El club de las cinco: Severance + Baker + Furriel + Aardman + Pixar
Cinco recomendaciones (o no) de cine y series para el fin de semana: “Severance”, “Anora”, “Una muerte silenciosa”, “Wallace y Gromit: La venganza se sirve con plumas” y “Producciones de Ensueño”.
SEVERANCE (serie) creada por Dan Erickson, con Adam Scott, John Turturro, Britt Lower. En AppleTV.
-La espera terminó: volvió Severance. Luego de la era dorada de las series, desde Los Soprano hasta -podríamos decir- Better call Saul, Severance es tal vez la que ostenta ese lugar de producción de calidad que sabe conjugar el interés del público, el favor de la crítica y una complejidad narrativa poco frecuente. Severance imagina una empresa en la que sus operarios logran disociarse de una manera explícita: afuera de la empresa son las personas de siempre y adentro, otras. Y trabajan de algo que no entienden (nosotros, los que miramos, tampoco) y comienzan a hacerse preguntas sobre el afuera y sobre el sentido de todo. Ahí está el conflicto. Severance entonces es ciencia ficción, pero también sátira del mundo laboral, pero también drama psicológico con personajes torturados, pero también una mirada política sobre el capitalismo. Y es todo eso junto y funciona en todos los niveles. El regreso era esperado porque el final de la temporada 1 fue tal vez el mejor cliffhanger en mucho tiempo. Y el regreso mantiene el nivel, pero le suma un grado aumentado de extravagancia que parece, será, la nueva normalidad. Y ya que están todos conmocionados con la muerte de David Lynch sí, por momentos Severance parece producto de la imaginación del director de Terciopelo azul.
ANORA (película) dirigida por Sean Baker, con Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Yuriy Borisov. En cines.
-Recuerden este título porque va a estar en la temporada de premios. Seguramente será la película indie que nominan en varios rubros y después la olvidan completamente. No importa, es uno de los grandes títulos del año pasado y llega ahora a los cines argentinos. Anora es como si Mujer bonita se cruzara con una comedia étnica a lo Mi gran casamiento griego y tuvieran un hijo pasado de rosca. Anora cuenta la historia de una prostituta que se relaciona, primero laboral y luego sentimentalmente, con un joven ruso millonario que es hijo de un destacado oligarca de aquel país. Lo que comienza como una comedia romántica con bastante sexo se vuelve una comedia disparatada con los rusos intentando romper esa pareja. Baker es un director que proviene del indie más indie y que ha hecho un puente hacia un cine más industrial, pero sin perder un ápice su sensibilidad de tratar con total naturalidad personajes marginales. No hay pose, sólo un mundo que al director le interesa desde los márgenes que él mismo representa. Tampoco es cínico: sabe que Anora no es Starlet y esta película es más una fantasía que una búsqueda de verismo. Por si fuera poco, nadie filma cielos, amaneceres y atardeceres como lo hace Baker. Mikey Madison la rompe.
UNA MUERTE SILENCIOSA (película) dirigida por Sebastián Schindel, con Joaquín Furriel, Soledad Villamil, Alejandro Awada. En cines.
-El thriller patagónico es ya un subgénero dentro del cine argentino. Obviamente nadie estará ni cerca nunca de esa cima que fue El aura de Fabián Bielinsky, pero hay todo un estilo visual y una precisión formal a los que esos bosques nevados le aportan un clima muy especial. Schindel se vale de ese entorno para volver a otra de las fascinaciones del cine de gran presupuesto nacional: los policiales con subtramas familiares enrevesadas. Aquí tenemos una chica que muere aparentemente por una bala perdida y un tío, con el que tenía muy buena relación, que comienza una investigación. La superficie es bastante tensa e intuimos que en esos personajes hay más de lo que aparenta en primera instancia. Schindel es un director profesional y su cine luce técnicamente irreprochable. El problema aquí seguramente sea el guión, que apela a los giros hasta caer en una resolución de lo más inverosímil. El detalle es que a partir de ahí dice algo interesante sobre la culpa, la justicia y la verdad. El éxito o no de la propuesta es cuánto el espectador soporta o no esos cabos atados con alambre.
WALLACE Y GROMIT: LA VENGANZA SE SIRVE CON PLUMAS (película) dirigida por Nick Park y Merlin Crossingham. En Netflix.
-La compañía Aardman es una de las fábricas de felicidad más grandes del cine y, especialmente, Wallace y Gromit sus personajes más encantadores, los que la definen con mayor precisión. También es cierto que desde hace un tiempo la calidad de Aardman ha mermado. El regreso del inventor Wallace y su astuto perro Gromit, entonces, es como regresar a una zona de confort donde todo termina saliendo siempre bien y es placentero de ver. Aquí por partida doble, porque La venganza se sirve con plumas vuelve además al corto Los pantalones equivocados, seguramente el mejor de todos. Entonces tenemos nuevamente al pingüino ladrón de joyas que busca vengarse desde la cárcel usando una ridícula tecnología para darle vida a unos diabólicos enanos de jardín. La película, aún lejos de lo mejor de la compañía, mantiene ese humor naif tan propio, esa fluidez en la narración que mezcla lo policial con la aventura, y la ternura de unos personajes inmortales. Y, obviamente, la belleza de su puesta en escena, la artesanía del stop-motion y los personajes de plastilina. Una película de buen corazón.
PRODUCCIONES DE ENSUEÑO (miniserie) dirigida por Mike Jones y Austin Madison. En Disney+.
-Esta miniserie de Pixar (otra fábrica de sueños que está atravesando una instancia de irregularidad) está ambientada en el universo de Intensa-Mente, las exitosas películas de la compañía. Con los modos tan propios del falso documental a lo The Office, la historia se ambienta en el mundo laboral de la productora de los sueños de Riley, la protagonista de las películas. Producciones de Ensueño es una sátira del mundo del cine, de las luchas de egos, de las miradas, de las diferencias de criterio, con una protagonista que es una directora en decadencia, con ideas que atrasan ante un mundo que exige siempre lo nuevo. En ese sentido, no está mal: tiene la locura propia de la animación clásica y un espíritu de invención en las formas que recupera lo mejor de Pixar. Pero, atención, no es un detalle menor: a diferencia de Intensa-Mente, que busca mecánicamente la causa y efecto entre las emociones que habitan el cerebro de Riley y la protagonista, aquí hay algo mucho más libre y divertido, imaginativo y creativo. No soy gran fan de Intensa-Mente, por lo tanto no tengo dudas al respecto: Producciones de Ensueño es verdaderamente interesante y mucho mejor que esas películas desbordadas en simbolismos berretas.
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