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    Trabajo interdisciplinario, puente entre la Salud y el Derecho

    29 de octubre de 2018 - 13:11
    Trabajo interdisciplinario, puente entre la Salud y el Derecho
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    Cuando fundamos el Instituto de Derecho de la Salud en el Colegio de Abogados de Mar del Plata, allá por el 2011, creíamos que nos iban a rechazar el pedido para instalar este nuevo espacio, porque nuestra disciplina era algo sumamente desconocido a nivel local, y mucho más cuando la primera impresión ante el tema era: ¿qué hacen los abogados hablando de salud?

    Sin embargo, lo llevamos adelante con el apoyo de las autoridades de la institución, bajo una propuesta que incluía -e incluye actualmente- tres pilares: autonomía de la rama, resolución alternativa de conflictos y trabajo interdisciplinario.

    La autonomía del Derecho de la Salud -y mucho más como perspectiva transversal enriquecedora de todas las demás ramas  especiales- era un concepto poco difundido en nuestro ámbito y a través de numerosas actividades académicas fuimos mostrando una buena parte de sus contenidos, además de su autonomía legislativa, judicial y administrativa, así como científica y pedagógica, que nos enseña el profesor Miguel Angel Ciuro Caldani.

    La resolución alternativa de conflictos, orientó a sus operadores a tratar de buscar el beneficio mutuo para todos los actores intervinientes en el conflicto jurídico sanitario, y a distinguir que no se trata solo del binomio paciente-médico o paciente-financiador, sino que hay otras personas que ejercen influencia en el conflicto, que es necesario incluir para que el posible acuerdo sea más efectivo y duradero en el tiempo.

    Junto a la la directora del Observatorio de Salud de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Marisa Aizenberg, hablábamos hace unos años de esto de la siguiente manera:

    “… ambas partes se beneficiarán con la satisfacción conjunta de sus necesidades y objetivos cumplidos, reconocidas entre sí, recuperando la alianza quebrada en la relación asistencial; ambas estarán colaborando en el proceso salud-enfermedad-atención.”

    Cuando nos referimos a la interdisciplina, el trabajo fue un poco más arduo, porque había que deconstruir la idea de que los abogados saben todo, o los médicos saben todo, y así con todas las profesiones aisladamente, considerando que su trabajo está dotado de completitud.

    Hablar de interdisciplina dentro de profesiones culturalmente tan arraigadas en su perfil e incumbencias, implica “la renuncia a considerar que el saber de la propia disciplina es suficiente para dar cuenta del problema…”, conforme explica Alicia Stolkiner, y agrega que “la interdisciplina nace, para ser exactos, de la incontrolable indisciplina de los problemas que se nos presentan actualmente. De la dificultad de encasillarlos. Los problemas no se presentan como objetos, sino como demandas complejas y difusas”.

    Mi brevísimo aporte hoy entonces apunta a resaltar que el trabajo interdisciplinario es uno de los desafíos del futuro, tanto en la formación académica como en la gestión de los equipos dentro de las instituciones.

    En relación a ello, Andrés Oppenheimer, en su último libro “¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la automatización” (2018), en el que realiza una investigación acerca del impacto de los avances de la tecnología y la inteligencia artificial en el empleo, nos dice que:

    “Las nuevas carreras universitarias serán cada vez más interdisciplinarias e incluirán capacidades tecnológicas y habilidades de razonamiento crítico, resolución de problemas y trato interpersonal. Además serán intermitentes, en el sentido de que incluirán actualizaciones de por vida.”

    Oppenheimer presenta los trabajos del futuro que van a desaparecer, abre un capitulo sobre abogados y otro sobre médicos, pero lo cierto es que a ambos los ubica entre aquellos que deberán reconvertirse. Así, en el capítulo que se refiere a los abogados  señala que en 15 años muchos abogados no van a ejercer su profesión como lo están haciendo ahora y que los algoritmos también quieren reemplazar a los jueces citando como ejemplo la resolución de disputas que realizan sitios como Ebay y PayPal resueltas por plataformas virtuales; habla incluso de la “uberización” de la abogacía así como de la rebelión de los abogados de carne y hueso, entre otras cosas.

    Todo esto lo menciono a modo de disparadores, para que nos demos cuenta de que abogados, contadores, psicólogos y médicos, así como ingenieros, sociólogos, y analistas de datos, y tantos otros empleos, deberán trabajar juntos y en forma interdisciplinaria y, parafraseando alguno de los ejemplos del periodista, me pregunto: ¿acaso tiene sentido que los conflictos sanitarios los gestionen exclusivamente abogados sin la presencia de un médico para aconsejar como manejar más prolijamente la situación? El futuro, dice, serán los estudios de prácticas multidisciplinarias, que traten de solucionar los problemas de una manera más integral.

    Como les decía, se refiere también a los médicos que ya van a prescribir cada vez menos medicamentos  y más aplicaciones, y otros debates de esta naturaleza. Me quedo con la sugerencia del médico futurista Daniel Kraft (Singularity University, Sillicon Valley) que cita Oppenheimer:

    “la medicina será mucho más interdisciplinaria y, por lo tanto, requerirá que los estudiantes aprendan otras cosas además de medicina tradicional … la medicina va a llevar a jóvenes y adultos de muchos campos diferentes a unirse y trabajar juntos.”

    En definitiva, los trabajos del futuro, van a necesitar inevitablemente que nos salgamos de esos lugares clásicos –modernamente denominados “zonas de confort”-, capacitándonos y preparándonos adecuadamente, con un enfoque interdisciplinario, para actuar en los espacios asistenciales, con un abordaje apropiado a la especial tipología de conflictos con la que nos enfrentamos cotidianamente.

    Ese camino comenzamos a andar a fines de 2011 en el Instituto de Derecho de la Salud del Colegio de Abogados de Mar del Plata, y hoy el compromiso se renueva en la séptima edición de sus Jornadas Marplatenses de Derecho de la Salud, cuyo lema es: “Trabajo interdisciplinario: puente entre la Salud y el Derecho”.

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