Karla Sofía Gascón, el impensado escollo de Netflix para llegar al Oscar
La actriz trans se convirtió en el centro de un escándalo tras conocerse una serie de tuits suyos con comentarios polémicos. Su candidatura está en duda y la plataforma la borró de la campaña de difusión.
Semanas atrás escribíamos sobre las posibilidades de Emilia Pérez de ganar el Oscar a la Mejor Película, pero a la vez sentábamos alguna duda con relación a una suerte de “maldición” de Netflix respecto de que nunca pudo alcanzar ese logro mayor, aún con películas multi-nominadas como El irlandés, El poder del perro o Roma. Nada parecía ensombrecer el camino de Emilia Pérez rumbo a la máxima consagración, hasta que finalmente apareció un escollo impensado: un carpeteo a Karla Sofía Gascón, la actriz trans española, por comentarios realizados tiempo atrás en la red social X, que se convirtieron en un escándalo que no parece tener fin.
La situación podría ser rematada con ese famoso meme de Alberto Fernández un poco despeinado diciendo “¿qué pasó ahora?”. Lo cierto es que los dichos de la actriz podrían generar un efecto dominó sobre la película, mientras Netflix, Zoe Saldaña y el director del film, Jacques Audiard, intentan despegarse de la situación.
Karla Sofía Gascón es una actriz española nacida el 31 de marzo de 1972, que antes de transicionar de género era conocida artísticamente como Carlos Gascón hasta que en 2018 publicó un libro en el que contó que era trans y que adoptaba su nueva identidad. Su carrera se extendió tanto en España como en México, trabajando en múltiples series y películas. Y si bien era una intérprete reconocida, su figura saltó a la consideración mundial a partir de Emilia Pérez, la película en la que interpreta a un narco que precisamente decide hacer la operación de cambio de género.
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Gracias a esa actuación, Gascón recibió el premio a la mejor actriz en el Festival de Cannes compartido con sus compañeras, Saldaña y Selena Gómez, además de ganar el Premio de Cine Europeo. Quienes ven el arte como un estadística, señalan que fue la primera mujer trans en ganar la Palma en Cannes además de ser la segunda actriz española en recibir una nominación al Oscar luego de Penélope Cruz, o el cuarto intérprete de ese país si se suman a Javier Bardem y Antonio Banderas.
Todo era felicidad en los mundos de Emilia Pérez y Karla Sofía Gascón el 23 de enero, cuando las 13 nominaciones al Premio de la Academia la hacían ver como la principal candidata y a la actriz como el número puesto. Ni qué decir en el mundo Netflix, donde los rumores señalan que la empresa habría invertido 25 millones de dólares sólo en una campaña de difusión que lleve a la película al tan ansiado lugar.
Pero la felicidad duró apenas siete días. El 30 de enero la periodista canadiense Sarah Hagi publicó una serie de tuits realizados por Karla Sofía Gascón entre 2019 y 2024, con comentarios de esos que no caen muy bien en estos tiempos, incluso alguno en el que consideraba a George Floyd, el ciudadano negro asesinado por la policía norteamericana, como un “drogata estafador”. Se sabe lo sensible que es la comunidad hollywoodense con estos temas, por lo que rápidamente el asunto escaló hasta volverse un escándalo histórico, en el que se llegó a rumorear que le retirarían la nominación a la actriz. Algo que no pasó por ahora, pero no se sabe hasta dónde podría afectar a la película.
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“Perdón, ¿es mi impresión o cada vez hay más musulmanes en España? Cada vez que voy a recoger a mi hija al colegio hay más hembras con el pelo tapado y el faldón hasta los talones. Lo mismo el año que viene en vez de dar inglés tenemos que dar árabe... y un cordero”, comentaba Karla Sofía Gascón en uno de esos tuits que eran como un stand up virulento. Además decía que debía prohibirse el Islam “mientras no cumpla los DDHH”.
Otro tuit: “Cuántas veces más la historia tendrá que expulsar a los moros de España... todavía no nos hemos dado cuenta de lo que significa esta amenaza de civilizaciones que constantemente ataca a la libertad y coherencia del individuo. No se trata de racismo, se trata del islam”.
En cuanto al asesinato de Floyd y el movimiento Black Lives Matter, había dicho que “realmente creo que a muy pocos les importó nunca George Floyd, un drogata estafador, pero su muerte ha servido para volver a poner de manifiesto que hay quienes todavía consideran a los negros monos sin derechos y quiénes consideran que la policía es asesina. Todos errados”.
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Y, tal vez, su mayor condena. Llegó a burlarse en X -ex Twitter- sobre la entrega del Oscar y su apuesta por la diversidad: “Cada vez más se parecen a una entrega de premios de cine independiente y reivindicativo, no sabía si estaba viendo un festival afrokoreano, una manifestación Blacklivesmatter o el 8M. Les faltó darle un premio al corto de mi primo, que es cojo”. Demasiado para la Academia.
En medio del escándalo, que por ejemplo la llevó a no participar ayer de la entrega del Premio Goya, el máximo galardón del cine español, la actriz recogió el guante, aunque también dijo que muchos de esos tuits eran falsos. Y ensayó una disculpa pública en Instagram tras borrarse de X: “Reconozco que mis publicaciones pasadas han causado dolor. Como alguien que pertenece a una comunidad marginada, conozco ese sufrimiento de primera mano y lamento profundamente haber causado daño. He luchado toda mi vida por un mundo mejor. Creo que la luz siempre triunfa sobre la oscuridad”.
Sin embargo, mientras por un lado trata de tranquilizar las aguas, por el otro genera una tensión con una de sus contrincante, la brasileña Fernanda Torres, acusando al equipo de la película Aún estoy aquí, nominada a Mejor Película, Mejor Película Internacional y Mejor Actriz, de montar una campaña de desprestigio sobre su persona para favorecer a ese film dirigido por Walter Salles. “Si gana ella, estupendo, si ganó yo, estupendo. Lo que no me gusta es que hay un equipo de redes sociales que trabaja alrededor de todas estas personas intentando demeritar mi trabajo y el de mi película, porque eso no lleva a ningún sitio. Para resaltar el trabajo de una persona no necesitas hundir el de los demás”, acusó.
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Si hace meses Karla Sofía Gascón era el mascarón de proa de Netflix para promocionar Emilia Pérez (de hecho, eligieron para los premios que la actriz sea considerada protagonista cuando el relato es claramente liderado por Saldaña), a la luz de estos hechos hoy Karla Sofía Gascón y Netflix son asunto separado. La española parece haber quedado sola y marginada, mientras todos tratan de despegarse de su imagen. De hecho, la editorial Dos Bigotes anunció que no publicará la nueva versión de la novela autobiográfica de Karla Sofía Gascón.
The Hollywood Reporter informó que Netflix decidió eliminar a Karla Sofía Gascón de la promoción de la película de cara al Oscar, borrándola de los posters pero también de la cadena de mailes con la que se coordinan las acciones. Tampoco le pagarán el viaje a Los Angeles para participar de la ceremonia, ni el alojamiento.
El mismo camino parecen haber elegido sus compañeros, cuando lejos de sentirse confundidos con los dichos de la actriz, pero cercanos por el trabajo realizado, deciden dejarla más en evidencia. Por ejemplo en una entrevista, el director Jacques Audiard la acusó de presentarse como “víctima”, que sus comentarios son “imperdonables” y que le resultaron “odiosos”.
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En el mismo sentido se expresó Zoe Saldaña, quien aseguró estar “muy triste” y “decepcionada”. Y si bien señaló que no puede hablar “por las acciones de otras personas”, sí dejó claro que “no apoyo ninguna retórica negativa de racismo e intolerancia hacia ningún grupo de personas. Eso es lo que quiero defender”.
Con todo esto, el camino de Karla Sofía Gascón hacia el Oscar parece cancelado, y habrá que ver cómo termina afectando a Emilia Pérez. Los fanáticos de las estadísticas tienen un nuevo récord: Karla Sofía Gascón se convierte ahora en la primera persona trans en caer presa de la cultura de la cancelación.
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