Guillermo Vilas y su lucha por ser reconocido como número uno, en un documental
“Cambiar el pasado es irracional pero, ¿puede alguien ganarle a su historia?”, dispara el documental "Vilas: Serás lo que debas ser o no serás nada", que se estrena este martes en Netflix y revela la lucha de Guillermo Vilas, el mejor jugador argentino de tenis de todos los tiempos, para ser reconocido como el número uno del mundo.
Antes del gran estreno, el director Matías Gueilburt y el periodista deportivo Eduardo Puppo charlaron con Clarín sobre esta producción basada en la investigación que realizó Puppo durante más de 10 años contra la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP). Con un relato en primera persona del propio Vilas y testimonios de Roger Federer, Rafael Nadal, Björn Borg y Gabriela Sabatini, entre otros, y entre saltos temporales y geográficos, viajes en el tiempo, triunfos y reclamos, el documental se mete en la piel del ídolo que revolucionó el tenis en Argentina.
Lo cierto es que el cineasta experto en documentales sobre íconos argentinos como Fontanarrosa, Maradona, El Che y el Papa Francisco, quiso traspasar las fronteras del deporte e ir más allá: “Quería mostrar al ser humano detrás de ese monstruo que se veía en la cancha”.
“Quise evidenciar un Vilas más desconocido, más íntimo y reflexivo. Un Vilas que escribía en las habitaciones de hotel, muy inteligente, con una mirada del mundo desconocida. No nos interesaba mostrar entrevistas con Susana Giménez, sino una parte más íntima del personaje”, sostiene.
Guillermo Vilas batió el récord de victorias y torneos ganados en una sola temporada: 130 partidos y 16 títulos en 1977, una marca que aún sigue vigente. Conquistó 62 torneos de la ATP, entre ellos el Masters de 1974 y cuatro Grand Slam: Roland Garros (1977), Abierto de los Estados Unidos (1977) y el Abierto de Australia (1978 y 1979).
Pero aunque dominó las canchas de polvo de ladrillo, y estaba entre los mejores del mundo, la ATP nunca lo puso en el primer puesto. Frente a esto, Vilas reclamó durante décadas la revisión de los rankings sin éxito. Paralelamente, el periodista deportivo Eduardo Puppo emprendió una investigación a lo largo de 12 años para poder demostrar que el ranking tenía errores y que Vilas quedó desplazado del primer puesto en el tenis mundial de manera injusta. Junto al matemático Marian Ciulpan recopilaron más de 1200 páginas y 23 mil partidos disputados por 1117 tenistas.
En 2015, el socio de Gueilburt leyó una nota de The New York Times sobre la investigación de Puppo, por lo que decidieron contactarlo. “Nos juntamos a charlar en profundidad sobre su investigación y nos pareció que sería perfecto para un documental. Lo primero fue armar el guión basándonos en casetes que había grabado en su momento Vilas, que estaban en manos de Puppo. Y así, Vilas puede contar su historia en primera persona”, relata el director sobre esta producción ambiciosa que llevó tres años de trabajo y cuyo rodaje se hizo durante 2019 en locaciones como Buenos Aires, Mar del Plata, Nueva York, París y Mónaco.
Además, el documental recopila testimonios de leyendas del tenis y periodistas deportivos de los medios más importantes como The New York Times, Espn y Tennis Channel, al propio Vilas y a su abogado. Desde una entrevista televisiva de 1970, pasando por sus partidos más emblemáticos, hasta la actualidad, el documental muestra una infinidad de material de archivo.
“Conseguir los materiales de archivo -tan hermosos y maravillosos- nos llevó mucho tiempo. Vilas había guardado todo con un nivel de obsesión tremendo. Desde una valija con su nombre hasta las medias utilizadas en el abierto de Estados Unidos. Y apareció material inédito que no sabíamos que existía de cuando Vilas tenía 17 años previo a la universidad contando que se iba a Punta del Este”, revela el cineasta.
Este recorrido cronológico implicó un proceso emocional intenso. “Fueron tres años de bucear entre placer profesional y emocional. Todo el acompañamiento a Eduardo, los vaivenes y conocer en profundidad a todos los amigos y familiares me fueron involucrando cada vez más”, precisa Gueilburt sobre el documental del embajador mundial del tenis argentino y capitán honorario de Copa Davis.
Los números, ¿no mienten?
La odisea de Puppo llevó 12 años. Durante ese tiempo, el periodista se sumergió en las profundidades del universo tenístico para descifrar el enigma y demostrar que el ranking tenía errores. “No lo hice por amistad, porque cuando empecé la investigación aún no éramos amigos. El objetivo fue muy claro desde el principio: hacer una investigación periodística, con un proceso matemático y una búsqueda de justicia”, explica Puppo.
Guillermo Vilas, Eduardo Puppo y las raquetas de por medio.
Y agrega: “Tuve miedo de que esto fuera peor para Vilas y descubrir que había sido número tres, por ejemplo. Por eso estaba en duda. Nadie había investigado esto y siempre estaba en la duda de si Vilas había sido número uno o no”.
El hecho que sirvió de antecedente fue la decisión de la Women's Tennis Association al reconocer como número uno a la australiana Evonne Goolagong en 1976, 31 años más tarde.
Puppo es considerado la enciclopedia humana del tenis: es autor de la tetralogía de libros Historia del tenis en la Argentina–junto a Roberto Andersen- que con sus 2.856 páginas es la obra de mayor extensión y profundidad del tenis de un país a nivel mundial.
“Se dicen muchas cosas por ahí, como que Vilas me pidió que lo haga número uno, o que me convertí en un adulador de la campaña de Vilas, o que me manipuló. Allá ellos. Tan equivocados están que Vilas fue el último en enterarse de esta investigación. Incluso tuve un intercambio de palabras con él, pero con los años nos convertimos en personas más cercanas. La amistad no se mide. Hoy estoy luchando para que se haga justicia”.
Si bien el especialista asegura que “el tenis es un deporte limpio, ya que técnicamente no se puede hacer nada dentro de una cancha, como hacer tiempo o tirarse al piso”, argumenta que “la injusticia que sucedió con Vilas obedece a la precariedad de los años ‘70, cuando la computación estaba en ciernes, donde los resultados no llegaban”.
“A veces llamábamos por teléfono a los directores de los torneos para ver si un partido se había jugado o no, para cargar la base de datos o no, ese era el grado de precariedad”, enfatiza Puppo.
La hija del tenista, Andanin Vilas, también formó parte del documental y en sus redes publica los días que faltan para el estreno. “Está súper entusiasmada. Participó y estuvo ayudándonos allá en Mónaco. La familia Vilas sabe que esto no terminó y que el objetivo está en desarrollo”, explica Puppo. Y sentencia: “Una película en Netflix sirve también para exponer ante el mundo del tenis que hay una falla”.
Guillermo y su padre, José Roque Vilas.
“Vilas ya vio el documental y le gustó. Para nosotros es un gran orgullo”, asegura el director sobre la producción que estará disponible en 190 países a través de Netflix, la plataforma de streaming que cuenta con casi 200 millones de suscriptores.
Rafael Nadal, Roger Federer, Mats Wilander, Boris Becker, Rod Laver, Björn Borg, Ion Tiriac y Gabriela Sabatini formaron parte del documental y manifestaron su admiración por el tenista argentino.
“Los jugadores quisieron participar por Guillermo, querían ser parte de una película que contaba esta historia. Vilas se sorprendió, decía que ellos eran mucho más campeones que él, pero ellos lo ponen como un hito”, cuenta el director.
Guillermo Vilas y Jimmy Connors, en el torneo de Montecarlo.
Conseguir estos testimonios no fue fácil por cuestiones de agenda y la pandemia complicó aún más algunos reportajes, de hecho, a Tiriac casi lo pierden por este acontecimiento. “Todos lo reflejan a Vilas como un gran campeón. Guillermo estuvo muy agradecido. Boris Becker nos agradeció por preguntarle a él sobre uno de sus ídolos”, sentencia el director.
“Nosotros nos creíamos rockstars”: entre Woodstock, Spinetta y el cine
Además de su faceta tenística, el documental indaga en la pasión musical de Vilas, signada por el rock posguerra de Woodstock y Luis Alberto Spinetta. 1979 fue un año de experimentación en el mundo artístico: formó parte de Only love Can Sustain, el disco en inglés que Spinetta grabó en los Estados Unidos, y participó de la película Players junto a la estrella del cine Ali MacGraw. También hizo una recordada publicidad de agua francesa.
“Una vez Guillermo me dijo: ‘Nosotros nos creíamos rockstars’. La industria del rock y la música estuvieron relacionados constantemente con el tenis. La relación entre los jugadores de tenis y los artistas funcionaba muy bien”, destaca Puppo.
La amistad entre El Flaco Spinetta y Guillermo Vilas se plasmó en un disco grabado en los Estados Unidos: Only Love Can Sustain o Sólo el amor puede sostener.
“Vilas y Borg revolucionaron el tenis en los '70 desde lo técnico y también desde lo estético con las vinchas y el pelo largo. El tenis era encasillado, tradicional, de punta en blanco y ellos cambiaron todo eso. A partir de ese momento, al tenis se lo empezó a conocer como el deporte de los hombres de vincha y larga cabellera” agrega.
Y revela un dato trascendental: “Hay filmaciones de chicas persiguiendo a Borg por los pasillos de Wimbledon. ¡Los adoraban! Había toda una mística. Tenían grandes contratos gracias a esa imagen, en épocas que no había internet ni redes, ni siquiera había transmisiones en vivo por televisión”.
Dueño de un carisma inagotable, Vilas era local en todos lados e ídolo mundial. Y en este aspecto, Gueilburt redobla la apuesta: “Llamaba la atención dentro y fuera de la cancha. Creo que son de esos personajes que despiertan pasiones por todos lados. Los argentinos o latinos tienen algo en la personalidad que sale de la frialdad. Recuerdo su discurso en Australia cuando ganó y dijo que el pasto era para las vacas. Siempre fue un personaje por su pelo, su cuerpo y su pinta. Cuanto más lo conoces, más te apasionas de quién es Guillermo Vilas”.
Netflix ya viene indagando en el fascinante universo de los ídolos deportivos con la serie Apache: la vida de Carlos Tevez, con Fangio: el hombre que domaba las máquinas y ahora con Vilas.
Si bien en el documental se deja ver mínimamente el delicado estado de salud de Vilas, no se dan muchos detalles de su vida actual en Mónaco, donde reside desde 2016 con su esposa tailandesa Phiangphathu Khumueang y sus cuatro hijos.
Guillermo Vilas, con su familia en Montecarlo, en pleno cumpleaños. Foto Instagram @vilasguillermook
“Él está bien, contenido por su familia. Acabo de hablar con su círculo íntimo y está bien. El tema de su salud es totalmente privado. Nuestra relación ahora es por teléfono, seguimos siendo muy cercanos”, destaca el periodista.
Puppo asegura que la lucha está más viva que nunca: “Vilas consiguió algo muy importante para el deporte argentino y quedó sepultado por la burocracia, así que espero que esto lo ayude a recuperar algo que le corresponde. Esta historia aún está inconclusa”.
Coria y la importancia de llamarse Guillermo
“Le puse Guillermo a mi hijo por vos”, le dice un argentino a Vilas en Mónaco en la calle. Es que no solo fue un ídolo a nivel deportivo, Vilas también sirvió de inspiración para muchos padres que bautizaron a sus hijos con el nombre Guillermo. Ese fue el caso de Guillermo "El mago" Coria, quien fue tocado con la varita de su antecesor y llegó a ser el N°3 del ranking mundial en mayo de 2004. “No sé si mi destino estaba marcado por este hecho, pero tuve la posibilidad y la suerte de seguir hasta el final con esta carrera”, reflexionó al respecto Coria.
Guillermo Vilas, con Guillermo "El mago" Coria, cuando este tenía 12 años.
La relación entre ambos inició en la inauguración del Vilas Club, hoy conocido como el Racket Club, cuando Coria tan solo tenía 12 años mientras que Vilas ya era reconocido en todo el mundo por sus logros. Ya a su temprana edad, el Mago lo idolatraba: “De chiquito, Vilas era mi referente, mi ídolo. Yo creo que él potenció el tenis en Argentina y era el ídolo de todos, no solamente de los amantes del tenis, sino de todos los deportistas. La verdad que lo veía y soñaba con intentar seguir sus pasos”.
El ex capitán de nuestro seleccionado de Copa Davis siempre admiró a Vilas no sólo por su juego, sino por la actitud que tenía ante el deporte: “Vilas inspiraba garra y pasión, no se entregaba nunca, luchaba hasta el final, no daba ninguna pelota por vencida, además le daba mucha importancia al entrenamiento. Era un poco lo que es hoy Nadal”.
En este ida y vuelta con Vilas, el mago hasta el día de hoy sigue recordando los momentos vividos con él. “Siempre estuvo para mí y eso no tiene precio. Llamarme Guillermo por él y que me haya atendido y recibido siempre con buena onda y predisposición para ayudarme y seguir mejorando en mi carrera; son recuerdos que siempre tendré como persona”. Y sin dudar, da su veredicto: “Fue número uno, recontra número uno y ojalá se lo reconozcan. Fue, es, y seguirá siendo siempre un número uno en el ranking, dentro y fuera de la cancha”.
Textos: Luciana Boglioli, Tomás Freijo y Gaspard Monge, de la Maestría Clarín/San Andrés
Fuente: Clarín