Finalizado el balance de enero y febrero, con un gran fin de semana de carnaval, los sectores hoteleros y gastronómicos de la ciudad afirmaron que se recibió un 80% de ocupación en el segundo mes del año y que se espera que el Previaje asignado para mayo y junio, ayude en la época baja del 2023.
En febrero, la ciudad tuvo un 9,1% más de turismo que el año pasado, en tanto la ocupación hotelera global fue del 87,1%. Arribaron 384.731 visitantes, un 12,3% más que en 2022 y desde el 1° de diciembre al 19 de febrero, llegaron 3.285.658 turistas, todos datos otorgados desde el Ente Municipal de Turismo de Mar del Plata.
En este contexto, el presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica, Jesús Osorno expresó las expectativas que tienen para el tercer mes del año: "Esto se está dando día a día y así va a ser marzo. Esperamos ahora con la apertura del Previaje, haya un impacto diferente pero estimamos que va a ser menor por la época. Nos viene bien como punta de temporada, evidentemente la gente cuando tiene vacaciones, puede escaparse. Ahora es más limitado en cantidad el número de gente, pero es una gran herramienta. Todavía no abrió la inscripción, necesitamos las reglas, las tarifas y que no pase como pasó el año pasado que renegamos con el cuadro tarifario que después se corrigió. Estamos esperanzados con eso.
Por su parte, sobre el Previaje, el vicepresidente de la asociación empresaria hotelera y gastronómica, Eduardo Palena agregó: "A nosotros nos interesaría que ese programa sea el mayor tiempo posible del año, pero convengamos que fue una herramienta excelente en las tres emisiones. Ahora se viene el cuarto que va a ser para los meses de mayo y junio y también esto es muy bueno porque es la temporada más baja que tiene la ciudad. Va a ayudar y mucho".
Ante la falta de consumo que se registró por parte del turismo que visitó la ciudad, el referente del sector gastronómico, Hernan Szkrohal aclaró que se debe a "la alta inflación, porque hace que el turista cuando viene, venga con un enlatado, un desayuno, una cena y eso disminuye el consumo en lo que es el centro de la ciudad. También se suma el agregado de que la cantidad de público se distribuye mucho más sobre la parte costera".
"También tenemos que cuidar el tema de la informalidad laboral porque se genera una competencia desleal, donde los costos fijos son muy altos, lo que te lleva a tener que cobrar más y la aparición de un montón de negocios a puertas cerradas, hace que se pueda cobrar menos. Eso te quita al cliente y genera un problema sin resolución, porque a partir de la cantidad de oferta formal que tenemos, te quedas sin el cliente y con todos los gastos igual", continuó Szkrohal.
"Esa problemática no es solo de la hotelería, es lo que genera un sistema plagado de impuestos y eso hace muchas veces que los precios de la gastronomía se discutan sobre si están altos o bajos, pero venimos empujados por esta inflación galopante. Esto hace que todo nuestro canal de proveedores o alquileres, te hagan aumentar los precios y nunca estemos llegando a reflejar en carta esos incrementos que se tienen, lo que conlleva una pérdida de rentabilidad para el sector", concluyó el referente gastronómico.