El club de las cinco: especial Festival de Cine de Mar del Plata, segunda parte
Cinco recomendaciones (o no) de cine y series para el fin de semana: “Cónclave”, “El jefe”, “El casero”, “La quinta” y “Between the temples”.
CÓNCLAVE (película) dirigida por Edward Berger, con Ralph Fiennes, John Lithgow, Stanley Tucci.
-Esta película sin dudas estará en la temporada de premios, por lo que se hablará mucho de ella. Incluso se hablará mucho de ella porque propone una serie de temas bastante provocadores alrededor de la figura del Papa y la Iglesia Católica. La muerte del Papa motoriza la realización de un nuevo cónclave para elegir el sucesor, y allí entran en juego las disputas de poder entre sectores ideologizados de la institución, las mezquindades y también la especulación. Berger sigue todo esto con bastante parsimonia, reconstruyendo cinematográficamente ese tono solemne y auto-importante que tiene la Iglesia. Mientras tanto, reflexiona sobre un camino posible para la institución. El problema de Cónclave es que se vuelve demasiado mecánica y previsible en su sucesión de giros y revelaciones, hasta una final que genera la risa involuntaria. Lo que sí es intachable es el elenco, sobre todo la impactante interpretación de Ralph Fiennes.
EL JEFE (película) dirigida por Fernando Ayala, con Alberto de Mendoza, Duilio Marzio, Leonardo Favio.
-En la primera etapa de su filmografía, Fernando Ayala fue uno de los directores importantes del cine argentino. Y una muestra es esta El jefe, protagonizada por el gran Alberto de Mendoza como el líder de una banda de delincuentes juveniles que realizan diversas estafas para alcanzar su ideal de vida hedonista. La película se construye sobre el vínculo entre estos pendencieros, una escala con sus roles bien delimitados, especialmente ese “jefe” que se maneja de manera antojadiza y despótica, lo que habilitó además algunas lecturas políticas de aquellos tiempos. El talento de Ayala se puede ver en secuencias inolvidables, como la estafa en un remate de terrenos, en las transiciones que hace para pasar de personaje en personaje, y muy especialmente en el comienzo y en el final, con una selección de planos virtuosos que representan las tensiones dentro de ese grupo. El jefe es una demostración, también, de cómo el cine argentino supo tener tanta presencia autoral como cercanía con el público.
EL CASERO (película) dirigida por Matías Lucchesi, con Alfonso Tort, Paola Barrientos, Alvin Astorga.
-Dos hermanos que hace años no se ven regresan, también después de muchos años, a la casona familiar en Villa Carlos Paz para avanzar con un proyecto edilicio que promete buen dinero. Los hermanos, ella arquitecta residente en Estados Unidos, él ex actor que quiere convertirse en autor, tienen como marcan sus arquetipos una mirada diferente sobre ese lugar y lo que representa. La película se piensa en primera instancia como una comedia con elementos costumbristas y hasta grotescos, mientras va practicando un viraje progresivo hacia el thriller con la presencia del mejor personaje, el viejo casero de la casona familiar. El casero cae en algunos lugares comunes y su mirada es un poco esquemática, pero Lucchesi es un director que sabe trabajar los géneros masivos desde una mirada de independencia estilística, y en esa tensión encontramos los mejores pasajes de la película.
LA QUINTA (película) dirigida por Silvina Schnicer, con Valentín Salaverry, Milo Lis, Emma Cetrángolo.
-La quinta es un ejemplo de ese cine argentino que circula por festivales internacionales. Una película con elementos que conectan lateralmente con nuestros tonos y formas, pero que se piensa desde una puesta en escena de hierro que trabaja estéticas de moda. Aquí una familia que se va a su casaquinta en un barrio cerrado para descubrir que la seguridad en el lugar no es tanta. Pronto, el relato abre dos caminos: el de los adultos, lleno de frases hechas sobre la inseguridad de las clases medias-altas; y el de los chicos, mucho más sugerente e intrigante en su relación con la violencia. Schnicer logra algunos momentos inquietantes y su manejo de la cámara encuentra ecos del cine de Lucrecia Martel y -por qué no- M. Night Shyamalan. El problema es que por momentos todo se diluye, se vuelve tedioso, subrayado a pesar de las pocas palabras que se dicen. Si La quinta hubiera suprimido sus diálogos y el mundo adulto, hubiera sido una mejor película.
BETWEEN THE TEMPLES (película) dirigida por Nathan Silver, con Jason Schwartzman, Carol Kane, Dolly De Leon.
-El cine de Silver es infrecuente e inclasificable, especialmente por sus formas poco dóciles. Y aquí encuentra un terreno de comedia agridulce que le sienta más que bien: un cantor de sinagoga que acaba de enviudar atraviesa una crisis que comienza a disiparse cuando se reencuentra con su vieja profesora de música, quien quiere tener finalmente su Bat Mitzvah. Esa relación será el centro de la película, que por momentos se evade hacia instancias un poco absurdas o misteriosas, pero que siempre tiene la virtud de volver a ese lugar para ofrecernos un nicho de amabilidad y ternura. La religión, la fe, el amor, el duelo son temas que atraviesan el relato de maneras poco convencionales, como poco convencional es esa relación, que por suerte tiene los rostros de Jason Schwartzman y Carol Kane (ambos perfectos) para generar real empatía con el espectador detrás de tanta aspereza visual que propone el director.
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