El señor de los anillos, la creación de Tolkien que es una obsesión del cine
Desde su publicación, el retrato de la Tierra Media ha provocado múltiples adaptaciones. Y ha obsesionado a un director: Peter Jackson.
El espíritu de J. R. R. Tolkien está de vuelta en los cines con el estreno de El señor de los anillos: la guerra de los Rohirrim, animé producido por Peter Jackson que regresa a la Tierra Media como una precuela de los hechos narrados en El señor de los anillos. Si estos relatos están repletos de personas que viajan por amplios paisajes, entre criaturas fantásticas y heroicidad épica, es sin dudas también un viaje interesante el de esta obra en la cultura popular y, más precisamente, en la obsesión de Tolkien y, claro, en la del propio Jackson.
Hay que decir, no obstante, que aquella trilogía de Jackson y todo lo que vino después no son los primeros acercamientos a la obra del escritor sudafricano fallecido en 1973. Publicada en los años 50’s, El señor de los anillos convocó la atención del cine inmediatamente y hay varias adaptaciones, muchas de ellas animadas, incluso de otras obras como El hobbit en un cortometraje de 1966. Sin dudas, los más reconocidos son precisamente dos films animados de fines de los 70’s y comienzos de los 80’s: El señor de los anillos de Ralph Bakshi y el telefilm El retorno del rey de Jules Bass y Arthur Rankin Jr.
Nunca sabremos qué le parecieron a Tolkien esas películas, aunque sí es conocido el recelo con el que cuidaba las posibles adaptaciones. Por ejemplo, dejó asentado en una de sus populares cartas que por nada del mundo deseaba que sus textos fueran adaptados por Disney. “Reconozco el talento, pero siempre me ha parecido irremediablemente corrompido. Aunque en la mayoría de las ‘películas’ producidas desde sus estudios hay pasajes admirables o encantadores, el efecto de todos ellos para mí es repugnante”, dijo. Lo irónico de todo esto es que Tolkien, la biografía del autor protagonizada por Nicholas Hoult, se puede ver hoy en la plataforma Disney+.
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Desde aquellas películas animadas, los personajes de Tolkien protagonizaron, créase o no, innumerable cantidad de videojuegos, y también alguna miniserie y relatos laterales. Hasta que llegó Peter Jackson con su trilogía y las cosas se precipitaron a otro nivel. Jackson era un director neozelandés conocido por algunas películas clase B que mezclaban el terror, lo escatológico y la comedia. Películas como Mal gusto, Meet the Feebles o Braindead sentaron las bases de una filmografía marginal y muy peculiar, que nada hacía prever lo que pasaría con El señor de los anillos: Jackson convertido en amo del mainstream y reconocido hasta en los Oscar.
La comunidad del anillo, Las dos torres y El retorno del rey fueron filmadas en continuado, todas fueron nominadas al Oscar, aunque la consagración llegó con El retorno del rey que le permitió ganar los premios a Mejor Film, Dirección y Guión. Un total de once estatuillas que igualó el récord de grandes relatos como Ben-Hur y Titanic. Pero además convirtió en estrellas a un veterano como Ian McKellen y a intérpretes con futuro como Viggo Mortensen, Cate Blanchett, Orlando Bloom o Elijah Wood, y hasta a desconocidos como Andy Serkis. Incluso Jackson se dio el gusto de trabajar con una leyenda como Christopher Lee.
El éxito fue descomunal y, paradójicamente, generó en Jackson una suerte de maldición similar a la que el anillo genera en Gollum: toda su carrera posterior fue una combinación de malas decisiones y empecinamientos varios. La ambiciosa King Kong no funcionó comercialmente (aunque es tal vez su mejor película), Desde el cielo fue un intento de seriedad absolutamente ridículo. Incluso su regreso a Tolkien con la adaptación de El hobbit hizo agua, más allá de que logró completar la trilogía de películas a costa de hacerse demasiado evidente que el texto original no daba para tanto. Son películas enormes, pero vacías, que funcionan salvo por momentos, cuando Jackson pone las cosas a andar y la aventura moviliza las acciones.
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Pero obviamente que Jackson con su trilogía original renovó el interés por Tolkien, y la Tierra Media y sus criaturas no iban a desaparecer del ecosistema audiovisual, hoy potenciado sólo por secuelas, recuelas, precuelas y todo material basado en materiales preexistentes. Amazon se hizo de los derechos para televisión y produjo la serie El señor de los anillos: Los anillos de poder, bastante aburrida por cierto, casi una heredera de El hobbit en ese sentido, aunque aquí Jackson no tuvo nada que ver.
Donde sí tuvo mucho que ver fue en El señor de los anillos: La guerra de los Rohirrim, película animada con la estética del animé japonés de la que es productor ejecutivo, un film que devuelve la carga épica de los relatos originales, una precuela que imagina sobre lo creado por Tolkien y que resulta una digna integrante de ese universo. De hecho, ya hay comentarios en Hollywood respecto de continuar por esta senda, explorando otros rincones de la Tierra Media.
Volvamos a Jackson. El director desde hace unos años se obsesionó con el documental desde una perspectiva técnica: recuperar viejas imágenes, remasterizarlas, pensar la posibilidad que ofrece la tecnología de volver al pasado como nunca lo vimos. De ahí surge otra obsesión, los Beatles, con Get back, Get back: el último concierto y Now and then. Pero su aventura en la dirección de cine parece que le tiene deparadas nuevas escalas en la Tierra Media. Si bien el camino no está tan claro todavía, el objetivo sería centrarse en spin-off sobre algunos personajes: el que está más definido es uno sobre Gollum, con Andy Serkis en la dirección y Jackson en la producción. Por las dudas, parece que Ian MacKellen, Vigo Mortensen y hasta Orlando Bloom están con el bolso preparado, a la espera de que el director los convoque para una nueva aventura.
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