Graciela, y una historia en pleno corazón del barrio Villa Evita
Por Bruno Perrone
Graciela Norma Celi vive hace casi 9 años en pleno corazón de Villa Evita. Vive, en condiciones precarias, junto a su esposo y sus tres hijos. Y vive, también, a la espera de que llegue esa ayuda del Estado que, asegura, nunca conoció.
Graciela tiene 61 años y muchos problemas de salud. A su esposo también lo atraviesan otras dificultades. Pero la movilidad, está claro, es el gran problema para ambos. Por eso, según explica, son sus tres hijos, de 14, 16 y 17 años, los encargados de llevar “algo” a casa todos los días.
Esos tres hijos son cartoneros y después de ir a la mañana a la escuela, todos los días recorren Mar del Plata. Buscan de todo, y hasta los elementos más básicos y esenciales: por ejemplo, colchones para una “habitación” a la intemperie, para después poder dormir a la noche, y para renovar ese colchón que encontraron la última vez.
En un mano a mano con El Marplatense, Graciela insiste en que nunca le va a pedir ayuda al Gobierno “para comer”, pero sí lo hace para otros trámites que también resultan básicos y esenciales. Es que, hace casi una década que vive en Villa Evita, y hace casi una década que espera por el documento de dos de sus hijos.
“Tengo dos hijos que son NN, y hace 10 años que no podemos conseguir una partida de nacimiento. El chico ya tiene 16 años y el otro 14, y nadie me ayuda. Por favor, quiero una ayuda porque el Gobierno me puede ayudar en eso”, insiste.
Las filtraciones y rajaduras en las paredes y las precarias condiciones edilicias de su vivienda asoman como otra preocupación urgente. Las últimas inclemencias climáticas ya lograron derribar el techo de la parte trasera de la casa, que ahora se transformó en un escombro más del patio.
Graciela, y una historia en pleno corazón del asentamiento precario de Villa Evita.Conocé su historia completa: http://elmarplatense.com/?p=108166
Publicado por EL MARPLATENSE en Domingo, 24 de septiembre de 2017
“Acá está entrando agua. Y mi temor es porque una bebé murió dentro de un pozo de baño hace un par de años, y yo tengo mi pozo desmoronado y nadie me ayuda. Díganme qué tengoque hacer. El baño se está rajando y se abre el piso”, explica.
En salud, Graciela tampoco asegura recibir ayuda del Municipio. “Tengo un papel que dice que necesito una asistencia médica a domicilio, porque no puedo moverme pero no la tengo”, denuncia, y agrega: “Me tienen que llevar los vecinos. Gracias a ellos puedo estar viviendo”.
“Necesito gasas. Los remedios están caros. Tengo 15 enfermedades, y comprobadas por el médico. Yo sí me siento abandonada por el Gobierno. No me siento abandonada por los vecinos y mis hermanos, pero por el gobierno sí me siento abandonada. Me tiene que ayudar en algo. Yo necesito respirar para seguir viviendo, para cuidar a estos chicos”, señala.