Bélgica y el boom de la moda sostenible
La moda sostenible se abre paso como una nueva tendencia que ha llegado para quedarse.
Que la moda es una de las industrias más contaminantes del planeta es algo sabido por gran parte de la población, pero ¿hay formas ecológicas de formar parte?
Los cambios de temporada constantes y las tendencias volátiles potencian las ansias de compra de los consumidores, haciendo que la fast fashion sea casi inevitable. Gran cantidad de ropa a precios económicos y de calidad media a la que, en ocasiones, nunca se llega a arrancar la etiqueta. Comprar más y usar menos es una filosofía.
Sin embargo, cada vez son más los interesados por la conocida como Moda sostenible, una corriente del diseño que considera el impacto ambiental y social de las prendas. Comprar productos con baja huella de carbono o tener en cuenta las condiciones de los trabajadores que producen los materiales es fundamental en este movimiento.
El hecho de llevar una prenda exclusiva localizada por uno mismo entre cientos de artículos de un mercadillo da un estilo único que apasiona a jóvenes y mayores. Esta ropa de segunda mano y alta calidad con estampados de los 70 o los 90 ofrece además un plus a aquellas personas comprometidas con el medio ambiente y el consumo circular, que rechazan la industria del fast fashion.
Hay muchísimas razones por las que vale la pena comprar ropa de segunda mano: Para empezar, su bajo precio en comparación con la ropa que compramos normalmente, en segundo lugar estamos alargando la vida útil de los productos, y si eso aún no era suficiente, hoy traemos otra razón por la que decantarse por la ropa vintage.
‘Melting pot kilo‘ es una tienda muy original que se encuentra muy cerca del Palacio de Justicia de Bruselas y en la que se compra ropa al kilo.
¿Pero…eso qué quiere decir?
Básicamente nosotros ponemos ropa en una balanza y sabiendo que cada kilo cuesta 15 euros podemos encontrar sweaters preciosos, pantalones y bolsos por cantidades irrisorias como lo son 7 euros por un sweater, o cincuenta céntimos por un pañuelo de seda.
De todas las tiendas de segunda mano de Bruselas esta es una con los precios más competitivos además de ser un concepto original al que deberíamos acudir simplemente por curiosidad.
La “moda circular” es un sistema económico que se regenera solo, reutilizando los materiales en los ciclos productivos sucesivos, permitiendo así la reducción del desperdicio
La moda sostenible es una moda basada en la producción ética, que tiene en cuenta el impacto ambiental (reciclado, reutilización, tejidos bio certificados, procesos empresariales poco contaminantes o con menor uso de agua) y social (sector transparente, compensaciones justas, lugares de trabajo seguros, entre otros).
Cada europeo tira de media al año 11 kilos de ropa. Prendas que se compran de manera compulsiva, baratas, y que luego tienen una vida útil relativamente corta.
Eso es precisamente lo que Bruselas quiere cambiar y para lo que trabaja en una serie de medidas con las que alargar el ciclo de vida de la ropa, que incluyan textiles reciclados y que prohíba destruir la que no se vende.
Hoy cada vez más los locales de venta de ropa usada buscan innovar, ya no son esas tiendas polvorientas, con prendas descuidadas o en mal estado. Por eso, pasar un rato por uno de los puntos de venta de PICKNWEIGHT es toda una experiencia: la ropa está colgada en percheros a los que vale la pena darles una mirada, todo está ordenado por estilo y por color, en un ambiente decorado con viejos televisores, tocadiscos, relojes antiguos y máquinas de coser que la creadora de la marca consiguió especialmente en mercados de antigüedades.
La oferta de indumentaria es muy variada. En las tiendas se pueden encontrar desde piezas únicas de las décadas del 70 y 80, hasta prendas urbanas de uso diario, denim y vestidos de fiesta. Además, hay calzado, carteras y accesorios.
La ropa se clasifica en cinco categorías diferentes identificadas con un color según el precio: las prendas marcadas con un punto rojo cuestan 25 euros por kilo, se puede encontrar en esta categoría hay jeans de Levi´s o Wrangler, trajes de cuero y buzos. Las que están en amarillo salen 35 euros por kilo y corresponde a camisas, chaquetas, blusas, pantalones y trajes de origen japonés. Los sacos de marca, vestidos y algunas prendas de los años 70 entran en el color naranja, a 45 euros por kilo. Las minifaldas, hot pants y shorts corresponden a la categoría verde, a 65 euros por kilo. El precio va aumentando a 85 euros por kilo para las prendas vintage de marcas reconocidas con punto violeta y a 95 euros, los vestidos y blusas de seda. Los zapatos, las carteras y los accesorios como bufandas, sombreros y cinturones tienen estipulados precios fijos. Por ejemplo, según el peso, uno se puede llevar una remera desde 6 euros, un jean de marca a 22 o una camisa de seda por 8. Podés conseguir una campera de cuero desde 35 euros y una blusa por 4.
Onda verde
Y no es solo una cuestión de la accesibilidad de la ropa low cost.a la gente, además, le gusta comprar en estas tiendas porque allí confluyen tres cuestiones que hacen de la marca algo muy atractivo: el interés por lo sustentable, la originalidad de la moda vintage y una atmósfera que hacen de la experiencia de compra algo especial.
El público que elige PICKNWEIGHT es variado, desde personas interesadas en la moda consciente hasta fashionistas y buscadores de tendencias.
Sin dudas pesar la ropa es una forma original de ponerle precio a aquellas prendas cuya historia es un valor agregado.
Adrian Marcelo Caballero
Diseñador de Alta Costura/Presidente de CIMMAR
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