con una discusión de la pareja en Filiberto al 1700, donde ambos vivían. Y fue luego en Soler al 10.860, donde, después de gritos y amenazas, se sostiene que Escot sacó un arma 9 milímetros y le disparó en la cabeza a la mujer, que murió en el acto, según constataron los profesionales médicos intervinientes.
Después del hecho, el hombre permaneció varios días prófugo hasta que la Justicia pudo localizarlo y detenerlo. En su ingreso a Tribunales, llegó a confesar con la prensa el hecho y mostró su arrepentimiento. “Fue un accidente, estoy arrepentidísimo”, fue la respuesta que lanzó el imputado, en un breve intercambio con este medio.
