De Fiorito al Universo
Dicen que escapó de un sueño
en casi su mejor gambeta
que ni los sueños respeta
tan lleno va de coraje
sin demasiado ropaje
y sin ninguna careta
Dicen que escapó este mozo
del sueño de los sin jeta
que a los poderosos reta
y ataca a los más villanos
sin más armas en la mano
que un "diez" en la camiseta
La piel de gallina mientras vuelvo a ver por milésima vez el gol del siglo que todos conocemos y las lágrimas se caen cuando escucho el “barrilete cósmico”. El que piensa que sólo era un gran jugador de fútbol, no entiende de pasiones.
Diego era el pueblo. Era de todos. De Boca, Argentinos, Newell's, Napoli, Barcelona, Sevilla, Mandiyú, Racing, Gimnasia, Dorados, y por sobre todo, argentino. Su trascendencia es difícil de reflejar.
Nos apropiamos de la sensación inexplicable cuando vemos la magia en esa pelota. Auténticas obras de arte que ni en la mente del más ingenioso se hubieran pensado como posibles. La mano de Dios levantó esa copa y todos sentimos esa pizca de gloria en nuestras manos.
Gambeteando a la vida, desde Villa Fiorito hasta adueñarse del mundo entero. Del universo, me atrevo a decir, porque no habrá nadie como él que despierte tantos sentimientos.
Hoy no se compara, no se critica, no se cuestiona. Hoy se recuerda. La pelota no se mancha.