El club de las cinco: Moana + Ted Danson + Señor de los Anillos + Silo + Coleman
Cinco recomendaciones (o no) de cine y series para el fin de semana: “Moana 2”, “Un hombre infiltrado”, “El señor de los anillos: la guerra de los rohirrim”, “Silo” y “Gary”.
MOANA 2 (película) dirigida por David G. Derrick Jr., Jason Hand y Dana Ledoux Miller, con las voces originales de Auli'i Cravalho, Dwayne Johnson, Temuera Morriso. En cines.
-Moana fue una película que, sobre los moldes tradicionales de Disney, lograba renovar el stock con personajes carismáticos, un conflicto que integraba sabiamente cuestiones étnicas, folklóricas y del relato de aventuras marítimas, con buenas canciones y un diseño visual de una gran belleza. Obviamente en estos tiempo de secuelas, recuelas, precuelas y todo lo que sea no construir un mundo nuevo, Moana iba a tener su segunda parte. Y aquí está, muy exitosa, casi un oasis para los exhibidores de cine en estos tiempos de vacas flacas. Pero a Moana 2 se le notan todas las costuras, todos los elementos que son puestos como en un manual de la correcta película animada, con una acumulación que es una apuesta a “hagamos lo mismo pero más grande”. Y nada funciona, las canciones no son pegadizas, los personajes no suman nada, una criatura inclasificable como Maui luce absolutamente domesticada, los villanos no son villanos y se diluyen y la película se enreda demasiado en un último acto carente de cualquier sentido de la aventura. Una película-producto puesto en la góndola para el consumo rápido. Nada nuevo para ver, y peor: aburrido, tedioso, sin la más absoluta gracia aunque se note el esfuerzo para que eso no suceda.
UN HOMBRE INFILTRADO (serie) creada por Michael Schur, con Ted Danson, Mary Elizabeth Ellis, Lilah Richcreek. En Netflix.
-Esta serie es toda una originalidad. Si bien está basada en un material previo, convierte en ficción lo que antes era un documental, el popular y premiadísimo film chileno El topo, de Maite Alberdi. Es cierto que aquella película tenía bastante de juego entre lo documental y la ficción, pero esta sitcom creada por Michael Schur (el mismo de Brooklyn 911 y The good place) toma la premisa (un jubilado es contratado para convertirse en un detective que investigue cosas que pasan dentro de un geriátrico) y la vuelve puro juego que sirve como un entretenimiento que mezcla la comedia con el misterio, pero fundamentalmente como mirada sobre la tercera edad y sobre envejecer con dignidad. Y, obviamente, es un vehículo para que Ted Danson, un buen comediante que ha encontrado el timing perfecto en su vejez, se luzca con un personaje que es una mezcla de perspicacia y torpeza. Tal vez la comedia no sea todo lo efectiva que uno deseara, pero Un hombre infiltrado aporta algo poco habitual en el audiovisual actual: felicidad.
EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LA GUERRA DE LOS ROHIRRIM (película) dirigida por Kenji Kamiyama, con las voces originales de Brian Cox, Miranda Otto, Gaia Wise.
-Con la trilogía de El señor de los anillos, Peter Jackson parece haber descubierto un juguete del que le cuesta soltarse. Si bien aquellas películas estuvieron muy por encima de la expectativa de la adaptación de un texto inadaptable, su trilogía de El hobbit fue un fiasco absoluto. Sin embargo como productor de este film animado, redescubre el atractivo de los relatos fantásticos y la aventura épica, en un cuento que imagina sobre los personajes creados por Tolkien una historia acerca del destino de la Casa de Helm Hammerhand, el legendario Rey de Rohan. Con la estética del animé, el film abre de manera un poco pomposa (uno de los males de la franquicia), pero una vez que presenta personajes y construye el conflicto, se suelta a una aventura épica de una energía que pensábamos extraviada. El film de Kamiyama incluso incorpora elementos de la cultura japonesa en el tono narrativo y en el juego con el melodrama. El señor de los anillos: la guerra de los Rohirrim logra ser épica, logra ser espectacular y logra construir los héroes justos, apurados por las circunstancias pero también dignos de tomar sus propias decisiones. De paso, le pasa el trapo a esa serie aburridísima que sale por Prime Video.
SILO – Temporada 2 (serie): creada por Graham Yost, con Rebecca Ferguson, Common, Tim Robbins. En AppleTV.
-Silo es una de esas series con un estética muy contemporánea, en ese acercamiento a la ciencia ficción y lo distópico con un aire de solemnidad un poco molesto. Podría salir todo mal, pero por motivos que desconocemos, sale bien. O casi bien. Lo que cuenta es el encierro de la sociedad en unos silos gigantes, incapacitada de salir por un aire viciado que mata en segundos. Obviamente que hay gato encerrado. En esta segunda temporada, las acciones se debaten entre el control total que pueden lograr las autoridades y un aire de revolución que surge entre las clases bajas y trabajadoras. Mientras, la heroína interpretada por Rebecca Ferguson, explora el universo ampliando la mirada de la primera temporada. Si la serie funciona es porque apuesta por la reflexión un poco auto-importante, pero nunca se olvida del músculo, y Ferguson, actriz aprendida en el universo Misión: Imposible, es ideal para eso. Y Robbins construye un villano un poco reptil que no termina de definirse y el misterio sobre muchas cosas todavía se mantiene. Da la impresión de que Silo es de esas historias que funcionan cuando la tensión se encapsula y las revelaciones no se acumulan. Está basada en una serie extensa de libros, así que puede que haya material para rato. Por ahora, aunque a veces muy hablado, es un razonable entretenimiento.
GARY (película) dirigida por Robin Dashwood, con intervenciones de Gary Coleman, Todd Bridges, Shannon Price. En HBO Max.
-Gary Coleman fue una estrella juvenil entre fines de los 70’s y buena parte de los 80’s gracias a la exitosa sitcom Blanco y negro. Pero sobre él pendía una maldición: por un problema de salud su cuerpo nunca pudo desarrollarse más allá del metro y medio. Es decir, el drama de las estrellas infantiles, de no poder salir nunca del personaje que los hace famosos, extendido al dilema de su cuerpo: ese no crecer lo congeló hasta la eternidad en el Arnold de la serie. Este documental es bastante básico desde lo cinematográfico, no mucho más que un informe televisivo con algo de guita encima. Pero -siempre hay un pero- sirve para conocer el derrotero de Coleman, que terminó sus días entre un trabajo como guardia de seguridad y estrella de películas berretas. Su muerte, rodeada de misterio, le da un tono policial al documental, que aún entre sus excesos de sensacionalismo captura un poco la melancolía de un personaje que tenía un talento enorme para la comedia, pero que nunca pudo ser la estrella del cine que él mismo imaginó.
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