El mundo de la competición online: desde concursos literarios a torneos de poker
Hace una década, una de las principales preocupaciones con respecto a internet era la llamada brecha digital, que se definía como la desigualdad de oportunidades fundamentada en el desigual acceso a internet debido a limitaciones geográficas o económicas entre otras. Viendo que internet se convertía en un recurso capaz de solventar muchas necesidades, había aún mucha población que no podía acceder a internet porque a su zona no llegaba la señal o porque el coste era muy elevado. Y por otra parte estaban aquellos que no sabían utilizar correctamente las nuevas tecnologías.
Pasados unos años, los nativos digitales obviamente aumentan de manera exponencial, y aquellos que no nacieron en la era de internet ya poco a poco la tienen dominada. El coste de las conexiones inalámbricas se ha abaratado considerablemente y la cobertura es prácticamente global, con lo que ahora mismo la brecha digital se está sellando. Como consecuencia, internet en estos momentos supone una democratización y una igualdad de oportunidades real. Ahora internet borra fronteras y establece lazos, nos proporciona la posibilidad real de llegar a otras personas, a otros mercados, de promocionarnos más allá de nuestro ámbito territorial.
Esto se ha aplicado no sólo a la economía sino al alcance de nuestra producción artística, y a nuestra manera de socializar. Herramientas como Instagram, basadas en la imagen por encima del texto, han conectado a personas. no sólo de diferentes nacionalidades sino que usan alfabetos diferentes, algo que antes se consideraba de extrema dificultad. Hoy por hoy, una imagen vale más que mil palabras, y las palabras se traducen automáticamente con el toque de un dedo.
Poder llegar a otros no sólo se usa para conocer gente o maximizar nuestra fama u oportunidades de negocio, también favorece la competencia, sana o insana. Que todos tengamos oportunidades de llegar más allá implica que tengamos que superar a otros para llamar la atención de nuestros objetivos. Así, surge la competición en sí misma, con una esencia diferente en la que se dejan atrás herramientas de cribado antes más importantes. A veces, la edad no importa en un concurso en internet. Un concurso de fotografía tampoco tendrá en cuenta, en muchos casos, la cámara que se empleó. Para un certamen literario, tampoco la encuadernación, o la tipografía elegida, serán elementos decisivos. Hay un cambio en la manera de competir, y en los recursos para ello.
Veamos también las competiciones en juegos. Los torneos de ajedrez, que sin duda siguen celebrándose a nivel presencial, o los de poker, también pueden desde hace varios años celebrarse online, sin ninguna complicación. Aquel que conozca las reglas del Poker Texas Holdem puede fácilmente inscribirse en un torneo online en la sala de juegos que elija, y de hecho encontrará varios diferentes, pudiendo elegir el que mejor se adapte a su nivel o a lo que tenga pensado pagar por la entrada. El formato de juego será muy parecido al presencial en algunos aspectos, sin embargo en otros se apreciará el cambio, tal y como sucede en otros concursos y campeonatos. Nadie podrá evaluar nuestra expresión facial y en consecuencia deducir nuestra próxima jugada, podremos emplear herramientas como calculadoras para adaptar nuestra estrategia, todo cambia en el modo de juego, pero la esencia de la competición será la misma.
Por tanto, los mejores jugadores irán ascendiendo en las clasificaciones o ganando prestigio en la comunidad del poker, y al igual que sucede en entornos no digitales, o incluso entremezclándose con esos entornos, habrá quienes se mantengan a un nivel y quienes logren cosechar éxitos a escala internacional. Partiendo, sin lugar a dudas, de la igualdad de oportunidades. Como siempre, dependerá de lo que cada uno sea capaz de hacer con estas oportunidades.
Queda muy claro que internet está ofreciendo una serie de herramientas que posibilitan llegar a la cima, muchas de las cuales son gratuitas, y la mayoría de muy fácil manejo. No obstante, el hecho de contar con ellas o poder llegar a cualquier rincón del planeta, si bien son muy buenas noticias para cualquiera que tenga inquietudes y ambición, no lo son todo. El esfuerzo es esencial, las herramientas sin esfuerzo no son más que un lienzo en blanco. Ya sea para superarnos a nosotros mismos o para hacer de una competición una oportunidad de destacar o incluso de ganarnos la vida haciendo lo que más nos gusta, todo el trabajo que internet y las nuevas tecnologías nos ahorran tendremos que compensarlo siendo los más ingeniosos, los más ambiciosos, los más perseverantes. Esas reglas del juego no han cambiado.