El Obispo encabezó una jornada de reflexión para dirigentes políticos
Más de 50 dirigentes políticos, sociales y sindicales de la ciudad participaron este sábado de una jornada de reflexión encabezada por el Obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre.
En un clima de encuentro y meditación, la reunión tuvo lugar en la Casa de Ejercicios San Francisco y Santa Clara del obispado, en el Bosque de Peralta Ramos. “Es mi deseo brindarles este espacio de encuentro y reflexión para que puedan renovar la motivación inicial, el deseo de servir, escuchar y comprender a nuestro Pueblo en un contexto de crisis y en este año electoral”, dijo Mestre.
La jornada estuvo marcada por la representatividad de los espacios políticos y sindicales, y por "el compromiso asumido por cada uno de los participantes de generar un espacio de silencio, de reflexión y de encuentro".
Mestre, en su primera meditación, abordó el tema de “la vocación y el servicio político en un mundo en crisis”. Comentado el texto del Evangelio en que Jesús invita a edificar sobre roca y no sobre arena invitó a todos “a trabajar sobre el fundamento sólido de los valores democráticos recurriendo a la sana confrontación democrática mediante medios justos y proporcionados, reconociendo la virtud y los valores de los oponentes”. Además, destacó el valor de la verdad y exhortó a evitar la manipulación y los juegos de comunicación que la traicionan.
Luego de un tiempo de trabajo personal de los participantes el Obispo abrió una segunda reflexión sobre “Aprender a escuchar y comprender al Pueblo, y discernir constantemente entre el bien y el mal”. Recurriendo al ejemplo del Rey Salomón, a quien el Señor había concedido en sueños pedir lo que quisiera, Mestre destacó la acertada respuesta de Salomón que pidió al Señor un corazón sabio y prudente.
De este modo, el obispo de Mar del Plata invitó a todos “a tener un corazón prudente, es decir, que sepa discernir y elegir los medios adecuados para alcanzar el fin y a ser sabios, es decir, a descubrir el verdadero sabor de la vida trabajando incansablemente por aquello que es esencial e importante”.
La jornada finalizó con una Misa por la Patria en la que destacó la opción irrenunciable por la democracia y confió a cada uno de los participantes a la Virgen de Luján, Patrona de la República Argentina.
El obispo afirmó que "el gran signo de la jornada no era la foto personal sino la foto grupal, signo elocuente de un compromiso que integra las diferencias, que asume la competencia propia del dinamismo democrático, pero en la firme convicción de que la Patria reclama trabajar juntos por el Bien Común de todos los argentinos".
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