Desayunar o no desayunar, esa es la cuestión (previa a la actividad física)
Una pregunta muy frecuente es ésta, si conviene o no desayunar antes de hacer actividad. Teniendo en cuenta las nuevas disposiciones del municipio en cuanto a la realización de actividad física y la franja horaria en la que se permite en relación al COVID-19, por ejemplo salir a correr, considero pertinente poner este tema sobre la mesa.
Siempre debemos tener en cuenta que lo más importante es que proveamos a nuestro organismo de los nutrientes y la energía que necesita, adecuando los momentos de ingesta a la rutina de cada uno, incluyendo la actividad física.
Tenemos que saber entonces que podemos salir a hacer actividad en 3 condiciones: en ayunas, semidesayunados o desayunados; y eso dependerá del tiempo que tengamos previo a hacer la actividad y de cuáles sean nuestros objetivos con la misma.
En relación a esta temática, vamos a encontrar algunos estudios que hablan del entrenamiento en ayunas como buen recurso para perder peso (aunque quienes nos dedicamos a nutrición sabemos que una buena alimentación y una correcta actividad física, son la combinación perfecta para disminuir la grasa corporal). Por otro lado, hay investigaciones que resaltan la importancia del desayuno para mejorar el rendimiento deportivo. En definitiva, la clave es tener presente cuál es nuestro objetivo a la hora de la práctica deportiva.
Si nos centramos en el rendimiento, no todos los organismos son iguales y, como siempre les digo a mis pacientes, es cuestión de probar ya que hay quienes rinden mejor habiendo ingerido algo antes y otros no.
Sí, es importante que tengamos presente que dependiendo aquello que vayamos a ingerir antes de la realización del deporte, es el tiempo de digestión que necesitamos respetar, y creo que ahí está el quid de la cuestión.
La digestión de alimentos, a grandes rasgos, es el proceso mediante el cual los alimentos se descomponen en partes más pequeñas para que el cuerpo pueda usarlos como fuente de energía, para formar y mantener los tejidos, entre otras tantas funciones. Este proceso requiere que, en ese momento cuando se está realizando, la mayor parte del flujo sanguíneo esté concentrado ahí, en el tracto gastrointestinal.
Si en medio del proceso de digestión realizamos actividad física, esta interferirá con el mismo, ya que al igual que la digestión cuando hacemos actividad necesitamos la mayor irrigación sanguínea en el grupo muscular que vayamos a utilizar.
Como verán, si no respetamos determinados tiempos, un proceso interferirá con otro y el resultado será una digestión a medias y un rendimiento deportivo bajo.
Teniendo en cuenta los tiempos de la digestión, idealmente consideramos que el desayuno debería hacerse entre dos y dos horas y media antes de la práctica deportiva, pero puede no ser factible para todos, incluso más allá de la recomendación horaria que hoy por hoy rige, por ejemplo para correr.
Para estas situaciones lo que recomiendo es salir a hacer actividad “semidesayunado”, o ingiriendo lo que se llama una “colación previa a la práctica deportiva”, ya que con 30 minutos que dispongamos para la digestión, estamos en condiciones de hacer actividad. Luego de la misma se indicaría el desayuno, con alimentos un tanto más complejos que los que se indican para la colación previa, y con la capacidad de ayudarnos a recuperar lo “gastado” durante la actividad.
Lógicamente, no tiene ningún sentido que expongamos a nuestro cuerpo al desgaste que genera una actividad física, teniendo en cuenta que ya venimos de varias horas de ayuno, que dedicamos a dormir y descansar. La actividad genera en el organismo cierto estrés, para el que tiene que estar preparado y una forma de prepararlo es la nutrición previa.
Déjenme aclararles que, por el contrario, en deportistas de alto rendimiento el entrenar en ayunas puede ser beneficioso debido a que, además de encontrarse en otras condiciones físicas para afrontarlo, tienen una capacidad de adaptación a determinadas situaciones muchísimo más entrenada que el resto de las personas, hasta incluso llegar a ciertos límites mejora su rendimiento deportivo y su capacidad de adaptación a medida va pasando el tiempo, lo que resultará en mejores performances a futuro.
Entonces es importante tener en cuenta determinados aspectos que harán a la nutrición para la práctica de actividad física como, por ejemplo, la edad o el sexo; cuáles son los motivos por los que hago la actividad; qué quiero lograr con ella, o qué pretendo de ella; horarios de los que dispongo, economía y gustos en relación a los alimentos, etc.
Tengan presente, que la planificación de una buena alimentación es fundamental para la concreción de cualquier objetivo que nos planteemos con respecto a la actividad física que realizamos, y dicha planificación es adecuada, armoniosa, completa y equilibrada cuando es diseñada por profesionales idóneos en el tema.
*Por Lic. Carolina Cordingley
Nutricionista (MP:2060)
@lic_cordingley (va con link al Instagram: https://www.instagram.com/lic_cordingley/?igshid=112sgyxxtj2l5 )