El club de las cinco: Dylan + Papa + Thriller + Ferrell + Guerra
Cinco recomendaciones (o no) de cine y series para el fin de semana: “Un completo desconocido”, “Cónclave”, “Paradise”, “La otra boda” y “La tumba de las luciérnagas”.
UN COMPLETO DESCONOCIDO (película) dirigida por James Mangold, con Timothée Chalamet, Edward Norton, Elle Fanning. En cines.
-La primera escena contiene la mejor idea de la película: un joven Bob Dylan llega a la ciudad y lo que lo envuelve es una bola de sonido que se vuelve casi musical, una melodía, la de la calle, la de los laburantes. Eso es lo que será la película de Mangold, cada vez más clásico, de ahí en adelante: una biografía musical, sí, pero escapando a veces de los lugares comunes del subgénero, una biografía musical sobre un tipo que se vuelve célebre sin dejar de pensar en aquello que lo vuelve creativo. Más que abarcar la vida de Dylan, lo que le importa al director es contar un tramo, un trayecto, entre el joven talentoso que replica los viejos éxitos del folk hasta el autor que busca distinguirse y escapar a los encasillamientos. Apenas cuatro años, del 61 al 65. Lo logra porque el personaje real ha sabido sostenerse coherente toda su vida y porque Mangold no busca ponerse por encima de lo que tiene para contar. Se podrá decir que le falta un poco de energía, que por momentos parece girar en círculos y que le sobran unos minutos, pero a cambio la película ofrece ese profesionalismo industrial que Hollywood sabe ofrecer y un cuarteto de intérpretes que están muy bien en sus roles: Chalamet, Norton, Fanning y Mónica Bárbaro. La última secuencia en el festival de música folk es un disparate y es graciosísima.
CÓNCLAVE (película) dirigida por Edward Berger, con Ralph Fiennes, John Lithgow, Stanley Tucci. En cines.
-De esta película se hablará mucho porque propone una serie de temas bastante provocadores alrededor de la figura del Papa y la Iglesia Católica. La muerte del sumo pontífice motoriza la realización de un nuevo cónclave para elegir el sucesor, y allí entran en juego las disputas de poder entre sectores ideologizados de la institución, las mezquindades y también la especulación. Berger sigue todo esto con bastante parsimonia, reconstruyendo cinematográficamente ese tono solemne y auto-importante que tiene la Iglesia. Mientras tanto, reflexiona sobre un camino posible para la institución. El problema de Cónclave es que se vuelve demasiado mecánica y previsible en su sucesión de giros y revelaciones, hasta una final que genera la risa involuntaria. Lo que sí es intachable es el elenco, sobre todo la impactante interpretación de Ralph Fiennes.
PARADISE (serie) creada por Dan Fogelman, con Sterling K. Brown, James Marsden, Julianne Nicholson. En Disney+.
-Si bien Disney+ ya emitió tres episodios de esta serie, vamos a hablar sólo del primero, porque contiene en el final uno de los cliffhanger más grande de los últimos años. Paradise fue muy promocionado y los trailers, en verdad, parecían decir mucho pero no decían nada. En lo concreto lo que tenemos en la nueva serie del creador de This is us es al jefe de la guardia de seguridad del presidente norteamericano en el medio de una conspiración gigantesca de la que todavía desconocemos los alcances. En ese primer episodio, se alternan los tiempos entre el pasado y el presente para ir contando la historia y el vínculo entre ese guardaespaldas y el primer mandatario. El giro es que el presidente aparece muerto y el guardia es el principal sospechoso. Pero hay algo más, muy grande, que se revela hacia el final, que pone a la serie en otro lugar, incluso genérico. Hay que decir que ese primer episodio tiene una potencia suficiente como para generar el interés inmediato, y que los siguientes dos bajaron un poco la intensidad aunque no dejan de ser divertidos en su apelación a los giros y las sorpresas. Paradise será una de esas series de las que se hablará mucho y se conjeturará aún más. A priori es interesante si no se la toma demasiado en serio y uno entra en el juego.
LA OTRA BODA (película) dirigida por Nicholas Stoller, con Will Ferrell, Reese Witherspoon, Jimmy Tatro. En Prime Video.
-Nicholas Stoller es uno de los mejores directores de comedia del presente en el cine norteamericano y Will Ferrell es el más grande comediante del Siglo XXI. Juntos podían ser dinamita, pero no lo son del todo porque luchan contras las necesarias convenciones de varios subgéneros de la comedia que surfean aquí, especialmente la comedia romántica. El padre de una novia y la hermana de otra novia se pelean por la exclusividad de un salón de fiestas ubicado en una isla, donde por un error les reservan el lugar a ambos. Si la comedia va por algunos lugares comunes, Stoller y Ferrell hacen lo imposible por dinamitarlos y encontrar algo nuevo. La otra boda habla un poco de las miserias, pero fundamentalmente de gente un poco triste: un hombre que deposita toda su vida en su hija y una mujer que desprecia a su familia y todo lo que la acerque a ella. Si bien el guión de Stoller es un poco mecánico en su plan de intercalar momentos de humor con momentos de reflexión, hay la suficiente carga humorística como para que los pasos de comedia sean gratificantes. Muy lejos de lo mejor de ambos, pero bastante por arriba de lo que se ve habitualmente.
LA TUMBA DE LAS LUCIÉRNAGAS (película) dirigida por Isao Takahata. En Netflix.
-Esta película de 1988 se estrenó por primera vez en cines argentinos hace unos días, pero se la puede ver en la plataforma Netflix. A esta altura un clásico de la animación, Takahata adapta la novela con elementos autobiográficos de Akiyuki Nosaka en la que se narran los padecimientos de los hermanos Seita y Setsuko en medio de una Japón bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial. “La noche del 21 de septiembre de 1945 morí”, es lo primero que se escucha en la película y a partir de ahí el relato ingresará en un territorio denso, plagado de muerte y desolación, pero también de algunas instancias propias del relato infantil y su construcción más ingenua. La tumba de las luciérnagas es fascinante por cómo sabe transitar una historia general (Japón y la guerra) y reducirla a lo mínimo indispensable (Seita y Setsuko), en la experiencia fatal de los protagonistas. La película es dura, pero nunca busca ser condescendiente con el espectador, y más allá de la violencia que la envuelve es dueña de una belleza visual que no busca lo poético en un sentido abyecto. Seguramente una de las películas más interesantes en lo que tiene que ver con los relatos bélicos o, al menos, sus consecuencias.
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