El neoliberalismo y sus acciones. América Latina y sus padecimientos (Planes Cóndor y Atlanta)
Se puede decir que el Neoliberalismo es el resurgimiento de las ideas asociadas al liberalismo clásico o primer liberalismo (1970-1980) con el significado de un liberalismo clásico reformado, y amigable, con algún nivel limitado de intervencionismo estatal.
Actualmente el término Neoliberalismo suele asociarse con políticas que implican apoyar una amplia liberalización de la economía, el libre comercio en general, grandes reducciones del gasto público y de impuestos, así como la disminución de la intervención del Estado en la sociedad y la economía en favor del sector privado, conformado principalmente por consumidores y empresarios.
Pero antes de hacer un análisis detallado y pormenorizado, debemos tener presente que, si bien la introducción del modelo neoliberal y su generalización en el mundo fue una de las victorias más espectaculares de la derecha, debido a que su diagnóstico de que la economía había dejado de crecer por excesivas reglamentaciones estatales triunfaba y abría camino así hacia la propuesta reaganiana (Ronald Reagan), la definición mayor fue
que el Estado no es la solución, sino el problema.
Con esta premisa, nunca un modelo se había extendido por el mundo de forma tan rápida y a espacios tan amplios. La nueva cara de la derecha había recuperado la misma idea de modernización, tirando hacia el lado de la izquierda “el retraso”, la ineficiencia, y todo lo vinculado al Estado.
Muy pronto las crisis específicamente neoliberales, en la misma década de 1990 revelaban el corto aliento que tenía el nuevo modelo. La euforia de la derecha duró un poco hasta perder entusiasmo, pero la crisis en el centro del capitalismo, que empezaba en el 2007 sin plazo fijo, cerró definitivamente el cuadro de optimismo.
Esto sumado, a que los únicos que crecían en el mundo por esos años eran los países con gobiernos NO neoliberales (china y los gobiernos mal llamados “populistas” y/o progresistas de América del Sur), han obligado a la derecha a volver a “aggiornarse” o mutar en sus procederes, como se verá más adelante.
Pero la derecha está casada con el modelo neoliberal. Implementa soluciones neoliberales a la crisis neoliberal, tirando alcohol al fuego. El único sector de la derecha que crece es la extrema derecha.
En el plano político mundial, la unipolaridad bajo la hegemonía imperial norteamericana tampoco ha logrado estabilizar las relaciones mundiales, bajo la “Paz Americana”. Las guerras se han multiplicado y no han disminuido con el fin de la guerra fría (que no es tal) y la victoria del campo occidental. Pero, al igual que el modelo neoliberal, a pesar de haberse debilitado profundamente, no enfrenta aún una alternativa (unificada al estilo Unión Europea) con capacidad de sustituirlo en escala
mundial.
Con los tiempos que corren actualmente, principalmente en la América “Latina”, ¿podría una organización de izquierda ser al mismo tiempo neoliberal? Sí. Esto ocurre cuando las organizaciones de izquierda, lejos de interpelar y resistir al despojo violento neoliberal, apoyan con su acción u omisión la hegemonía del sistema de la transferencia de las riquezas de un país hacia las empresas privadas o permiten el recrudecimiento de las medidas en contra de las clases sociales media y baja.
Esto se hace plausible cuando estas organizaciones de izquierda, en lugar de incentivar o fortalecer fuerzas sociales de resistencia anti neoliberal, se conforman con los reducidos puestos o beneficios que el Estado les concede. Es más, para agradar a ese Estado neoliberal, repelen y censuran las propuestas post neoliberales provenientes de la “izquierda social”
(Verbigracia, en Guatemala ANN o Convergencia, en Argentina Frente Renovador, Argentina Federal, pre 2019).
A la derecha Neoliberal le fascinaría hacer desaparecer las regulaciones, ya que consideran al Estado (y su poder de policía) como un estorbo frente a las fuerzas libres del mercado económico y por lo tanto debe desaparecer. Además propone que se deje en manos de los particulares (empresarios) o
empresas privadas el mayor número de actividades económicas posible. Propone una limitación de la injerencia estatal en la economía; la privatización de empresas públicas y la reducción del tamaño del Estado. Respecto al derecho laboral, mercantil y las regulaciones económicas generales, propone la flexibilización laboral, la eliminación de restricciones y regulaciones a la actividad económica, la apertura de fronteras para mercancías, capitales y flujos financieros (y en algunos casos los cierres de fronteras a las migraciones poblacionales).
En cuanto a las políticas macroeconómicas recomendadas por teóricos o ideólogos neoliberales (entre ellos el Banco Mundial, La organización Mundial del Comercio, y/o el Fondo Monetario Internacional, todos organismos que no dependen de las Naciones Unidas y por ello exentos del control directo de la comunidad internacional de países) tanto para países industrializados, como en desarrollo, incluyen:
• Políticas monetarias restrictivas: aumentar tasas de interés o reducir la oferta de dinero hasta lograr una inflación cercana a cero y evitar el riesgo de devaluaciones de la moneda.
• Políticas fiscales restrictivas: aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir el gasto público y los impuestos sobre la producción, la renta personal, los beneficios empresariales.
• Desregulación: para el comercio y para las inversiones, por considerarlas positivas para el crecimiento económico. Además, aumentar la movilidad de capitales y la flexibilización laboral.
• Privatización: se considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes que los públicos, y que el Estado debe achicarse para ser más eficiente y permitir que el sector privado sea el encargado de la generación de riquezas.
• En definitiva se pretende mediante el beneficio individual, alcanzar el beneficio colectivo de toda la sociedad.
Según algunos autores, el neoliberalismo es un liberalismo heterodoxo, desgajado del tronco principal de la ideología burguesa del que procede. Considera al neoliberalismo propio del Estado de bienestar implantado en los países capitalistas más desarrollados después de 1945, del que sería uno de los tres pilares básicos, junto a la democracia cristiana y la socialdemocracia, con los que considera que hubo una convergencia ideológica tras 1945 en torno al Estado social. Sectores sindicales lo usan asimismo como epíteto frente a los intentos de recortar derechos laborales, conseguidos tras largos años de lucha.
Para otros autores como Boas y Gans-Morse, el término neoliberalismo es utilizado por la izquierda “peyorativamente” para criticar las políticas de liberalización del sector privado tendientes a aumentar su rol en la economía. Consideran que hoy en día el uso del término se orienta a describir las políticas económicas que eliminan los controles de precios, desregulan los mercados de capital y reducen las barreras al comercio, además de reducir la influencia del Estado en la economía, especialmente mediante la privatización y la austeridad fiscal.
Seguidamente, se verá cómo se intentan instalar esas ideas directa o indirectamente, desde diferentes formas y medios. La realidad implícita que acarrea el neoliberalismo sería, que el comercio, las empresas y las divisas se encuentren totalmente desreguladas, para de esta forma la oferta y la demanda de bienes y servicios regulen automáticamente las economías, dejando de lado las regulaciones estatales franqueando hasta incluso las fronteras de los diferentes países. Que connotación acarrearía esto? Los dueños de las empresas y la concentración de riquezas en un grupo reducido de personas, controlaría el mundo comercial y por ende el destino de las clases medias y bajas, las cuales dependerían necesariamente de aquellos para proveerse de las necesidades básicas de cada uno de ellos.
La mano de obra se reduciría por la necesaria tecnificación industrial (revolución industrial asociada a las nuevas tecnologías y automatizaciones), y al existir mayor oferta laboral, con capacidad ociosa en determinados casos, los costos laborales irán a la baja (y por ende todos los derechos conexos como por ejemplo las jubilaciones) ya que un empleado pasara a costar nada, ya que a contrario sensu de lo establecido por los derechos laborales, los trabajadores no participarían en las ganancias de las empresas, sino que sería un costo de producción menor en la
ecuación.
Estas diferencias bien marcadas en las políticas y acciones de un país, en las Américas son bien notorias. Es evidente que la relación bien diferenciada entre América Latina y los Estados
Unidos, es motivo continuo de atención en diferentes ámbitos. Tan es así, que en el año 2012 surge la “Misión Presidencial”.
¿Quiénes son? Luego de la I y II Conferencia del Liderazgo Latinoamericano en Asunción y Brasilia respectivamente, convocadas por el Instituto para el Desarrollo del Pensamiento de
Asunción con el patrocinio de la Fundación Global de la Paz y el apoyo de la Conferencia del Liderazgo del Uruguay y la Fundación Esquipulas de Guatemala, se establecieron las bases
para la formación de una organización de ex mandatarios de Latinoamérica que desarrollara un activismo a favor de la implementación de políticas guiadas por los principios y valores de
la Declaración de Asunción.
En la I y II Conferencia participaron 8 (ocho) ex presidentes, cuyo conocimiento y experiencia aseguraba un fundamento para crear lo que se pasó a llamar ahora Misión Presidencial;
nombre que significa que los ex mandatarios que ya han cumplido una larga carrera política en sus respectivas naciones, pueden ahora, por encima de intereses partidarios dedicarse
a dejar un legado que trascienda a su propio país. En este caso la UNIDAD de América Latina y la cooperación de TODAS las Américas (dando POR SENTADO, como se afirmara al principio, de la existencia de dos Américas bien diferenciadas y divorciadas entre sí).
En mayo de 2012 durante un seminario sobre la Libertad de Prensa realizado en Asunción, Luis Alberto Lacalle (Presidente de Uruguay, 1990-1995); Juan Carlos Wasmosy (Presidente de Paraguay, 1993-1998) y Marco Vinicio Cerezo (Presidente de Guatemala, 1986-1991) junto con representantes del Instituto para el Desarrollo del Pensamiento-Patria Soñada; la Fundación Global para la Paz; la Conferencia del Liderazgo del Uruguay y la Fundación Esquipulas de Guatemala, decidieron poner en marcha esta nueva iniciativa. La Declaración de Asunción expresa claramente el motivo de unirse, para trabajar juntos.
De esta Misión Presidencial aparecen como sus FUNDADORES: Vinicio Cerezo; Luis Alberto Lacalle de Herrera; Juan Carlos Wasmosy; y entre sus MIEMBROS: Carlos Mesa; Jaime Paz Zamora; Laura Chinchilla; Gustavo Noboa; Álvaro Colom; Nicolás Ardito Barletta Vallarino; Martín Torrijos; Hipólito Mejía; y resultan PARTICIPANTES: Eduardo Duhalde; Jorge Quiroga; Rafael Ángel Calderón; Armando Calderón Sol; Álvaro Arzú; Ricardo Lagos; Ernesto Pérez Balladares González-Revilla; Luis Ángel González Macchi; Vicente Fox; Raúl Cubas; José (Pepe) Mujica; Leonel Fernández; Ernesto Samper.
El 04 de diciembre de 2012, surge del seno de esta Misión, la “Declaración de Atlanta sobre el Futuro de las Relaciones Hemisféricas”, dato llamativo dado que históricamente y por usos y costumbres, normalmente estas actividades están encomendadas mayoritariamente a las embajadas, cancillerías, y porque no, presidentes EN funciones. Pero como menciona la propia declaración: “Nosotros, ex mandatarios de diferentes naciones y líderes de distintos ámbitos latinoamericanos, y de los Estados Unidos de América…” han tomado esta temática como relevante e importante, dando además y llamativamente participación a un país que no es latino y que entre los miembros y participantes de la “misión presidencial”, no figura ningún fundador, ex presidente, funcionario o ex, perteneciente a los Estados Unidos, … paradójico.
Otro dato de color que surge de la propia declaración de Atlanta 2012, “… expresamos nuestra convicción de que estamos ante una oportunidad histórica para que América (norte, centro y sur) inicie una nueva era en sus relaciones, dejando atrás el pasado signado por desencuentros. […] Una nueva época, guiada por la tolerancia, el respeto y la solidaridad, que finalmente han de convertir a las Américas en ese continente prometedor que soñaron los grandes patriotas, sabios y santos americanos y por el que muchos ofrendaron sus vidas. Ni la desidia ni el egoísmo deben frustrar este destino”.
Se desconocen los desencuentros a los que se hace referencia, porque si bien son variados los mismos no se puntualizan, mucho menos entre quienes fueron efectivos, como así tampoco si son los mismos contemporáneos o pasados o tan solo resulta una interpretación de los integrantes de la misión presidencial, pero dan por sentado que es el punto de partida sobre el cual pretendieron construir las relaciones hemisféricas a futuro. De ser así, se estarían convalidando y dando por sentadas una multiplicidad de hechos, algunos de una gravedad mayúscula, como sería el entrenamiento de militares sudamericanos en Estados Unidos, que luego participarían activamente en los diferentes golpes de estados en las regiones de Chile, Argentina, Paraguay, etcétera, por ejemplo.
La propia declaración consta de seis puntos, breves pero significativos. En el punto primero se convino “… por encima de cualquier convicción ideológica o profesión religiosa… ratificar nuestra fe en el creador, quien dotó al ser humano con valor y dignidad únicos y afirmar la necesidad de reavivar los valores y virtudes cívicas que reflejen las mejores tradiciones spirituales, democráticas y plurales de la humanidad en el continente y el mundo”. En el segundo punto, “… reafirmamos que la libertad y el orden que conceden la democracia y el sistema republicano, exigen las máximas virtudes éticas y cívicas de cada ciudadano, en particular de aquellos que tienen la responsabilidad de la administración de los asuntos públicos de cada Estado”. El punto tercero, “nuestro total y firme compromiso de oponernos a un eventual retorno, en nuestro hemisferio, a cualquier tipo de dictadura o autoritarismo… Del mismo modo, toda forma de violencia o discriminación por el solo hecho de pensar diferente o pertenecer a una determinada clase o nacionalidad”. En el cuarto punto, “América Latina y los Estados Unidos de América, deben estrechar lazos –basados en el respeto mutuo y la búsqueda del beneficio común- fortaleciendo el comercio, las inversiones, el intercambio de experiencias y tecnología a largo
plazo”. En el quinto punto, “que una educación de calidad, es el requisito indispensable para el bienestar integral. Calidad que implica también la formación del carácter moral, conducente
a formar ciudadanos con una mayor confianza en sí mismos, y a profesionales honestos y capaces. En suma, preparar a ciudadanos calificados de mente y cuerpo, para aportar servicio, creatividad y nuevas realizaciones para sus sociedades”.
En el sexto y último punto, “afirmamos que la unidad e integración de las Américas debe basarse en el reconocimiento de las identidades y respeto de las diferencias, y que los esfuerzos deben
orientarse a obtener en nuestras relaciones no nuestras particulares ventajas sino nuestras ventajas en la ventaja común, basadas en la solidaridad. Dicho todo lo anterior queda por señalar que entre todos los desafíos y metas que enfrentan las Américas, no hay ninguno cercano en importancia que el de promover un gran despertar espiritual y ético, que traiga a su vez, por añadidura, un renacer social, político y económico”.
Sin quitarle mérito a la declaración de altísimo contenido político (Atlanta 2012) de la Misión Presidencial Latinoamericana, lo más significativo de la misma surge a posteriori o durante la realización de la misma, cuando una serie de asistentes, comienzan a través de la prensa, a realizar manifestaciones sobre los entre telones acaecidos en su seno y entorno. El primero de ellos en el tiempo, resulta ser Manuel de Jesús “Manolo” Pichardo, diputado y fue el primer presidente dominicano del Parlamento Centroamericano, PARLACEN. También es un periodista, político y escritor.
Actualmente es presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe COPPPAL. A través de “Listín Diario – Umbral”, un medio digital de República Dominicana (El Plan Atlanta, 11 de marzo de 2016), en la entrevista que se le efectuó, manifestó lo siguiente: “antes de la firma de la declaración se produjo una reunión con estos expresidentes latinoamericanos en una suite del hotel Marriot, donde se desarrollaba el evento…. Hipólito Mejía, no participó en esta “bilateral” que sirvió de escenario para revelar o diseñar, eso no lo puedo precisar, un plan que se comenzó a detallar a partir de la intervención de un expresidente suramericano (más adelante resultaría ser Luis Alberto Lacalle, ex presidente de Uruguay) que expresó en un típico lenguaje de guerra fría: “Como no podemos ganarles a estos comunistas por la vía electoral les comparto lo que sigue. […] Entonces vienen los detalles resumidos en dos pasos; el primero que tenía como objetivo iniciar una campaña de descrédito contra los presidentes de orientación de izquierda o progresistas para ir minando su liderazgo. Para ello decía contar con medios de comunicación, algunos de los cuales fueron mencionados. El segundo consistía en transformar las maniobras mediáticas en procesos judiciales que terminaran con los mandatos presidenciales sin que para ello hubiera que recurrir al voto popular que les instaló en la administración de los Estados”.
“[…] Al abordar lo que sería la segunda etapa del plan, también hubo mención de algunos nombres de individuos ligados a las instituciones judiciales de la región comprometidos con la conspiración que llevarían a los llamados “Golpes Suaves”, encubiertos de juicios políticos precedidos de escándalos de corrupción, o campañas dirigidas a ventilar supuestos comportamientos cuestionables de la vida íntima de los líderes progresistas; incluyendo, si fuere necesario, a familiares, amigos o allegados. […] ¿Fueron Manuel Zelaya y Fernando Lugo tubos de ensayo para llegar al resto, a los de países con mayor peso económico de la región, hasta alcanzar a la “joya de la Corona”, que es, sin discusión, Lula Da Silva, el líder más influyente, para con su caída provocar el efecto dominó que parecen buscar? […] No sería justo decir, que mientras los suramericanos desarrollaban su discurso conspirador, los presidentes
centroamericanos parecían, igual que yo, enterarse de todo lo expuesto en aquel momento. […] Lo que se ha visto después de aquel evento en toda la América Latina gobernada por los partidos de izquierda o progresistas, parece poner en evidencia que la conspiración está en marcha, con cierto éxito hasta ahora, porque encontró de aliado la desaceleración de la economía china y el desplome de los commodities que han tenido un gran impacto en la contracción de las economías de la región”.
Más adelante en el tiempo, y en el mismo sentido, el vicepresidente uruguayo Raúl Sendic afirmó “lo que calificó como una campaña en su contra es parte de un plan de la derecha latinoamericana y EE.UU. para desestabilizar a los gobiernos de izquierda y los procesos populares, y lo denominó Plan Atlanta”.
En una publicación de Julio de 2017 en La República de Uruguay, titulada “El Plan Atlanta, Sendic y la posverdad”, Pichardo amplía sus manifestaciones anteriores y va un poco más allá. “El dominicano mencionó especialmente los casos de Manuel Zelaya en Honduras o de Fernando Lugo en Paraguay, destituidos a través de maniobras parlamentarias. […] Otro ejemplo claro en la región, fue lo ocurrido con Evo Morales en Bolivia. Una semana antes del referéndum popular convocado para habilitarlo para un nuevo periodo de gobierno, una grave denuncia sacudió a la opinión pública. Por primera vez en diez años se vinculaba a Evo con un hecho de corrupción, acusándolo de tráfico de influencias, y desatando un escándalo con condimentos novelescos. Un hombre denunció que su exmujer había tenido un hijo del presidente boliviano, que posteriormente falleció. La denuncia se convirtió en la noticia del año y hasta medios internacionales se hicieron eco del supuesto affaire.
El impacto informativo, destruyó la campaña de Morales, que esperaba contar con el apoyo popular para volver a ser candidato presidencial. Perdió las elecciones y se quedó sin el mecanismo constitucional que habilitara su reelección”. “[…] Meses después, Gabriela Zapata, a través de su abogado Jorge Tamayo, reconoció que nunca existió el “hijo” que durante mucho tiempo aseguró que tuvo con el presidente Evo Morales en 2007. La maniobra fue exitosa. […] Podrían mencionarse varios casos más, que al menos dejan ver la sospecha de una conspiración. […] El procedimiento es parecido, y para definirlo se usa una palabra nueva que Donald Trump puso de moda y que la Real Academia Española acaba de incluir en su diccionario, la posverdad. Es decir toda información que apela a las emociones, creencias o deseos íntimos del público. Si digo algo malo de un político desprestigiado, nadie dudará. […]
Su uso se potenció con las redes sociales. Se lanza una versión con forma de verdad y a medida que crece la bola de nieve, nadie duda, ni objeta mínimamente el comentario”. Diferentes medios de Latinoamérica, comienzan a ponerse en contacto con Pichardo, con lo cual la noticia pasó a tomar mayor envergadura, y lo que percibió el dominicano en aquella oportunidad a medida que corría el tiempo, y se avizoraban nuevos escándalos con participaciones de altos funcionarios de cada país latinoamericano, con los medios comerciales de comunicación y el Poder Judicial, le daban otra connotación a las manifestaciones percibidas en aquella oportunidad en Atlanta 2012. Tan es así que en oportunidad de ser entrevistado por “Sputnik Mundo” (Opinión: El Plan Atlanta está siendo ejecutado en América Latina, 06/07/2017), manifestó que: “Lo que he visto después de lo que ocurrió en Atlanta en 2012 es que todo el plan que allí se reveló se ha puesto en ejecución y con cierto éxito”, consideró Pichardo. “Estoy en proceso de terminar un libro que llamo “La izquierda democrática en América Latina” y ahí daré mayores detalles de lo que se trató aquello”, agregó. “Espero que América Latina fortalezca su institucionalidad democrática y que se haga frente a los sectores conservadores en alianza con fuerzas extranjeras que nos consideran su patio trasero”, dijo Pichardo en entrevista con Sputnik y Radio Uruguay”.
En esa misma nota, y a continuación de la transcripta, le sigue otra entrevista realizada por el mismo medio en los siguientes términos: “[…] además, en GPS Internacional, dialogamos con el analista político Walter Formento, de la Universidad Nacional de la Plata (Argentina), acerca de la fusión de dos importantes empresas de telecomunicaciones que convertiría al conglomerado Clarín en la mayor compañía en este rubro de América Latina. […] El gobierno anterior tuvo una aguda confrontación con el grupo Clarín que en el año 2008 fue el organizador del paro agrario que llevaron adelante los grandes conglomerados financieros agro- exportadores en Argentina. El enfrentamiento fue frontal y dio lugar a lo que vino después que fue la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual”, señaló Formento. “Los sectores controlantes del grupo Clarín son la gran banca Goldman Sachs y el JP Morgan”, añadió.
[…] Lo que pasa en Estados Unidos con TRUMP confrontando directamente con CNN es el mejor ejemplo de lo que ya tenemos hace muchos años en Argentina, pero también en Brasil, Chile o Perú”, opinó Formento”. Dicho esto, y en el mismo contexto, aparece Argentina con situaciones asimilables al resto de los países antes mencionados, con situaciones de medios, y jueces contra el poder “progresista” de turno.
En Panamá, y a través de un medio digital, (“Bayanodigital”), en la nota titulada “El Plan Atlanta y los Golpes Blandos”, Pichardo sigue ampliando el horizonte de aquellas manifestaciones que
percibieron sus sentidos: “EL PLAN ATLANTA. A través de los medios de comunicación se desarrollará una campaña de descrédito contra los presidentes progresistas latinoamericanos, que
devendrá en la judicialización de la manipulación mediática (la posverdad) y como resultado el “golpe blando”. El PLAN ATLANTA sustituye, por vía de la conspiración política, la coordinación represiva de los servicios de inteligencia de las dictaduras que gobernaban países del cono sur (Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia), al amparo del llamado PLAN CÓNDOR. EL PLAN ATLANTA EN PLENO DESARROLLO. Los presidentes Lugo y Zelaya fueron las primeras víctimas, Brasil y Venezuela con Lula, Rousseff, Chávez y Maduro las joyas de la corona, declaró Pichardo a los medios”.
¿De qué se trató el Plan Cóndor? Es el nombre con que se conoce al plan de coordinación de acciones y mutuo apoyo llevado a cabo entre las décadas de 1970 y 1980 entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales del Cono Sur de América del Sur —Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y esporádicamente, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela— con los Estados Unidos, siendo el jefe del Departamento de Estado estadounidense Henry Kissinger señalado como su “ideólogo”. Similar suerte y con parecidos intereses corrieron Panamá en 1968, Nicaragua en 1979, Guatemala en 1954 y 1982, Republica Dominicana en 1963 sumado de una invasión del Cuerpo de Marines de Estados Unidos que concluyeron en la ocupación de Santo Domingo en 1965, en El Salvador en 1961 y 1979 respectivamente, en Honduras en 1963, etcétera. Estos últimos, mayormente no incluidos por autores o periodistas en el plan Cóndor, ya que su eventual ideólogo tuvo sus funciones como Secretario de Estado fue entre los años 1973 y 1977, pero es válido recordar que entre 1955 y 1973 tuvo funciones tales como Consejero de Seguridad Nacional (1969-1975), Director en el Consejo de Relaciones Exteriores (1955-1956), y Director del Programa de estudios de Defensa en Harvard, Consultor de la Oficina de Investigación de Operaciones, en el Control de Armas y Desarme, en el Departamento de Estado y de la Corporación RAND (Research ANd Development, laboratorio de ideas estadounidense que forma a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de América), entre muchas otras funciones y actividades.
El objetivo de dicho plan era instalar en la región un plan económico neoliberal, con el desmantelamiento de los Estados como articuladores de la vida pública y el desarrollo económico,
más un fuerte endeudamiento externo. Esta coordinación implicó, oficial y directamente, el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países, y desaparición o asesinato de personas consideradas por dichos regímenes como “subversivas” del orden instaurado, o contrarias a su política o ideología.
Así, el Plan Cóndor se constituyó a partir de 1975 en una organización clandestina internacional para la estrategia del terrorismo de Estado que instrumentó el asesinato y desaparición de decenas de miles de opositores a las mencionadas dictaduras, la mayoría de ellos pertenecientes a movimientos de la izquierda política. ¿En que se asimilan el Plan Cóndor y el Plan Atlanta? Los países eventualmente involucrados como destinatarios de ambos planes, resultan ser a simple vista los mismos (Latino América toda). Los actores principales, la derecha liberal o neoliberal, diseminada a lo largo y ancho del continente americano, pero principalmente proveniente del país del norte de américa, que no es Canadá. Las particularidades de uno y otro son sus fieles representantes, en uno por Nixon y Kissinger, y el en otro un “esbozado” por un ex presidente Uruguayo, pero en un marco que da lugar a dudas, esto es en una reunión de ex presidentes
Latinoamericanos, reunidos en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, y con el afán de “mejorar” las relaciones de América continente (norte, centro y sur).
Esta asimilación de conceptos, parece ser la empleada por el ex Presidente de Ecuador, Rafael Correa. En oportunidad de visitar Argentina, el ex mandatario fue entrevistado en marzo
de 2018 por el periodista Víctor Hugo Morales, en su programa “La Mañana” para la radio AM750 perteneciente al Grupo Octubre. Allí Correa denunció que “los gobiernos de derecha han
puesto en marcha un nuevo Plan Cóndor contra ex presidentes latinoamericanos, que consiste en el impulso de denuncias falsas de corrupción contra ellos y a través de las cuales intentan
deslegitimizarlos hasta destruirles la reputación para dejarlos afuera del juego electoral. Esta operación, cuenta con la complicidad de los medios de comunicación que defienden el lucro por sobre la información a la sociedad. Hemos cambiado del Estado de derecho al Estado de opinión, cuestionó.
[…] Una buena prensa es vital para la democracia, pero una mala prensa puede ser fatal para ella”, definió el ex mandatario “poniendo en el blanco de sus críticas al modo en que los medios de comunicación operan en política. El conflicto esencial es que los medios son empresas privadas con fines de lucro. Entre eso y el interés de los ciudadanos, en ellos prima el fin de lucro.
También sostuvo que es indispensable una unidad continental de los sectores de izquierda y centro izquierda para enfrentar el nuevo avance del neoliberalismo. Para esto, anunció, me he reunido con ex presidentes y dirigentes para ver si hacemos una cumbre que cualquier demócrata va a respetar”.
La entrevista resultó ser más extensa de lo hasta aquí transcripto y narrado, haciendo un recorrido por lo que se hizo y como llego la derecha a la mayoría de los gobiernos latinoamericanos. También remarcó los cambios trascendentales y su situación particular en Ecuador a la luz de la gestión del actual Presidente. En particular, “Correa también se refirió a la situación del creador de WikiLeaks, Julián Assange, quien se encuentra asilado en la Embajada de Ecuador en Londres desde 2012, cuando la revolución ciudadana estaba en el poder. Creo que no se irá por mucho tiempo de allí. Pero deja que Estados Unidos presione un poco más, considero para poner en duda la posición que mantiene el gobierno de Lenin Moreno”.
Prosiguiendo con las entrevistas a Pichardo de muchos medios de distintos países latinoamericanos, en una entrevista realizada por André Barrocal para Carta Capital de Brasil, (hoy la publicación web en este medio sobre la entrevista, está borrada), afirma que “Lula” (Da Silva), es una víctima más del Plan Atlanta, y que las oligarquías de América Latina no mueven un dedo sin autorización o dirección de EE.UU. Evidentemente consustanciado con aquello que percibieron sus sentidos en 2012 en la ciudad de Atlanta, Pichardo resume todas sus manifestaciones en una más simple, pero efectiva afirmación: “No tengo pruebas, pero tantos casos (América Latina toda) parecen responder a un patrón similar”, se podría agregar, repetido, pero con otra modalidad nueva.
Hasta aquí, Zelaya en Honduras fue destituido; el vicepresidente Glass de Ecuador fue preso; Raúl Sendic, vicepresidente de Uruguay (Frente Amplio) renunciado; Maduro es permanentemente atacado y demonizado, Correa perseguido por cargos inverosímiles; Evo Morales cargado con un hijo que no fue; la tremenda destitución de Dilma en Brasil; Lula preso y sin poder ser candidato de cara a las últimas elecciones permitiendo la victoria de Bolsonaro; y Cristina Kirchner ex Presidenta de Argentina con ocho causas judiciales, fruto de un acoso judicial de claro perfil político, sumado a la persecución estigmatizada de sus dos hijos, por las herencias recibidas de su padre Néstor Kirchner. En Argentina, aparentemente se da otro caso con el mismo patrón que en el resto de Latinoamérica, que podrá ser confirmado si llegado el caso se procediera de la misma forma con Cristina Kirchner (2019), que en Brasil con Lula Da Silva. Esto es, teniendo ocho causas judiciales pendientes, tres indagatorias sobre una misma causa, y todo el aparato mediático, y de redes sociales en su contra, resultaría lógico si llegado al caso anunciara su postulación a algún cargo, sea impedida de ello o hasta incluso apresada, basado en el hecho de eliminar la competencia como lo hiciera la derecha brasileña días antes de las elecciones. El motivo podría llegar a ser insignificante, pero el objetivo sería otro. ¿Porque se podría afirmar esto? Porque el actual presidente (opositor a Cristina Kirchner, en principio), asumió el cargo en el año 2015, estando procesado en más de una causa. Pocos medios indican que cuenta en su haber con 214 causal judiciales en su contra, y que asumió su cargo con acusaciones serias en su contra, pero el blindado mediático y judicial en su favor, no sería el mismo con el que cuenta la ex Presidenta Fernández de Kirchner.
Recientemente, el diario Clarín, publica una nota con fecha 25 de febrero de 2019, titulada “Sospechas de Corrupción. Para defenderse, Cristina acusó a periodistas, jueces y fiscales, y
habló de causa de las fotocopias”. El multimedio comercial mayoritario de la Argentina, a través de las voces de su periodista estrella Lucía Salinas (periodista especializada en cobertura de noticias políticas y económicas; posee además interés y conocimiento específico en minería, hidrocarburos, economías regionales y política, y no en judiciales, según se describe a sí misma en su cuenta de “LinkedIn”) hace un resumen y trascripción muy parcial de un escrito presentado en sede judicial de la ex Presidenta, para responder a las ocho imputaciones que pesan en su contra, banalizando el escrito, ya que se hace una pseudo interpretación del mismo como plagado de “ironías, autoelogios y generalidades judiciales”.
Textual: “Con un fuerte contenido político y recordando que fue citada por el juez Claudio Bonadío a declarar en ocho causas el día del cumpleaños de Néstor Kirchner, la ex Presidenta se defendió a través de un escrito, donde manifestó su malestar frente a las múltiples indagatorias a las que fue citada, a las que calificó de “una suerte de función de cine continuado”. […]
Para la ex mandataria, los ocho llamados a declarar responden a un “hecho inédito en los anales de la jurisprudencia” y consideró -una vez más-, que todo responde a una “persecución y ensañamiento al que sólo se atrevieron gobiernos totalitarios en tiempos en que el Estado de Derecho se encontraba suspendido”. […]El escrito está plagado de ironías y generalidades judiciales sobre cada acusación puntual.
Y una vez más apuntó al impacto mediático de su situación judicial: “Se han armado un montón de causas para poder citarme a prestar declaración indagatoria y luego procesarme, generando noticias de alto impacto mediático”. […] “Sin perjuicio de ello, vuelvo a ser convocada en esta causa, por tercera vez, aparentemente para que se me impute el mismo delito imaginario de siempre (ser jefa de la asociación ilícita) o bien para que se sume a la acusación alguna nueva manifestación extraída a otro arrepentido”, expresa el escrito. Se remitió en su defensa a los planteos ya formulados donde habló de una causa “armada” sin “fundamentos” y con fines “políticos”. […]
Los procesamientos en esta causa -iniciada hace cinco años y luego vinculada al caso de los cuadernos- fueron revocados por la Cámara federal porteña, y dispuso la falta de mérito de todos
los imputados, “dado que la decisión de Bonadio, impulsada por Stornelli, se basaba en una pericia falsa. Sí, tal cual se lee: jueces y fiscales armando causas y metiendo gente presa con
pericias falsas”, replicó Cristina”. […]
Aparentemente, y por la operatoria descripta en el contenido que se acaba de transcribir, se podría resumir utilizando la frase de Pichardo: “… pero tantos casos parecen responder a un patrón similar”.
Curiosamente, en el caso de Argentina, dos periodistas de renombre han escrito sus pensamientos en libros y notas periodísticas en el mismo sentido antes descripto. Tal es el caso de Hugo Alconada Mon (Libro “La Raíz de todos los males”, Cap. VIII, “como el periodismo es parte del problema”, Editorial Planeta), y Horacio Verbitsky (Nota “La vida te da sorpresas”, 14AGO2018, Nac&Pop.com). Pero en ambos casos, demasiada información contenida en los mismos cual si fueran relatores de una película de “James Bond”, hacen una reseña de situaciones, nombres propios, trascendidos al mejor estilo de espionaje de la guerra fría, que exceden el ámbito del presente, pero que dejan ver una telaraña de relaciones y acciones encaminadas a ponderar hechos que distan mucho de la realidad cotidiana, pero que confluyen en el accionar que se viene describiendo.
Es más, estas acciones, relaciones y vínculos varios, descriptos detalladamente por ambos periodistas, son una realidad corriente para el mundo entero. Los servicios de inteligencia
interactúan constantemente en todo el mundo. En algunos lugares más, en otros menos. Lo vital es la información, y quien la tiene adquiere mayor poder. No importa cómo se obtenga ni
de quien sea, lo importante es el beneficio que ello implica y acarrea. Y si no hay información, se puede usar algún artilugio periodístico, en redes sociales o hasta judicialmente, para lograr el objetivo deseado y tan preciado: la opinión pública, los ciudadanos, los espectadores, en definitiva el electorado.