“Hemos perdido aproximadamente dos horas de sueño”
En los últimos años se han acumulado cada vez más evidencias que indican que la sociedad duerme menos horas de sueño de lo que solía hacer décadas atrás, incluso antes de la pandemia. Así lo expresó el neurólogo especialista en medicina del sueño, Facundo Nogueira, en diálogo radial con UPM.
"Hemos perdido dos horas de sueño. Los cambios de hábitos, la sobreestimulación, la hiperconexión con pantallas y medios multimedia, y el estilo de vida actual contribuyen a esta reducción del sueño", comenzó el especialista.
Y continúo: "Factores como el pluriempleo, el trabajo hasta tarde, los largos desplazamientos en ciudades grandes, el ruido excesivo y la luz también afectan negativamente nuestro descanso nocturno".
"En la actualidad, aproximadamente dos tercios de la población duerme seis horas o menos, a pesar de que las personas adultas necesitan entre siete y nueve horas de sueño. Este problema va en aumento año tras año debido a la falta de cambios en los patrones de comportamiento y culturales de la sociedad, que se encuentra constantemente estimulada por: gimnasios abiertos las 24 horas, contenido multimedia disponible en todo momento y restaurantes que no cierran. Esta sobreestimulación dificulta adoptar conductas apropiadas para garantizar un descanso adecuado", expresó el especialista.
Al referirse al impacto que genera la falta de sueño en nuestra salud, Nogueira expresó que "existen tres esferas principales en las que se manifiestan las consecuencias de dormir poco".
"La primera esfera es la cognitiva, que afecta al rendimiento intelectual, la atención, la memoria y el aprendizaje. La falta de sueño nos lleva a desconcentrarnos, cometer errores y no rendir adecuadamente en el trabajo o los estudios. Además, dormir poco aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades como el alzheimer", comentó.
"La segunda esfera es la cardiovascular, en la cual el descanso nocturno permite que el corazón descanse y se recupere. Al privar al aparato cardíaco del tiempo necesario para descansar, se incrementa el riesgo de presión arterial alta, arritmias y enfermedades cardíacas, lo que a su vez aumenta la mortalidad", señaló.
La tercera esfera afectada es la metabólica, sobre la que Nogueira señaló que se relaciona al "aumento en la ingesta de alimentos y la alteración del metabolismo del azúcar, lo que incrementa el riesgo de desarrollar diabetes y trastornos de la insulina". Además, "la falta de sueño genera ansiedad, lo que puede llevar a comer en exceso", según contó.
Para finalizar, el especialista destacó la importancia de establecer una rutina de sueño adecuada: "Es fundamental sincronizar nuestro ritmo de vida con el ritmo natural de la oscuridad y la luz del sol. Para lograrlo, se recomienda fijar horarios de levantarse y acostarse, considerando el tiempo necesario de sueño".
"Asimismo, es esencial evitar la exposición a pantallas y dispositivos electrónicos antes de dormir, ya que la luz azul que emiten puede interferir con la producción de melatonina, que es la hormona del sueño", concluyó.
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