El Obispo Mestre, entre su recuperación y el dolor por la muerte de "Trini"
En el marco del brote de coronavirus registrado en la Parroquia Santa Rita, el Obispado de Mar del Plata informó este miércoles la muerte de Trinidad Medina de Fenusquietto, de 62 años, quien junto a su familia se desempeñaban como colaboradores del servicio de viandas de la parroquia al sur de la ciudad.
Dentro de la cadena de contagios originados en Santa Rita, se produjo el del Obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre, quien dialogó con El Marplatense y expresó que se encuentra en plena recuperación, al tiempo lamentó la pérdida de la colaboradora.
"Gracias a Dios me siento mucho mejor. No tuve síntomas respiratorios complicados y no tengo hasta ahora, por lo que no creo que llegue a tener, pero los primeros tres días fue demasiada molesta la fiebre y el dolor de cabeza y problemas intestinales", manifestó el Obispo.
Respecto a la similitud del coronavirus con una gripe, Mestre afirmó que "lo parecido es el abatimiento del cuerpo. Eso suele ser un poco análogo, pero se le suma la cuestión intestinal y muy fuerte el dolor de cabeza. Lo llamativo es que nunca perdí el sabor y el olfato".
En cuanto al fallecimiento de la colaboradora de la parroquia Santa Rita, lamentó: "Se trata de ´Trini´, voluntaria del comedor. Junto a su marido Víctor, aparentemente estaban vinculados con el caso del Hospital Houssay. Y genera dolor porque era una mujer muy generosa, muy entregada, que parte a la casa del Padre. Le tocó transitar de manera muy complicada la enfermedad y es una tristeza muy grande".
"En principio, todos los dispositivos funcionaron bien para sellar Santa Rita y el Hogar de Nazaret, que está trabajando de manera limitada", aseguró el Obispo sobre el control de contagios.
Por último, Mestre habló de los mensajes de apoyo que recibió y confesó que "emociona mucho. En uno de los mensajes, cuando me fui a duchar, me largué a llorar como un nene porque emociona la actitud de la gente. También sorprendido por el apoyo del mundo evangélico, judío y la actitud de mucha gente de fuera de la Iglesia, que no comparte la fe y entiende el compromiso de uno como Obispo. Recibí la valoración de la gente y me emocionó mucho".