Asesinato en el cumpleaños: ¿Vínculos de "Mauri" Ríos con la política marplatense?
Tal como adelantó El Marplatense, el empresario prófugo por el crimen de Maximiliano Rihl, el hombre asesinado de cuatro balazos este domingo a la madrugada en una fiesta de cumpleaños en el balneario del sur de Mar del Plata, se entregó este lunes por la noche en la ciudad de Tucumán y quedó detenido, informaron fuentes policiales y judiciales.
Se trata de Juan Jesús Piero Pinna, quien se presentó junto a un abogado e inmediatamente quedó imputado por el "homicidio calificado" de Rhil, por lo que en las próximas horas será trasladado a Mar del Plata para quedar a disposición de la fiscal María Florencia Salas.
Pinna es nada más y nada menos que el novio de Romina Ulloa Igor, hija de “Rudy” Ulloa Igor, exchofer de Néstor Kirchner devenido en multimillonario.
LOS VÍNCULOS DEL "CUMPLEAÑERO" CON EL PODER POLÍTICO LOCAL
El anfitrión del evento fue Mauricio Ríos, empresario que fue desalojado durante la pandemia de una propiedad de Cariló y que ahora afronta una causa penal por usurpación.
Según el diario Clarín, el cumpleañero está sospechado de ser testaferro de Rudy Ulloa, un exchofer de Néstor Kirchner que se convirtió en millonario.
Según trascendió, en 2014 Ulloa se desprendió de una empresa: cedió y transfirió el fondo de comercio del “Súper Comunitario” a Ríos. Quien denunció de esta acción fue la entonces titular de la CC-ARI de Santa Cruz, Mariana Zuvic, que aseguró que un testaferro de Rudy era el nuevo propietario del negocio.
Durante 2019 y 2020 se registraron varias denuncias hacia la firma del balneario por “irregularidades en las contrataciones” y “fuerte atraso en los pagos de los guardavidas” que estaban en la reconocida playa marplatense.
En 2016, el municipio clausuró el restaurante “Lo de Mauri”, ubicado en la esquina de Alberti y Córdoba. Según informaron el local gastronómico de Ríos no cumplía con las normas de higiene y edilicias.
Además, de acuerdo a fuentes del sector gastronómico local consultadas por este portal de noticias, tendría vínculos comerciales con un funcionario local, de segunda línea, quien habría asistido a la trágica fiesta con su novia.
Al mismo tiempo, el empresario sería uno de los dueños de un café, ubicado frente a Tribunales, en Brown y Tucumán. Los socios de Ríos en ese local serían exjefes de la Departamental de Policía de Mar del Plata, de acuerdo a las mismas fuentes.
DETALLES DEL ASESINATO
Este lunes, la titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Mar del Plata, Florencia Salas, había asegurado que Rihl había recibido cuatro balazos, el mortal en la zona lumbar, y que el episodio se originó cuando la víctima intentaba "calmar los ánimos" tras una pelea que el agresor había mantenido con otra persona, por lo que "nada ameritaba" el ataque.
Tras el crimen, el agresor -quien había llegado a la fiesta de cumpleaños como acompañante de su novia- huyó a bordo de un Toyota Corolla blanco, por lo que comenzó a ser buscado por todas las fuerzas de seguridad en todo el país.
Salas informó que, de acuerdo a los estudios forenses, el hombre asesinado -quien vivía en la localidad bonaerense de Canning y se desempeñaba en el rubro de la carne- fue impactado por cuatro de los nueve balazos disparados por el atacante con una pistola calibre 9 milímetros, el mortal de ellos en la zona lumbar, ya que los tres restantes fueron en un tobillo, una rodilla y una muñeca.
Además, la fiscal confirmó que el empresario tucumano mantuvo una pelea durante el cumpleaños fue Ariel Núñez, un empresario oriundo de la localidad bonaerense de Quilmes y padrino del hijo del anfitrión-, quien sufrió una fractura de tobillo.
Salas dijo que al tomar declaración a 20 testigos que asistieron a la fiesta advirtió cierto "hermetismo" en cuanto al motivo que derivó en la pelea entre Núñez y el atacante, y destacó que en ese incidente nada tuvo que ver el hombre asesinado, que recién intervino luego para intentar "calmar los ánimos".
Durante las tareas realizadas en el salón de fiestas, los peritos de la Policía Científica levantaron nueve vainas servidas calibre 9 milímetros pertenecientes al arma del atacante, ya que no se halló ningún indicio de que otra persona hubiera disparado o repelido la agresión contra Rihl.