Armadores en alerta y no solo por el futuro del langostino
Como si la industria pesquera no tuviese suficientes motivos propios de la actividad para estar preocupados, en los últimos tiempos brotaron en la agenda otros factores externos que encendieron varias alarmas.
Por un momento quedaron al margen la futura sustentabilidad del langostino patagónico, el principal recurso de la pesca nacional que ha mostrado señales de agotamiento en las dos últimas campañas de investigación a cargo de científicos del INIDEP, y abre un enorme signo de interrogación sobre lo que será la temporada en aguas nacionales.
Por lo pronto lo auspicioso es que todas las cámaras empresarias que tienen intereses en la pesquería, y algunos sindicatos también, concordaron en la necesidad de aplazar el comiendo de la faena unas semanas para darle tiempo a los juveniles de langostino a que aumenten de peso y tamaño.
La temporada de pesca en aguas nacionales se iniciaría un mes más tarde en relación al año pasado, a tono con el ciclo reproductivo, el cual, según advirtieron los investigadores del INIDEP, había sufrido un corrimiento temporal.
Mientras se dibujan las primeras medidas precautorias para cuidar a la gallina de los huevos de oro en que se ha transformado el marisco patagónico –generó más de 1300 millones de dólares de los 2100 millones que exportó la industria pesquera el año pasado-, otras amenazas asoman en el horizonte de los pescadores.
El avance del Sistema Nacional de Áreas Marinas Protegidas que impulsa el Gobierno a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. En diciembre pasado se creó “Namuncurá - Banco Burdwood” y “Yaganes”, más de 100 mil km2 de áreas protegidas al sur de Ushuahia.
Desde la pesca aseguraron no haber sido consultados ni tampoco evaluado las consecuencias para el sector. El Ministro Bergman fue duramente cuestionado en la reunión de la Mesa de Competitividad Pesquera en Puerto Madryn, aunque salió airoso del interrogatorio.
Más allá de las respuestas oficiales, en la industria las alarmas se mantienen. Argentina es país signatario del Convenio sobre la Diversidad Biológica que incluye una meta para que los países protejan el 10% de sus océanos para el año 2020.
Las próximas áreas a convertir en parques nacionales marinos no son tan australes ni lejanas para la pesca comercial, sino más sensibles, como el Golfo San Jorge y la zona de El Rincón, frente a las costas de Bahía Blanca.
Un estudio elaborado por un equipo liderado por la Universidad de York (Reino Unido) para Greenpeace llamado “30 x 30 Guía para proteger los océanos”, recopiló “las últimas evidencias científicas para dibujar una radiografía precisa de los océanos y subrayar la urgencia de proteger las aguas internacionales”, publicó esta semana el portal Revista Puerto.
La comunidad científica concluyó que es necesario declarar al menos el 30% de los océanos del mundo santuarios marinos para 2030. Hoy menos del 3% está protegido, señala el informe que presentó estrategias para proteger toda la vida marina de alta mar.
En la industria pesquera nacional refutan estos argumentos y no dan crédito al lugar que el Gobierno les otorga a las entidades ecologistas que impulsan estas políticas de preservación. Están convencidos que las organizaciones son financiadas por sectores de la pesca de cultivo que quieren ponerle coto a los productos salvajes como los del caladero argentino. Piensan que el cuidado del mar esconde una guerra comercial.
El otro foco de conflicto se encendió estas últimas semanas cuando se conocieron los interesados en explorar gas y petróleo en la cuenca Austral, Argentina Norte (Desde Buenos Aires a Península Valdéz) y Malvinas
“Se trata de zonas de histórica actividad pesquera para de nuestra flota”, avisó Diego García Luchetti, presidente de la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura, en la nota que le envió al Consejo Federal Pesquero (CFP) esta semana.
El dirigente pidió que antes del otorgamiento de licencias se contemple y analice el impacto que producirá sobre las pesquerías la instalación de las plataformas, las detonaciones o las acciones sobre el lecho marino, en tanto solicitó la intervención del INIDEP para que adopten medidas en aras de la protección del recurso pesquero en las zonas asignadas.
Aclaración: los conceptos vertidos de quienes opinan son absoluta responsabilidad del firmante.
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