Docentes: el noble trabajo que se reinventa en tiempos de pandemia
Rosario lee cuentos por Zoom para sus pequeños de salita de 2, de una guardería que está a punto de cerrar por la baja repentina en la matricula. Romina corrige tareas y responde consultas de padres, que le llegan a toda hora por mail, mientras cuida de sus propios hijos, que no pueden ir al jardín de infantes. Marcos reparte junto a sus compañeros bolsones de comida entre sus alumnos de la periferia, para garantizar su alimentación. Cecilia deja los módulos con tareas en bolsitas que cuelga de las tranqueras de los campos en los que viven sus estudiantes de la escuela rural en la que enseña.
Estos son nombres ficticios para docentes reales que prefieren mantener en el anonimato estos actos de amor que superan ampliamente sus obligaciones laborales. Aunque esta entrega total es habitual entre quienes desarrollan tan noble trabajo, no lo son las formas. Aulas virtuales, clases por Zoom, tareas al mail, módulos puerta a puerta, son algunas de nuevas vías mediante las que canalizan ahora la enseñanza pedagógica en estos tiempos difíciles, que les roban también muchas de sus horas libres.
"Son tiempos excepcionales que requieren también medidas excepcionales, que impactan en los trabajadores docentes. Hoy no tenemos presencia física en las escuelas, pero llevamos adelante guardias para garantizar el acceso a la alimentación de muchísimo de nuestros alumnos. Pero también la continuidad pedagógica, a través de distintos elementos", aseguró en diálogo con El Marplatense, Gustavo Santos Ibañez, secretario general de SUTEBA Mar del Plata.
"Esto está llevando a una sobreocupación del trabajo cotidiano que se tenía antes en el aula y ahora abarca muchas más horas. Ya hay investigaciones sobre la sobrecarga laboral que hay en los docentes, tanto en Argentina como en México. Entre 12 y 14 horas los docentes están expuestos, fuera de su marco laboral y de todo convenio colectivo de trabajo. Esto impacta en el quehacer diario de los docentes", agregó.
Pese que el dirigente gremial tiene en claro que esta pandemia mundial no estaba en los planes de nadie y que "son tiempos excepcionales", sostuvo que esto "no significa que no hay que ir regulando estas formas excepcionales de trabajo".
"Esto es responsabilidad, fundamentalmente, de las autoridades educativas. Estas formas tienen que ser reguladas y, en principio, acordadas entre los distintos estamentos educativos. Sino es imposible garantizar la continuidad pedagógica", indicó.
Por otro lado, Santos Ibañez destacó que estas nuevas metodologías de enseñanza amplía aún más la brecha de desigualdad en la Argentina. "No todos los docentes tienen acceso a los medios tecnológicos. Hay una brecha tecnológica ahí que no ha sido estudiada ni relevada. Y esa brecha se profundiza aún más en el caso de los alumnos. No hay un relevamiento profundo sobre el acceso a la conectividad de las familias que concurren a las escuelas públicas", remarcó.
"Nadie se imaginaba esta situación, que va a impactar en la vida de todos. Es cierto que estamos ante una nueva oportunidad para poner sobre la mesa otras cuestiones, como el impuesto a las grandes fortunas. Hay que retomar el papel de la política, la función central del Estado, entender los lazos sociales y que el conocimiento no es la acumulación de contenido sino los aprendizajes significativos para nuestros chicos. El Estado tiene que acompañar a los docentes para que podamos llegar a aquellos que están en situación de mayor vulnerabilidad, a través de módulos u otros recursos, y a través de la conectividad. De esto vamos a salir fortalecidos", concluyó.